1.- En un lugar de la Cordillera Central Colombiana, se encontraba una hacienda de ganado sola, a la que se dirigieron dos trabajadores acompañados de cuatro grandes perros; al aproximarse las horas de la noche, uno de ellos se dirigió a traer agua, pero al salir de la casa dio algunos gritos; el compañero al oírlo le dijo que no lo hiciera porque era peligroso, ya que en esa misma cordillera habitaba “Patasola” y podía responderle y venirse hacia ellos; el hombre no le hizo caso y se dirigió hacia la corriente de agua siempre gritando; cuando hubo recogido el agua, ya de regreso a la casa, volvió a detenerse y comenzó a gritar, entonces le contestaron en las partes altas de las cordilleras.
El compañero hubo de decirle nuevamente que no continuara gritando porque ya había visto el resultado, ya que le había contestado “Patasola” en las partes altas de las cordilleras; el hombre no le hizo caso y continuó gritando y “Patasola” le siguió contestando acercándose cada vez más hacia donde ellos se encontraban. Al ver que se acercaba la “Patasola”, los dos hombres tuvieron que refugiarse dentro de la casa y cerrar bien las puertas; al poco rato la “Patasola” llegó a la casa y entonces los cuatro mastines que les acompañaban se tuvieron que enfrentar a una verdadera batalla con la “Patasola”. Los hombres encerrados lo único que hacían era sufrir y no hay duda de que su defensa fueron los perros, que después de largas horas de lucha, pusieron en fuga a la “Patasola” quien al retirarse seguía dando gritos semejantes a un alarido. Los hombres al comprender que se había retirado, salieron de la casa y se alejaron en forma rápida sin volver por allí. ¿Podría usted darme una explicación sobre este relato, Maestro?
R.- Las gentes comunes y corrientes viven en este mundo de tres dimensiones ignorando la existencia de una Cuarta Coordenada, de una Cuarta Dimensión.
Es necesario saber que más allá de nuestro mundo tridimensional, está la Dimensión Desconocida, la Región Etérica.
Si cuidadosamente observamos el color de las lejanas montañas, podríamos ver un intenso azul, bastante hermoso.
Es obvio que dicho color es el éter de la Cuarta Dimensión; se nos ha dicho que en un futuro remoto todo el éter será visible en forma plena en el mismo aire que respiramos.
Los científicos modernos niegan enfáticamente el éter y dicen que sólo existe en los campos magnéticos.
Las gentes de la Edad Media negaban la redondez de la Tierra, suponiendo que ésta era plana.
Cuando Galileo afirmó que la Tierra era redonda y que no estaba quieta, estuvo a punto de ser condenado a muerte. Cuando se le exigió jurar que no era redonda y que no se movía, poniendo las manos sobre la Santa Biblia, dijo: “lo juro; pero se mueve, se mueve”.
Así también, aunque neguemos la existencia del éter, aunque juremos que no existe, tendremos que decir parodiando a Galileo: “pero existe, existe”.
En esa Región Etérica, en esa Cuarta dimensión viven las criaturas Elementales de la Naturaleza, y esto es algo que debemos comprender profundamente. A tales criaturas se les dará el nombre de Elementales, precisamente porque viven en los elementos.
Sepa usted mi querido amigo, que el fuego está poblado de criaturas Elementales; entienda que el aire está también densamente poblado por esa clase de criaturas y que el agua y la tierra, están pobladas por esos mismos Elementales.
A las criaturas del fuego, desde los tiempos más antiguos, se les conocía con el nombre de Salamandras; a los Elementales del aire se les designa con el nombre de Silfos; a los seres del agua se les llama Ondinas, Nereidas, Sirenas, etc., etc.; a las criaturas que viven entre las rocas de la tierra se les bautizó con el nombre de Pigmeos, Gnomos, etc. Es ostensible que la forma de estas criaturas varía muchísimo.
Las criaturas del fuego son delgadas y secas, muy semejantes al chapulín o grillo, aunque de tamaño mucho más grande.
Las criaturas del aire parecen niños pequeños muy hermosos con rostros sonrosados como la aurora.
Los Elementales del agua tienen diversas formas; algunas parecen como damas inefables, felices entre las olas del inmenso mar, otras tienen formas de sirenas-peces, con cabeza de mujer, y por último hay Ondinas que juegan con las nubes o moran en los lagos y ríos que se precipitan entre sus lechos de rocas.
Los Gnomos de la tierra, los Pigmeos, parecen ancianos con su luenga barba blanca y continente ceremonioso. Ellos viven normalmente en las minas de la tierra o cuidan los tesoros que por ahí subyacen escondidos.
Todos estos Elementales de la Naturaleza son útiles en la gran creación; algunos animan el fuego; otros impulsan el aire formando los vientos; aquellos animan las aguas; estos otros trabajan en la alquimia de los metales dentro de las entrañas de la tierra.
Existen muchas otras criaturas que pueblan los bosques, los desiertos, las montañas. Usted distinguido caballero, nos ha hablado de la “Patasola”, un Elemental muy particular de alguna región nevada en su país; es obvio que se trata de alguna serie de criaturas Elementales con mucha fuerza y poder. El acontecimiento narrado por usted nos indica claramente que dicho tipo Elemental tiene potencia suficiente para hacerse sentir en el mundo de las tres dimensiones, en el mundo físico; en el citado relato es incuestionable que hubo lucha entre los perros y el ser desconocido; puedo asegurarle en forma enfática que si no hubiese sido por los canes; los dos citados hombres habrían muerto.
Realmente, en el seno profundo de la Naturaleza, en los parajes más lejanos, en el misterio de las selvas, existen Duendes, Hadas, criaturas que las gentes de la ciudad ni remotamente sospechan.
No hace mucho tiempo por el mundo entero corrió la noticia sobre una extraña muerte. Cierto explorador de la Antártida fue encontrado degollado bajo su tienda de campaña en ese continente del Polo Sur. Lo interesante fueron sus palabras halladas en su bitácora de viaje. En esta última se pudieron leer frases como las siguientes: “Ya viene, ya lo veo, se acerca el monstruo, está aquí, ¡Ay, ay, ay¡”. ¿Qué clase de monstruo sería ese? Algún guardián de la Cuarta Dimensión, eso es obvio.
Desarrollando la Clarividencia podremos verificar la realidad de la Cuarta Dimensión y de las criaturas Elementales que en ella viven.
2.- A propósito de Duendes Maestro, quisiera relatarle un hecho que aconteció hace 20 años en una población llamada Génova Caldas, Colombia: una niña fue enviada por sus padres en la mañana a una tienda; al regresar a su casa se encontró en el camino a una mujer que tenía cierto parecido a su madre, la cual le convidó a que le siguiera; la niña le siguió, saliendo de la población.
Al llegar las horas de la noche y ver sus padres que la niña no regresaba, pusieron en conocimiento de las autoridades su desaparición; horas más tarde se organizó un grupo que fueron en busca de la citada niña; siguieron por un lugar donde alguien les había informado haberla visto pasar, y al acercarse a la Cordillera Central, una persona les indicó que por ahí había pasado y que ella le había preguntado adonde iba, contestándole la niña que iba con su mamá.
Continuaron la búsqueda a lo largo de la cordillera y después de tres días encontraron a la niña semidesnuda sentada sobre un viejo tronco de un árbol, sin poder hablar; al traerla al pueblo después de que recuperó el habla, explicó que la había conducido una persona muy idéntica a su madre hasta ese lugar y después la había abandonado. ¿Quisiera explicarme a qué se debió esto, y si efectivamente fue un Duende como la gente de ese lugar aseguraba?
R.- Con el mayor placer contestaré a su pregunta. Obviamente la niña fue raptada por un Duende que tomó la misma forma de su madre; las gentes escépticas de las ciudades no creen en estas cosas; empero, las personas sencillas de los bosques dan testimonios vivientes sobre la realidad de los Duendes, los cuales en el fondo no son más que simples Elementales de la Naturaleza, habitantes de la Cuarta Dimensión, de la Cuarta Coordenada, de la Cuarta Vertical.
Nosotros los gnósticos tenemos medios y procedimientos científicos para entrar en esa Cuarta Dimensión a voluntad, conscientemente, positivamente. Así podemos entrevistarnos con tales criaturas de la Naturaleza y platicar con ellas.
3.- ¿Podría usted explicarme de qué manera es posible penetrar con cuerpo de carne y hueso dentro de la Cuarta Dimensión? A mí me gustaría ver esos Duendes, esos Elementales, y si usted tiene el procedimiento, enséñemelo.
R.- Pero, amigo mío, usted me está pidiendo algo sensacional; quiero que sepa que a los gnósticos no nos gusta el egoísmo; tengo la clave y los procedimientos y con el mayor placer le voy a enseñar uno.
Ante todo conviene que usted sepa que la Naturaleza no es algo inconsciente, como muchos suponen; la Naturaleza es realmente la Madre Natura, dispone de poderes psíquicos formidables los cuales podemos utilizar para penetrar en la Cuarta Dimensión voluntariamente, conscientemente, positivamente.
Acuéstese usted del lado del corazón con la cabeza puesta sobre la palma de la mano izquierda, concéntrese intensamente en la Madre Naturaleza, suplíquele, pídale, ruéguele con frases salidas del corazón, con palabras sencillas, que lo transporte, que lo lleve por entre la Cuarta Dimensión a un bosque cualquiera, a algún paraje cercano y cuando usted comience a sentir sus piernas y brazos en estado de lascitud, cuando comience a dormitar, sintiéndose en estado de somnolencia, lleno de fe intensa, levántese de su cama, diciendo:
“Madre mía, en nombre del Cristo te pido que me lleves con mi cuerpo a tal lugar: (diga ahora el lugar a donde usted quiera ir)”.
Le aconsejo, mi buen amigo, que antes de salir a la calle, dé primero un saltito con la intención de flotar en el ambiente circundante, para verificar si realmente está en la Cuarta Dimensión.
Es claro que si usted no flota, si no logra quedar suspendido en la atmósfera, es porque todavía no ha penetrado en el mundo de la Cuarta Dimensión; en este último caso, métase entre su cama nuevamente y repita el experimento.
Algunas personas triunfan inmediatamente, otras tardan meses y años enteros en este aprendizaje.
Es urgente saber que cada ser humano tiene su Madre Naturaleza Particular, aquel principio inteligente que creó su propio cuerpo físico, que unió zoospermo y óvulo para la fecundación, que dio forma a cada célula orgánica.
Nuestra Madre Divina Particular puede ayudarnos a condición de una conducta recta. Trabaje usted con esta técnica y cuando logre el éxito, podrá convivir en el mundo de la Cuarta
Dimensión con todas las criaturas Elementales de la Naturaleza.
4.- En una selva espesa del Departamento de Huila, en la República de Colombia, le sucedió a un campesino que, estando entre vigilia y el sueño, sintió ruidos cerca de su casa en las horas de la noche y oyó una voz que decía: “prende la candela, prende la candela, prende la candela”. El hombre no prestó ninguna atención, pero cuando estaba quedándose dormido, volvió a oir que le repetían las mismas palabras tres veces; en vista de esto, se levantó y prendió la candela, sentándose al pié de ella.
Cuando ya había avanzado la noche, el hombre se volvió a quedar dormido, volviendo a oír otra vez la misma voz que le repetía: “prende la candela, prende la candela, prende la candela”. Despertó y vio que la candela se estaba apagando, volvió a avivarla con la leña y, mientras lo hacía, le vino a la memoria en ese momento un sueño que había tenido siete años atrás estando en otra región, en donde vio que se encontraba solo en una selva y que una fiera lo atacaba.
¿Podría usted explicarme quién le daba esas órdenes y qué tenía que ver su sueño de siete años atrás con lo que le estaba sucediendo en esos momentos?
R.- Distinguido señor, me es grato responder a su pregunta. Su relato está interesante. El caballero de tal aventura, soñó siete años antes el evento citado y es claro que su sueño se cumplió al pie de la letra; no hay duda de que su sueño fue profético, se convirtió en realidad.
Incuestionablemente gentes desencarnadas, mejor dijéramos, almas de fallecidos que en otros tiempos vivían en tales selvas como pastores de animales porcinos, le ayudaron al citado señor, vieron el peligro que le acechaba. No hay duda de que en tales selvas hay bestias feroces, tigres, panteras, fieras de toda especie, etc., etc.; los difuntos aquellos le indicaron la necesidad de encender el fuego para conjurar el peligro, para defenderse de esos asaltos nocturnos, posiblemente de tigres, hablando específicamente. ¿Ve usted cómo tenemos amigos invisibles que velan por nosotros y nos ayudan?
5.- Hace dos años en una reunión en que se relataban casos raros, una de las personas que trabajaba en una compañía de artículos eléctricos, nos contaba que en Escocia había muchos Duendes y que a él, en lo particular, le sorprendió mucho el siguiente caso: Un amigo íntimo de él, les narraba que se había hecho amigo de un Duende y que platicaba largas horas con él, relatándole que al Duende le gustaba mucho comer ciertas cerezas agridulces que había en muy escasos lugares del bosque. Como no le creían, pensó hacerles una demostración física, para lo cual le propuso al Duende llevarlo al lugar a donde se encontraban las cerezas que tanto le gustaban; pero como no podían caminar al parejo, le indicó se metiera en una bolsa de manta para poder transportarlo. Una vez que el Duende estuvo dentro de la bolsa, el escocés corrió a la casa de su amigo dando de gritos para demostrarle que era amigo de un Duende y que lo llevaba consigo en la bolsa de manta, pero grande fue su sorpresa al abrirla y ver que ésta estaba vacía; salió desconsolado y avergonzado de la casa, caminando rumbo al lugar donde se encontraban las cerezas agridulces que tanto gustaban al Duende.
Por el camino se dio cuenta que algo se movía dentro de la bolsa de manta que todavía traía en la mano. Al llegar al lugar donde se encontraban las cerezas, saltó de la bolsa un conejito blanco que fue a devorarse las cerezas, transformándose después en el Duende; al verlo el escocés le recriminó diciéndole: “¿Por qué me hiciste esa mala jugada? ¿No ves que quedé por tu culpa en ridículo con mis amigos? Contestándole el Duende que él no se prestaba a esa clase de demostraciones y que si quería seguir siendo buen amigo de él, le prometiera no volverlo a utilizar para convencer a sus amigos de la amistad que les unía. ¿Es posible que los Duendes desaparezcan y aparezcan cambiando de forma?
R.- Con el mayor gusto responderé a su pregunta; se nos ha dicho que tales Duendes asumen formas masculinas muy hermosas con rubios cabellos y sonrosado cutis; algunos hasta afirman que se enamoran de las mujeres jóvenes en los bosques, y que suelen darles deliciosas serenatas. Viejas tradiciones afirman que sólo con una competencia de orquestas, haciendo resonar deliciosa música, pueden ser alejados.
Su relato es muy interesante; ya ve usted cómo alguien puede hacerse amigo de un Duende; desafortunadamente, tal persona cometió el error de querer hacer demostraciones con su amigo invisible; es obvio que los Duendes son enemigos de los exhibicionismos; cuando ofrecen su amistad, lo hacen sinceramente; desgraciadamente las gentes tienen la tendencia exhibicionista y eso es muy grave.
¿Que hubiera tomado aquella criatura la forma de un conejito? Eso no es nada raro. ¿Que hubiera devorado las cerezas? No se extrañe usted de eso. Ellos comen distintas substancias, principios y frutos de la Naturaleza; son criaturas que existen, que tienen vida, viven normalmente en la Cuarta Dimensión, pero en algunos parajes solitarios de los bosques; pueden hacerse visibles y tangibles para el hombre de carne y hueso, cuando así lo desean; las gentes vanas del mundo ya no aceptan nada de esto porque están demasiado sumidas en la barbarie, han degenerado sus sentidos psíquicos y se hallan demasiado materializados.
Nosotros los gnósticos pensamos en forma diferente; tenemos ejercicios y sistemas para desarrollar las facultades psíquicas y, mediante ciertos procedimientos, hasta nos damos el lujo de ponernos en contacto no solamente con los Duendes, sino también con los Devas y Elementales de esta gran creación.
Samael Aun Weor