En los infiernos atómicos hay que desintegrar los cadáveres del ego a punta de fuerza eléctrica sexual. No hay que esperar que el tiempo los desintegre.
El Diamante precioso con que pulió Salomón las piedras preciosas, es la Piedra Filosofal.
Desintegrando los cadáveres del ego, debemos encausar todos nuestros esfuerzos a “no volver a crear cuerpos físicos porque son vulnerables y están expuestos a la vejez y a la muerte”.
Indubitablemente, el Karma crea cuerpos.
Por falta de trabajo psicológico, la gente de esta época no es profunda y le gusta ser superficial. Se creen capaces de reírse de todas las civilizaciones.
Actualmente, la mente humana está degenerada por aquello del concepto. Todo concepto emitido es el resultado de lo que han dicho, de lo que se ha estudiado.
El autoconcepto se basa en la experiencia de la propia forma de pensar.
Gurdieff es incipiente en sus conocimientos.
Krishnamurti sí tiene sus autoconceptos porque jamás ha leído a nadie.
El desequilibrio y el rompimiento con la armonía del Cosmos devienen cuando la autoautoridad no se posee dentro.
¿Cómo se va a poseer autoautoridad si no se es dueño de sí mismo?
La autoacción sólo puede ser posible cuando se tiene el Ser adentro.
La Piedra Filosofal, el autoconcepto, la autoacción y la autoautoridad, sólo son posibles cuando se desintegran los cadáveres del ego en los infiernos atómicos psicológicos.