Aquí, todos reunidos nuevamente, vamos a platicar un poco sobre el Camino que ha de conducirnos, a todos, hacia la Liberación Final…
Desde los tiempos muy antiguos vemos en la Biblia: El Esoterismo, la Alquimia, la Magia, la Astrología, la Filosofía, las Matemáticas, etc. Si estudiamos cuidadosamente el “ÉXODO”, de Moisés, descubrimos en el Antiguo Testamento MARAVILLAS ESOTÉRICAS: Exorcismos, resurrección de muertos, sortilegios, embrujamientos, desembrujamientos, transfiguraciones, levitaciones, curaciones, ya con la concentración en el campo magnético de la raíz de la nariz de los enfermos, ya con pases magnéticos o masajes, por el aceite consagrado, o pequeñas porciones de saliva mágica (en un momento dado), sobre la parte enferma, etc.
Estudiando, cuidadosamente, ese “Éxodo” de Moisés, uno descubre en él, en los antiguos tiempos, la Magia Práctica de los Egipcios. Moisés mismo, en sí, era un GRAN MAGO.
Obviamente, Moisés nació para cumplir una gigantesca misión. Nadie ignora que fue primo del Faraón, que descendía de un Gran Mago antiguo, de un Gran Mago Caldeo, me refiero a ABRAHAM; también descendía de ISAAC (con la partícula de “IS”, que nos recuerda los Misterios Isíacos del viejo Egipto de los Faraones, y el país asoleado de Kem.
Moisés empezó con un acontecimiento insólito. Los Egipcios intentaron hacer algo, pues, a un hebreo, le maltrataban. Moisés defendió al hebreo, pero, ciertamente, como decimos, “se le pasó la mano”, pues nadie ignora que lo mató; eso está escrito en las Sagradas Escrituras…
Cuando un Iniciado Egipcio cometía un crimen, suprimía la vida de un semejante, no era juzgado por jueces de la Tierra, no era llevado a ninguna Corte Penal de esta Justicia Subjetiva humana, sino que lo juzgaban, directamente, los Grandes Sacerdotes del país asoleado de Kem…
El Sacro Colegio de Hierofantes Egipcios lo juzgaba y eso era más grave que ir a una cárcel, porque ellos, en sí mismos, representaban la JUSTICIA CELESTIAL, a la Justicia Objetiva, que por cierto es muy diferente, muy distinta de la Justicia Subjetiva terrenal. Esta Justicia Subjetiva se compra y se vende, pero la Justicia Objetiva, los Tribunales de la Justicia Cósmica, no se pueden comprar ni vender.
Huyó Moisés antes de ser juzgado; se fue al MADIÁN, a la tierra del Madián. Allí JETHRO, que vino a ser más tarde su suegro, le dio hospitalidad en un gran Templo. Moisés estuvo allí, en una cripta subterránea.
Algunas pócimas fueron necesarias, las tomó, etc., se hicieron ciertos tratamientos; lo cierto fue que hubo de salir, conscientemente, de su cuerpo físico, y en el Mundo Astral, naturalmente, se encontró con el difunto, con la víctima.
Duró bastante tiempo, sufriendo en el Astral. Entretanto, su cuerpo físico permanecía en un sepulcro de piedra, en una cripta subterránea, y en el Astral, tratando de convencer al difunto, para que el difunto le perdonara. Al fin lo logró, después de haber sufrido mucho.
Es claro que el difunto, ante los Tribunales de la Justicia Kármica, le perdonó. Ya perdonado, regresó Moisés a su cuerpo físico. Antes tenía otro nombre (un nombre egipcio) pero después de haber regresado a su cuerpo físico, tomó el nombre de Moisés, que significa “SALVADO DE LAS AGUAS”.
Muchos Iniciados no lograban tal perdón; tampoco volvían al cuerpo. Cuando los Sacerdotes venían a buscarlos (en casos semejantes) a las criptas, hallaban sus cuerpos ya muertos; mas Moisés triunfó.
Se casó con la hija de Jethro, Gran Sacerdote de Madián. Se dedicó, pues, a la GRAN OBRA.
La clave de la Gran Obra, ya la conocen ustedes: Es el SAHAJA MAITHUNA, el Arcano A.Z.F. Se hizo, pues, Alquimista y Kabalista…
¿Que Moisés SE AUTORREALIZÓ? ¡Es cierto! ¿Que LOGRÓ LA RESURRECCIÓN? ¡Es verdad!, y la logró precisamente en la Cueva del Horeb: Vio una llama que ardía entre las zarzas, al pie de la cueva, y aquélla llama le dijo: “Descálzate, Moisés; la tierra donde tú estás, santa es, Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob”… Y Moisés, mis queridos hermanos, en esos precisos instantes logró la Resurrección Iniciática, Esotérica, ya había MUERTO en SÍ MISMO. Entonces un Rayo de Aelohim penetró en él (es decir, su Padre que está en secreto), y resucitó de entre los muertos para cumplir una gigantesca misión, que está descrita en el “Éxodo”…
AELOHIM es el Eterno Padre Cósmico Común. Todo el Ejército de la Voz, todos los Elohim, no son sino Rayos de Aelohim. Aelohim es la Divinidad Incognoscible e Inmanifestada, el Omnimisericordioso, el Uniexistente, el Eterno Padre Cósmico Común.
Nuestro Padre que está en secreto, no es más que un Rayo de Aelohim. Ante el Eterno Padre Cósmico Común, ante el Uniexistente, ante Él se inclinan, reverentes, todos los Grandes Maestros de la Fraternidad Universal Blanca; todos los Dioses se hincan ante Aelohim, el Uniexistente, el Omnimisericordioso, la Infinitud que todo lo sustenta: La Divinidad o lo Divinal Inmanifestado.
Así pues, mis caros hermanos, Moisés cumplió una preciosa misión…
Samael Aun Weor