Los Seudo-ocultistas y seudo-esoteristas, dividen el Ego en dos Yoes: Yo superior y Yo inferior.
Superior e inferior división de un mismo organismo.
Yo Superior, Yo inferior es todo Ego, todo Yo.
El Intimo, el real, sino es Yo, trasciende todo yo, está más allá de todo Yo.
El Intimo es el Ser, el Ser es lo real, lo atemporal, lo divinal.
El Yo tuvo un principio y tendrá inevitablemente un fin, todo lo que tiene un principio tiene un fin.
El Ser el Intimo, no tuvo principio, no tendrá fin. Él es lo que es, lo que siempre ha sido y lo que siempre será.
El Yo continua después de la muerte y retorna a este valle de lagrimas para repetir acontecimientos, satisfacer pasiones y pagar Karma.
El Ser no continua porque no tuvo principio, solo continua lo que pertenece al tiempo, lo que tuvo un principio. El Ser no pertenece al tiempo.
Lo que continua está sometido a decrepitud, degeneración, dolor, pasión. Nuestra vida actual, es el efecto de nuestra vida pasada, continuación de nuestra vida pasada, el efecto de una causa anterior.
Toda causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa, toda causa, se transforma en efecto, todo efecto se convierte en causa.
Nuestra vida presente es la causa de nuestra vida futura, nuestra futura vida tendrá por causa nuestra vida actual, con todos sus errores y miserias.
Continuar es aplazar el error y el dolor, nosotros debemos morir de instante en instante para no continuar; es mejor ser que continuar.
El Yo es el origen del error y de su consecuencia que es el dolor, mientras exista el Yo, existirá el dolor y el error.
Nacer es dolor, morir es dolor, vivir es dolor; dolor en la niñez, la adolescencia, la juventud, la madurez, la vejez; todo en este mundo es dolor.
Cuando dejamos de existir en todos los niveles de la mente, desaparece el dolor, solo dejaremos de existir radicalmente disolviendo el Yo psicológico,
El origen del Yo es el órgano Kundartiguador, El Yo está constituido por todas las malas consecuencias del órgano Kundartiguador.
El Yo, es un manojo de pasiones, deseos, temores, odios, egoísmo, envidia, orgullo, gula, pereza, ira, apetencias, apegos, sentimentalismos morbosos, herencia, familia, raza, nación, etcétera.
El Yo es múltiple, el Yo no es individual, el Yo existe pluralizado, y continúa pluralizado y retorna pluralizado.
Así como el agua se compone de muchas gotas, así como la llama se compone de muchas partículas ígneas, así el Yo se compone de muchos Yoes.
Millares de pequeños Yoes constituyen el Yo o Ego que continúa después de la muerte y retorna a este valle de lagrimas para satisfacer deseos y pagar Karma.
En cinta sucesiva los Yoes pasan en orden sucesivo por la pantalla de la vida, para representar su papel en el drama doloroso de la vida.
Cada Yo de la trágica cinta tiene su mente propia, y sus ideas, y criterio propio. Lo que a un Yo le gusta, a otro Yo le disgusta.
El Yo que hoy jura fidelidad ante el Ara de la Gnosis, es desplazado más tarde por otro Yo que odia la Gnosis, el Yo que hoy jura amor eterno a una mujer, es remplazado mas tarde por el otro Yo que nada tiene que ver ni con la mujer ni con el juramento.
El animal intelectual llamado falsamente hombre no tiene individualidad, porque no tiene un centro permanente de conciencia, no tiene continuidad de propósitos porque no tiene un centro de gravedad permanente, solo tiene el Yo pluralizado.
No es pues extraño que muchos se afilien al Movimiento Gnóstico y luego se conviertan en enemigos de él. Hoy con la Gnosis, mañana contra la Gnosis, hoy en una escuela, mañana en otra, hoy con una mujer, mañana con otra, hoy amigo mañana enemigo, etc.
Samael Aún Weor