Teotihuacan tiene la forma de un hombre que mira al cosmos infinito… MIKAOTLI. Calzada de los Muertos, representa la espina dorsal con sus 33 cámaras secretas por donde sobre el fuego del Kundalini de acuerdo a los méritos de la muerte mística.
PIRÁMIDE DE LA LUNA. Es la cabeza del hombre y el lugar dedicado al culto de la Madre en sus diversas manifestaciones.
PIRÁMIDE DEL SOL. Representa el corazón del hombre. Tal pirámide Solar es el sello hermético de los hombres que han creado los cuerpos solares en la Forja de los Cíclopes.
PIRAMIDE DE KETZALKOATL. Representativo de la Serpiente Emplumada, el Cristo Cósmico Ketzalkoatl debe ser reflexionado y analizado como Dios Creador y como hombre que encarna la fuerza Ketzalkoatliana, es decir, el nacimiento del Súper Hombre.
TEMPLO DE QUETZALPAPALOTL. Lugar de la Liberación Final, donde Papalotl la Mariposa Divina (el alma), se fusiona en la más absoluta perfección con el Quetzal, el espíritu Universal de vida. Este supremo acontecimiento se da después de terminar los doce trabajos de Hércules, los cuales dan la perfección de la Maestría a todo adepto de la Blanca Hermandad.
COMENTARIOS SOBRE TEOTIHUACAN POR EL V.M. SAMAEL AUN WEOR
Bueno, estamos aquí en Teotihuacan que traducido significa “Ciudad de los Dioses”, esta es pues sin lugar a dudas, la ciudad de los dioses aquí ante la pirámide gigantesca, maravillosa y no hay duda de que esta pirámide o estas pirámides para hablar mas claro son más antiguas que las de Egipto y eso es lo que muchos ignoran.
Realmente estas pirámides se construyeron en la época de los Atlantes; muchos dicen que las construyeron los aztecas, pero para mi modo de ver y entender, es incuestionable que no fueron los aztecas, fueron repito, directamente los Atlantes.
Observa esa mole que tienes al frente, tan gigantesca, la gran pirámide del sol, ahí las ves tienen cuatro pisos, cuatro plataformas; yo podría decirte en lenguaje hebraico que la primera plataforma es Iod, la segunda es He, la tercera es Vau y la cuarta es He, en este caso seria el Iod, he, Vau, He de los aztecas.
Bueno aquí estamos en la pirámide del sol, hablando en lenguaje puramente esotérico y cosmológico, puedo decirte que aquí en el punto más céntrico de la pirámide que tenemos al frente, está exactamente la capital de la nueva era acuaria, es decir, este es el centro magnético de la nueva era de acuario.
Muchas generaciones estuvieron construyendo, levantando esta gran pirámide; esta es obra de titanes, de Atlantes. Aquí por ejemplo cuando desencarnaban en época de los aztecas, individuos varones, se les traía aquí y se les den los aztecas, individuos varones, se les traía aquí y se les hacía culto funeral; cuando eran mujeres pues se llevaban a la pirámide de la luna y se les hacía también los ceremoniales funerales allá.
Lo interesante de todo esto es saber, como una pirámide es masculina, esta que estamos subiendo es solar y la otra es femenina y se le llama la pirámide de la luna.
¿Ves allá una especie de pórtico?
Sí Maestro lo estoy viendo. Bueno pues ahí había dos columnas, era mucho mas alto; por ahí había dos columnas, era mucho mas alto; por ahí entrábamos, y digo entrábamos, porque yo venía por aquella época acaudillando o dirigiendo, guiando a muchas peregrinaciones de la Atlántida.
Me refiero a la época en que el Continente Atlante no se había sumergido, entonas había en la Atlántida Ciudades poderosas como la Ciudad de San Luis por ejemplo y muchas otras, llegábamos aquí a México sobre todo aquí a Teotihuacan la Ciudad de los Dioses Santos y entrábamos ahí por esa puerta los iniciados Sacerdotes.
Lo que tu estas viendo ahí en aquella plataforma, era un altar de sacrificios, ahí había una enorme piedra de sacrificios que ya no la veo, la quitaron y ahí precisamente se sacrificaban antes, animales a los Dioses; Pero después, cuando el México Azteca degeneró por la época de Moctezuma, ya ahí se sacrificaban Seres humanos, era el sacrificio a los Dioses, sobre todo a Tláloc, pero ahí donde tu ves esa puerta, en el muro de esa plataforma, por dentro es hueco.
Por ahí entrábamos para ponernos las vestiduras sagradas, quitarnos las ropas de viaje y cambiarnos por él atavía sacerdotal, los regios trajes esotéricos que se usaban aquí en los cultos solares, los cultos del fuego.
Normalmente se hacían los ritos arriba en la parte mas alta, allí había un santuario; ya ese Santuario lo derrumbaron a través del tiempo, ya no existe tampoco. ¿Ves todas esas escalinatas de la gran pirámide? Bueno pues por ahí subíamos y bajábamos los sacerdotes en aquel tiempo en a celebración de las grandes fiestas.
¿Maestro y las sacerdotisas se llamaban en aquel tiempo sacerdotisas también?
Si, como no, se llamaban sacerdotisas. Allá al frente, fijamente; allá está la pirámide de la Luna, como ya te dije era el lugar donde se le hacían los ritos funerales cuando moría una mujer, allá la llevaban.
Existía también allá una escultura sagrada, ahora le llaman ídolo, pero no: Era una escultura por aquella época llovía mucho; esta gran Pirámide y aquella de la Luna estaban rodeadas de muchos árboles gigantescos, ahora el terreno está árido como tu lo estas viendo, esta cansada la tierra, sin embargo esto estuvo rodeado de muchos árboles y desde lejos yo recuerdo cuando venía conduciendo las peregrinaciones Atlantes, veíamos nosotros las antorchas desde muy lejos, observábamos los iniciados aztecas que subían y bajaban estas escalinatas.
Todo el mundo se ponía alegre y se alborotaba el pueblo para recibirnos, llamaban a todo el mundo para festejar nuestra llegada, veníamos en grandes peregrinaciones desde la Atlántida, es claro que esos fueron otros tiempos muy remotos.
¿Ves todas aquellas ruinas de casas?
- Si Maestro las estoy viendo.
Pues bien esas eran casas de los sacerdotes que vivían aquí junto al Templo, todas esas casas de los sacerdotes donde en otros tiempos habitaban con sus sacerdotisas y sus familias, ya no quedan sino las ruinas.
Ahora esto lo han iluminado muy bien, hay representaciones muy bonitas de los aztecas de noche y le llamaban luz y sonido, son representaciones artísticas nocturnas con dramas especiales.
En los tiempos de la Atlántida, había dos lugares de peregrinación muy notables; uno hacia Egipto y el otro hacia México; antiguamente Egipto tenía otro nombre, se llamaba NILIA, el Cairo era CAIRONA, entonces muchas ciudades tenían otros nombres.
Cuando los tiempos de la Atlántida. Quienes no iban a Egipto, se venían acá a Teotihuacan a las Pirámides. O también se iba a las de Yucatán la tierra Sagrada del Maya, de manera que aquí, vas viendo estas bellezas.
- ¿Maestro, y qué pasó con esa raza azteca?
Pues hasta ahora los aztecas siguen viviendo, gran parte del pueblo Mexicano es Azteca, pues como ves todas aquellas gentes que ves allá vendiendo frutas y cosas esos son aztecas puros. La raza azteca sigue en pie; sólo que ya no posee la cultura que poseyó, excepto en los templos secretos y sitios iniciáticos.
- ¿Maestro pero esto tendría que ser muy hermoso en aquellos tiempos, sería o se pasaría una vida de paraíso, verdad Maestro?
Pues claro, así es; cuando los españoles se acercaron, cuando ya llegaban los españoles, estas Pirámides fueron cubiertas con tierra, de manera que cuando los españoles llegaron. Ya no vieron Pirámides por ninguna parte, todo se cubrió con tierra para evitar la profanación, pero tiempos más tarde no faltó quien las descubriera y ahí están descubiertas.
Mejor hubiera sido que las hubieran puesto en estado de Jinas y así los profanos y profanadores no hubieran dado con estas Pirámides jamás.
Paz Inverencial.
V.M. Samael Aun Weor
Ketzalkoatl haría inclinar hacia la segunda hipótesis. Sea lo que fuere, y a pesar de que Teotihuacan hunde sus raíces en el universo fragmentado de los tiempos arcaicos, únicamente la visión de la inmensidad del espíritu de la chispa divina que liga y armoniza pudo engendrar la potencia activa que presidió la fundación de la ciudad construida a la gloria de esa serpiente emplumada que es el hombre consciente.
Es significativo que el nombre de esta primera metrópoli sea precisamente Ciudad de los Dioses (significado de la palabra náhuatl Teotihuacan), a causa de que, nos explica Sahagún:
Los señores que allí se enterraban, después de muertos los canonizaban por dioses y decían que no se morían, sino que despertaban de un sueño que habían vivido; causa porque decían los antiguos que, cuando morían los hombres, no parecían sino que de nuevo comenzaban a vivir casi despertando de un sueño y se volvían en espíritus o dioses… y así les decían: “Señor o Señora, despierta que ya comienza a amanecer, ya es el alba, pues ya empiezan a cantar las aves de plumas amarillas, ya andan volando las mariposas de plumas amarillas, ya andan volando las mariposas de diversos colores; cuando alguno se moría de él solían decir que ya era Teotl, que quiere decir que ya era muerto para ser espíritu o Dios.
Así, lejos de implicar groseras creencias politeístas, el término Teotihuacan evoca el concepto de la divinidad humana y señala que la ciudad de los dioses no era otra que el sitio donde la serpiente aprendía milagrosamente a volar, es decir, donde el individuo alcanzaba la categoría de ser celeste por la elevación interior.
La metrópoli fue funcionalmente construida en vista de esta finalidad. Su centro ceremonial está dividido en dos secciones: el cielo y la tierra, ligados por una vasta avenida ascendente que marca su eje. Sobre el lado más alto treinta metros más que el otro se encuentra la pirámide del Sol, la de la Luna e innumerables edificios inexplorados. En la parte baja, un cuadrilátero de cuatrocientos metros de lado encierra el templo de Ketzalkoatl.
Siempre de acuerdo con la cosmología náhuatl, es el monumento solar el que dicta la orientación de todos los otros. Esta orientación ofrece una particularidad interesante porque el eje occidente oriente que, por representar la trayectoria del drama de la encarnación de la liberación, fue adoptado por toda Meso-América, está modificado en 17 grados hacia el norte. Después de minuciosas investigaciones, el arquitecto Ignacio Marquina llegó a descubrir que la causa de esta distorsión proviene de que la pirámide está dirigida hacia el punto donde el sol se oculta el día de su pasaje por el cenit del lugar.
Existen sin duda varias explicaciones esotéricas de esta preferencia, pero la que resulta evidente es que, siendo el cenit el centro del firmamento, el astro adquiría en ese punto la calidad de corazón del universo, característica del Sol de Ketzalkoatl. Es decir, que la pirámide estaba dedicada al Quinto Sol creado expresamente en Teotihuacan y, por estar cargada de un sentido tan fundamental, esta orientación se encuentra todavía entre los aztecas.
El cuadrilátero de Ketzalkoatl está constituido por plataformas de seis metros de altura que sostienen los basamentos de santuarios que escinden rítmicamente la amplia superficie.
El templo, en la parte posterior del atrio, es un edificio piramidal enteramente recubierto de serpientes emplumadas. Las rampas de la escalera que lleva al santuario que lo coronaba están puntuadas por grandes cabezas de la misma efigie. Los tableros sostenidos por los taludes ofrecen, superpuestos a los relieves del reptil simbólico, cabezas alternadas de Ketzalkoatl y de Tláloc, ambas expresiones del mismo principio básico de la religión náhuatl: el del impulso vital obtenido por la unificación de los elementos opuestos.
Veremos en efecto más adelante que, como Ketzalkoatl, Tláloc es portador del germen luminoso que convierte la materia en su caso la de la tierra en energía creadora.
Esto sugiere que este lugar podría haber sido el Calmecac, “La casa donde el cuerpo brota y florece”, se educaban los señores: suposición reforzada por el hecho de que el Calmecac de Tenochtitlan se encontraba bajo la égida de Ketzalkoatl y que la enseñanza se profesaba derivaba enteramente de su doctrina. Las numerosas habitaciones que rodean la pirámide debían albergar los retiros piadosos de los discípulos y de sus guías espirituales.
El camino a recorrer, de dos kilómetros de largo y cuarenta metros de ancho, está jalonado por plataformas flanqueadas por edificios donde el aspirante a dios debía probablemente detenerse para cumplir ceremonias evocadoras de la peregrinación de Ketzalkoatl hacia el Oriente. Es significativo que el templo solar esté situado al oriente de este camino cuyo nombre de Calle de los Muertos (Mikaotli) provenía seguramente del hecho que su función era conducir al iniciado hacia el Sol después de una muerte ritual.
Si se recuerda que Ketzalkoatl no abandona su reino sino después de una experiencia que tiene todo el aspecto de constituir una muerte de iniciación cuatro días encerrado en un cofre de piedra , nos convenceremos de que el Mikaotli era transitado sólo después del abandono simbólico de la envoltura terrenal.
La zona arqueológica de Teotihuacan está tan poco explorada, que los datos indispensables para un estudio de esta ley faltan y sólo algunos casos aspectos de ella resultan comprensibles, según las iones de los técnicos del Instituto Nacional de Antropología de Historia de México, se ha descubierto menos de la décima parte de la totalidad de Teotihuacan.
Se demuestra en Teotiwakan que el iniciado tiene que recorrer el Mikaotli camino de la muerte, para convertirse en un Ketzalkoatl y después, por el mismo camino, regresar y conseguir la liberación final o sea la ascensión, convertido metafóricamente en Ketzalpapalotl, mariposa preciosa, hasta alcanzar la estrella que siempre nos ha sonreído Tlawizkalpantekuhtli. Mikaotli no es mas que el descenso a la novena esfera del Miktlan; bien sabemos los gnósticos, y nuestros antepasados lo sabían muy bien, que, con la espada flamígera de la voluntad, la espada serpentina de Witzilopochtli para volver a ser tan inocentes y puros como los niños.
Para llegar a la mansión llamada Miktlan, en que reinan Miktlantekuhtli y Miktlanziwatl, tienen que hacer los muertos, los iniciados, un largo viaje.
En la primera pintura jeroglífica, el muerto ha de pasar primeramente el río llamada Apanowaya; necesita, para atravesarlo, del auxilio de un perrillo, Techichi. Para esto, nuestros antepasados hacían llevar al difunto un perrillo de pelo bermejo al que ponían al pescuezo un hilo flojo de algodón. Decían que cuando el difunto llega a la orilla del Apanowaya, si el perro lo reconoce por su amo, lo pasa a cuestas, nadando. Los perros de pelo blanco no pasaban el río, porque decían: ya me lavé; los de pelo negro tampoco, porque decían: estoy manchado; por eso tenían que ser de pelo bermejo.
V.M. SAMAEL AUN WEOR
PROVIENE DEL MATERIAL DEL DISCO DURO “EL QUINTO EVANGELIO” MATERIAL GNÓSTICO PARA LA NUEVA ERA DE ACUARIO