La cruda realidad de los hechos nos viene a demostrar que son muchos los que no han comprendido la trascendencia del trabajo esotérico gnóstico, y que una gran mayoría no son buenos dueños de casa.
Cuando no se es buen dueño de casa, es claro que no se está preparado para entrar en la senda del filo de la navaja. Para trabajar en la Revolución de la Dialéctica se necesita haber llegado al nivel del buen dueño de casa.
Un tipo fanático, lunático, caprichoso, etc., no puede servir para la Revolución Integral. Un sujeto que no cumple con los deberes de su hogar no puede lograr el gran cambio. Una persona que es mal padre, mala esposa o mal esposo o que abandona su hogar por tal o cual hombre o mujer, jamás podrá llegar a la transformación radical.
La piedra angular de la Psicología Revolucionaria está en el requisito de: Tener un perfecto equilibrio en el hogar; ya siendo un buen esposo, buen padre, buen hermano y buen hijo. Perfecto cumplimiento de los deberes que existen para con la humanidad doliente. Convertirse en una persona decente.
Quien no cumple con estos requisitos jamás podrá avanzar prácticamente en estos estudios revolucionarios.