PROCEDIMIENTOS JINAS

Al iniciar este capítulo queremos poner énfasis en el siguiente postulado: “La Física continuará estacionaria mientras la mente humana permanezca embotellada en el dogma tridimensional de Euclides.”

Incuestionablemente, la Física contemporánea resulta ciertamente regresiva, retardataria, reaccionaria.

Se necesita con urgencia máxima, impostergable, trazar la cuarta vertical. Empero esto no es posible en tanto exista el escepticismo materialista.

Cualquier humanidad avanzada del remoto futuro podrá crear naves cósmicas capaces de atravesar instantáneamente la barrera de la velocidad de la luz .

Tales navíos, regiamente basados en una nueva Física de tipo tetradimensional, viajarán por entre la cuarta vertical a velocidades superiores a la de la luz. Entonces la conquista del espacio infinito será un hecho concreto, claro y definitivo.

Indubitablemente, aquellos navíos impulsados por la energía solar, habrán de ser gobernados por hombres auténticos en el sentido más completo de la palabra.

Es ostensible, y todo el mundo lo sabe, que con los aviones supersónicos ya hemos atravesado la barrera de la velocidad del sonido. Sin embargo, el terrícola soberbio y orgulloso, continúa detenido ante la barrera de la velocidad de la luz.

No está demás en este capítulo emitir el siguiente enunciado: ” Tras la barrera de la velocidad de la luz -300,000 kilómetros por segundo- se encuentra la cuarta dimensión.”

De tal enunciado podemos inferir el siguiente corolario : “Cualquier mago que viaje con su cuerpo físico por entre la cuarta coordenada, incuestionablemente, sabe atravesar instantáneamente la barrera de la velocidad de la luz.”

Fue en Coatepec, que está en Tula, el histórico lugar donde los sesenta ancianos hechiceros del muy poderoso Señor Moctezuma, mediante el auxilio extraordinario del Mefistófeles Faustino, pudieron atravesar instantáneamente la barrera de la velocidad de la luz para viajar por la cuarta vertical hacia la Isla sagrada y eterna, allende los mares del Polo Norte, cuna real de la humanidad terrestre.

Hay que leer en la Doctrina Secreta de H.P.B. todo lo relativo a este primer Continente terrestre llamado a perdurar desde el principio al fin de la humanidad sobre este mundo.

En la tierra sagrada de los Vedas, todo auténtico Samyasin del pensamiento puede atravesar instantáneamente la barrera de la velocidad de la luz para viajar por la dimensión desconocida como Francisco de Asís.

Nosotros afirmamos solemnemente y con entera certeza que cuando un esoterista aplica un samyasi a su cuerpo físico, atraviesa de inmediato la barrera de la velocidad de la luz.

Cualquier samyasi integral, esencial, fundamental, contiene substancialmente tres ingredientes radicales:

 

A.- Concentración absoluta de la voluntad consciente. 

B.- Meditación profunda. 

C.- Éxtasis, arrobamiento, júbilo místico, adoración suprema. 

 

No está demás recordar en este Mensaje de Navidad 1974-1975 que la paciencia es la escala de los gnósticos y la humildad es la puerta de su Jardín.

Incuestionablemente, algunos ascetas gnósticos habrán de trabajar durante muchos años, hasta lograr el pleno desarrollo del cardias que los tornará idóneos en la Ciencia Jinas.

La naturaleza radiante de la Partícula íntima que permite este prodigio, está debidamente especificada por la forma de hacha, signo del rayo que el Hombre-Tigre del México azteca usa frecuentemente.

El Tigre humanizado, Xolotl-Lucifer, se convierte en una realidad concreta, no sólo en el México pre-cortesiano sino también en todo Meso-América.

Es así, convertido en hombre, como lo encontramos en Teotihuacan; levantando sus heroicos brazos en un gesto litúrgico o con esa marcha felina que le caracteriza.

Incuestionablemente, los Caballeros Tigres del México azteca, además de Guerreros acostumbrados a la dura brega, eran también atletas extraordinarios de la Ciencia Jinas.

Sin exageración alguna afirmamos en forma enfática que aquellos perínclitos varones de Anahuac sabían mezclar inteligentemente los tres elementos del samyasi con el temible poder felino de Lucifer-nahua.

Acostados sobre pieles de tigre, imitando la sagrada postura del jaguar cuando en reposo se encuentra, ligeramente adormecidos, aquellos ilustres varones sabían combinar conscientemente la voluntad y la imaginación en vibrante armonía.

Integrando esfuerzos, en suprema concentración mental, con meditación de fondo, asumían deliberadamente y mediante la imaginación creadora la felina figura del Jaguar-Xolotl-Mefistófeles.  Marcharse, desenvolverse, funcionar con esa figura que espanta, en pleno éxtasis y gozo místico, en modo alguno resultaba imposible para estos perínclitos Señores de la tierra sagrada de Anahuac.

Cada vez que aquellos notables eremitas se desprendían del duro lecho para andar como tigres y desaparecer luego en la cuarta coordenada, proferían la siguiente frase ritual: “Nosotros nos pertenecemos.” “La pólvora, cuando se inflama en el arcabuz, estalla con gran ruido; así también el corazón, abrasado por el Divino Amor.”

Escudriñando viejos cronicones con el tesón de clérigo en su celda, hube de corroborar muchos de estos detalles de la antigua ciencia.

Dice la leyenda de los siglos, y esto lo saben los Divinos y los humanos, que aquellos Tigres legendarios, exóticos y extraños, ante el umbral del Templo de Chapultepec -ahora en estado de Jinas-tornaban nuevamente a su gentil y muy humana figura.

No podríamos seguir con estas cuartillas sin dejar de recordar a Ovidio y sus metamorfosis maravillosas.

Superlativos encantos místicos que los ignorantes ilustrados de esta época fatal del Kaliyuga (los tiempos actuales) rechazan con insólita soberbia.

Indubitablemente, Felipe, el Apóstol del gran Kabir Jesús, es el santo Patrón de todos estos fenómenos jinas.

Aseveran las Sagradas Escrituras que Felipe, después de haber bautizado a un eunuco, fue arrebatado por el Señor y que entonces siguió su camino gozoso.

Dicen que después se encontró en Azoto y que pasando anunciaba el Evangelio en todas las ciudades hasta que llegó a Cesárea.

Cualquier Arhat gnóstico sincero puede implorar el auxilio mágico del gran Apóstol Felipe.

Si amáis a Felipe, cuando estéis dormitando meditad en él. Excluid de vuestra mente cualquier otro pensamiento, y al sentir en vuestra alma el gozo de su presencia, proferid la siguiente frase ritual: ¡Al cielo Felipe! Salid luego de vuestra recámara con paso firme y decidido metiéndoos con violencia dentro de la dimensión desconocida.

En nombre de la Gran Causa, solemnemente declaro que esta fórmula extraordinaria renglones arriba citada, se la debo a un Espíritu divino llamado Isabel, cuya humana personalidad es ciertamente una humilde monja descalza de un antiguo Monasterio medieval que por estos tiempos se encuentra sumergido en la cuarta vertical.

Que soles de entusiasmo os alumbren el camino, muy querido y amable lector.

Que las fuerzas del tigre os acompañen.

Que los cocuyos de Sabiduría iluminen vuestro intelecto.

Que el pino rumoroso dé sombra a vuestro descanso.

Que las ranas de esmeralda señalen los senderos croando sin descanso.

Que ella, la naturaleza, sea pródiga contigo.

Que la Fuerza Universal os bendiga y dirija.

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