Según Hegel, lo “Inconsciente” jamás habría emprendido la vasta y laboriosa tarea de desenvolver el Universo, más que con la esperanza de alcanzar clara conciencia de sí mismo.
El término “Inconsciente” resulta en el fondo muy ambiguo, dudoso, confuso, discutible. Podemos usar tal término en forma convencional para indicar o señalar un misterio creador, algo que está mucho más allá de la CONCIENCIA. Resulta incuestionable que PARABRAHMAN, el espíritu universal de vida, trasciende a todo eso que se llama CONCIENCIA y es obvio que podemos denominarle “Inconsciente”.
Dentro de este tema estrictamente humano podemos y hasta debemos enfatizar la idea de que antes de trascender la “CONCIENCIA”, necesitamos primero despertarla. Aquello de la “CONCIENCIA ABSOLUTA TRAS LOS FENÓMENOS” es indubitable que resulta demasiado vago, incoherente, impreciso. Resulta absurdo confundir a la CONCIENCIA con el SER ABSOLUTO. Desdichadamente muchos filósofos creen en esas aberraciones de la mente.
SAT, el ABSOLUTO INMANIFESTADO nada tiene que ver con la CONCIENCIA; esta última por brillante que sea viene a ser como una mísera bujía de cebo ante la luz increada de eso que no tiene nombre.
Las escuelas de Shelling y de Fichte ciertamente han divergido mucho del concepto arcaico y primitivo de un principio absoluto y han reflejado tan solo un aspecto de la idea fundamental de la Vedanta. El “Absoluter Geist”, sugerido vagamente por Von Hartmann en su filosofía pesimista del “Inconsciente”, si bien es quizás la mayor aproximación de la especulación europea a las doctrinas Advaita-Indas, sin embargo dista también mucho de la realidad al cometer el error de identificar al ser absoluto con eso que se llama CONCIENCIA.
El bípedo humano o mejor dijéramos el homúnculo ese equivocadamente llamado hombre, incapaz de formar un solo concepto, a no ser relativo a fenómenos completamente empíricos, es impotente, a causa de su constitución estrictamente intelectual y animal, para levantar siquiera una punta del velo que cubre la majestad del ESPACIO ABSTRACTO ABSOLUTO.
La CONCIENCIA CÓSMICA, el GRAN ALAYA del Universo, debe despertar en cada ser humano. Empero hacemos hincapié en la necesidad de no confundir CONCIENCIA con ABSOLUTO.
“Lo finito no puede concebir lo infinito, ni puede aplicarse su propia clase de experiencias mentales. ¿Cómo puede decirse que lo Inconsciente y lo absoluto puedan tener ni siquiera un impulso instintivo o esperanza de alcanzar clara conciencia de sí mismo?”.
Es indubitable la necesidad de lograr el despertar de la conciencia si es que sinceramente queremos la iluminación. Tal despertar superlativo sería imposible sin haber pasado previamente por la terrible aniquilación budista… Quiero referirme en forma enfática a la destrucción del YO; a la muerte del mí mismo.
Existen dos tipos de iluminación; la primera suele llamarse “AGUA MUERTA” porque tiene ataduras. La segunda es elogiada como “LA GRAN VIDA” porque no tiene ataduras, es experiencia directa en el vacío iluminador.
A todas luces resalta con entera claridad meridiana que debemos primero hacemos AUTO-CONSCIENTES para experimentar en forma plena el aspecto iluminado de la CONCIENCIA. Es ostensible que no sería posible sumirnos en la corriente del sonido, en el vacío iluminador, sin haber vuelto pedazos previamente las ataduras que en una u otra forma nos atan a la conciencia. Con la aniquilación del EGO transformamos al SUBCONSCIENTE en CONSCIENTE; después debemos destruir los grilletes que nos relacionan con la CONCIENCIA.
El VACÍO ILUMINADOR es el “INCONSCIENTE” (Usado este último término en el sentido de algo que está mucho más allá de la conciencia). ¿Habéis oído hablar de ANUPADAKA? El sentido estricto y riguroso de esta palabra significa: “Sin padres, sin progenitores”. OSIRIS es el padre que está en secreto, la Mónada particular de cada cual ISIS es la DUADA; el aspecto femenino; la divina Madre Kundalini. HORUS es el ÍNTIMO, nuestro Espíritu divino; La Tríada. Resulta fácil entender que cuando HORUS sale victorioso en las batallas contra los demonios rojos (Yoes Diablos), entonces se da el lujo de tragarse su propia alma.
Después del banquete viene lo mejor; PADRE, MADRE e HIJO; OSIRIS, ISIS, y HORUS, tres divinos fuegos con alma diamante se mezclan, fusionan, e integran, para formar una sola llama; un ANUPADAKA. El Señor oculto, el sumido en el ABSOLUTO dentro de la inagotable e inconcebible felicidad, el ANUPADAKA, no puede tener padres, puesto que es existente por sí mismo y Uno con el Espíritu universal de vida.
El misterio de la jerarquía de los ANUPADAKA entre el espacio ABSTRACTO-ABSOLUTO, está para nosotros más allá de toda posible comprensión.
Samael Aun Weor