1- ¿Por qué en el instante de morir unos lloran, otros cantan y otros sonríen?
R. Esta presunta se divide en tres etapas: Primero: escrito está que uno hace llorando y muere llorando. Segundo: hay casos en que el moribundo canta recordando momentos dichosos del pasado y Tercero: suelen sonreír, (aunque esto no es muy común) posiblemente recordando escenas simpáticas de su existencia.
2- ¿Quién ordena al alma que salga del cuerpo para que pueda ser sepultado?
R. En instantes en que el moribundo exhala su último aliento, concurre al lecho mortuorio un Ángel de la Muerte; de ellos hay legiones. El Ángel funeral corta el cordón plateado o hilo de la vida que conecta al ama con el cuerpo físico. El moribundo suele ver a tal ángel en forma espectral y la guadaña con que se le representa es ciertamente real; dicho instrumento de trabajo, sirve exactamente para que tal Deidad pueda cortar el hilo de la existencia.
3- ¿Qué comen y con qué pagan los difuntos?
R. Aquí en México tenemos nosotros el día de los difuntos, el 2 de noviembre de cada año. En tal día las gentes visitan el panteón, ponen velas encendidas en los sepulcros y en platos, ollas, vasos, etc., aquellos alimentos y bebidas que más gustaban al desencarnado cuando vivía. Es costumbre de muchas gentes comerse después esas sobras y cualquiera que tenga algo de sensibilidad psíquica, podrá notar que le falta a esos manjares el “principio vital”. Las gentes sencillas piensan, y con justo acierto, que el ser querido desencarnado se alimenta con esas viandas.
No hay duda de que realmente los fallecidos comen, no la parte física de los alimentos, sino sus alimentos dijéramos etéricos, sutil, desconocido para la vista física, pero perceptible a la clarividencia; no debemos olvidar que en todo alimento físico existen alimentos etéricos, fácilmente asimilables por los difuntos.
Los desencarnados pueden visitar un restaurante del mundo físico, saludarán a los vivos y el subconsciente de ellos les contestará, pedirá comida y es obvio que el Ego interno del dueño del restaurante traerá a la mesa formas mentales semejantes a los platos y alimentos que en el establecimiento se consumen; el desencarnado sentado en el comedor, comerá de esos “platillos sutiles”, hechos con esencia del mundo mental y pagará con “moneda mental”, saliendo luego del restaurante. En tales condiciones es obvio que los muertos siguen creyendo que están vivos y esto lo puede evidenciar cualquier persona que haya desarrollado la clarividencia y las otras facultades del alma.
4- ¿En dónde habitan los difuntos?
R. Los difuntos viven los primeros días en la casa en donde fallecieron o en la clínica u hospital donde murieron y después, como quiera que tienen que revivir la vida que acaban de pasar, es claro que vivirán en aquellos lugares donde antes habitaron.
5- ¿Cómo visten los difuntos?
R. Como acostumbraban a vestir en vida; por lo común se visten con la misma ropa con las que fueron sepultados.
6- ¿Qué diversiones tienen los difuntos?
R. Es claro que el borracho seguirá yendo a las cantinas, el cineasta a los cines, el jugador a las casas de juego, la mujer ramera a donde vivían y el libertino a donde ellas.
7- ¿Qué sol alumbra a los difuntos?
R. El sol que alumbra a los vivos es el mismo que ilumina a los muertos, sólo que estos ven los colores más allá del espectro solar. Ellos ven colores que no perciben la retina física de la gente mortal.
8- ¿Los difuntos se bañan y con qué agua?
R. Es obvio que ellos se bañan con las mismas aguas que se bañan los vivos, sólo que ellos utilizan el agua de la cuarta dimensión.
9- ¿Por qué hay personas que mueren más rápido que otras?
R. Porque hay gentes que se pegan demasiado al mundo y es claro que no quieren irse de él y demoran agonizando horas y horas.
10- ¿Qué esperanza tienen los difuntos?
R. Eso de las esperanzas es muy variado; depende de la calidad del muerto. La mayor esperanza de un avaro, aún después de muerto, es conseguir más riquezas, pues tiene la conciencia dormida; la mayor esperanza de un hombre enamorado será pues, conseguir mujeres que le adoren, que lo quieran, que lo idolatren; la mayor esperanza de un hombre profundamente religioso, será entrar a las regiones inefables de la Luz, etc., etc., etc.
11- ¿Qué busca el alma después que abandona el cuerpo?
R. El alma busca lo que quiere; la madre busca a su hijo y a veces se hará visible; el esposo busca a su esposa, si es que la adoraba, y el que deja tesoros enterrados, buscará estos en el lugar a donde dejó sus riquezas, etc.
12- ¿Los difuntos tienen autoridades como en el mundo físico?
R. Autoridades existen en todos los rincones del Universo, tanto en los vivos como en los muertos, por ejemplo, las autoridades de las almas perdidas que viven en el Abismo serán los mismos demonios; las autoridades de los Inefables, serán los que están por encima de ellos en la escala de la jerarquía, pero como las gentes tienen la conciencia dormida, es obvio que siguen respetando las autoridades que existen en el mundo físico.
13- ¿Cómo ven los muertos al mundo de los vivos?
R. Ellos ven las mismas calles, las mismas ciudades y a las gentes igual que si estuvieran vivos.
14- ¿Por qué el difunto no se da cuenta de que está muerto?
R. El difunto sigue creyendo que está vivo porque tiene la conciencia dormida y cuesta mucho trabajo hacerles creer que ya no pertenecen al mundo de los vivos. Como ven todas las cosas absolutamente iguales que como las veían en vida, es claro que no sospechan que han muerto.
15- ¿A qué se dedican los difuntos?
R. Las gentes cuando han muerto siguen ocupadas en las mismas tareas de cuando vivían, ya que no sospechan que han perecido.
16- ¿Un difunto puede trasladarse a donde quiera, cómo lo hacía en vida?
R. Los difuntos tienen plena libertad para moverse en todos los ámbitos del espacio y para visitar todos los lugares.
17- ¿Con qué luz se alumbran los difuntos?
R. Ellos se alumbran con la luz astral; tal luz es un fuego desprendido del NIMBO del sol y fijado en la tierra por la fuerza de la gravedad y el peso de la atmósfera.
18- ¿Se siente algún dolor al morir?
R. La muerte es dolorosa para los jóvenes y deliciosa para los viejos. Esto es semejante a un fruto, cuando ya está maduro cae por su propio peso, pero cuando está verde no cae y podría decirse que sufre por el desprendimiento.
19- ¿Después de muerto uno puede reconocer su cuerpo en el ataúd?
R. Pueden verlo, pero no lo reconocen porque como tienen la conciencia dormida nunca creen que ése es su propio cuerpo, y piensan que se trata del cuerpo de otra persona.
20- ¿Si la persona se diera cuenta de que murió, podría volver a meterse al cuerpo antes de que lo sepulten?
R. Después de haberse cortado el hilo de la vida, ya no es posible meterse en su cuerpo; en este caso, cuando la persona estuviera consciente de que realmente ya murió o bien se asustaría terriblemente o se alegraría, todo depende de las condiciones morales del difunto.
21- ¿Qué consuelo recibe el alma cuando muere el cuerpo?
R. El consuelo de los desencarnados es la oración de los dolientes, hay que orar por los muertos.
22- ¿Para morirse tiene uno su hora, día y minuto fijado?
R. Toda persona que viene a este mundo recibe un Capital de valores vitales; cuando dicho Capital se acaba sobreviene la muerte. Es bueno aclarar que podemos ahorrar tales valores y alargar la vida. Aquellos que no saben ahorrar los valores vitales desencarnan más pronto.
23- ¿Un difunto puede llevarse a un vivo al mundo de los muertos?
R. Nosotros los Gnósticos aprendemos a salir del cuerpo físico a voluntad, entonces podemos visitar el mundo de los muertos; los difuntos también pueden llevarse en algunas ocasiones las almas de sus amigos; esto sucede especialmente durante el sueño, pero tienen que regresar al mundo físico al despertar del sueño normal; eso significa que la visita al mundo de los muertos se hace durante el sueño del cuerpo.
24- ¿En el mundo de los difuntos hay aviones, carros y trenes como en el mundo físico?
R. Todos los inventos que existen en el mundo físico vienen precisamente de la región de los muertos; tales artefactos en el fondo son formas mentales que los desencarnados pueden ver, oír, tocar y palpar.