Cuando el fuego serpentino que asciende victorioso, llega a la altura de la glándula tiroides, se abre la iglesia de Sardis.
El chacra laríngeo tiene dieciséis hermosos pétalos que resplandecen llenos de gloria con el fuego sagrado de Pentecostés.
Este hermoso chacra parece una misteriosa luna llena, resplandeciendo como un poema inefable entre las melodías conmovedoras del éter infinito. Meditando profundamente en este chacra, se despertarán sus ocultos y terribles poderes. Con el desarrollo del chacra laríngeo podremos conservar el cuerpo hasta durante las grandes noches cósmicas, sin que el Pralaya pueda desintegrarlo. Con el desarrollo del chacra laríngeo logramos el sintetismo conceptual. Los grandes maestros del nirvana no razonan.
El sintetismo conceptual y la intuición reemplazarán al proceso del razonamiento. El deseo y los razonamientos son del yo. Realmente, Satán es el razonador. Con el desarrollo del chacra laríngeo comprendemos el esoterismo de los libros sagrados. El Tatwa Akasha, es el Tatwa del chacra laríngeo. Con el desarrollo del chacra laríngeo conoceremos lo pasado, lo presente y lo futuro de todo lo que existe en el universo. Con el desarrollo del chacra laríngeo despertará el oído sagrado y podremos escuchar las palabras del paraíso y las sinfonías inefables de los templos. Con el desarrollo del chacra laríngeo recibimos el poder de la comprensión. La comprensión y la intuición reemplazarán a la razón.
La mente comprensiva no juzga ni traduce. El yo juzga y traduce todo lo que ve al lenguaje de sus prejuicios, recuerdos, errores y maldades.
“No juzgaréis para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis seréis juzgados y con la medida con que medís, os volverán a medir” (Mateo 7: 1, 2).
Vivid en estado de alerta percepción. Ved, oíd y comprended. No juzguéis para que no seáis juzgados. Comprended todo. No convirtáis a Satán en traductor de todo aquello que veis y escucháis.
Reconquistad la inocencia del Edem. Tú, que meditas en la iglesia de Sardis, escucha las palabras inefables del nirvana. ¿Habéis asistido alguna vez al banquete de los Nirvanis?
¡Mira! ¡Qué seres tan divinos! Estos santos maestros visten con túnicas de diamante. La túnica de Dharmasatyas. Sobre la mesa del banquete hay tres vasos conteniendo tres bálsamos purísimos. El primero es el bálsamo rojo del fuego. El segundo es el bálsamo verde del agua pura que da vida eterna. El tercero es el bálsamo blanco inmaculado y puro del espíritu.
Bebe de esos tres vasos, y nunca jamás volverás a tener sed.
¡Ah!… Cuando tus palabras sean puras y bellas como las voces del paraíso. ¡Ah! Cuando cada frase vuestra sea amor, belleza, armonía… Entonces tu laringe creadora será como las notas divinas y encantadoras de un piano del nirvana. Como la melodía de un templo, como el verbo de esos santos maestros que asisten al banquete del Cordero inmolado.
Nunca hables palabras vanas. Nunca digas palabras inmodestas.
La garganta es un útero donde se gesta la palabra. Los dioses crean con el poder del verbo. El Kundalini es creador con el verbo. El Kundalini es creador en la laringe. El órgano sexual de los dioses es la laringe creadora.
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Éste era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin Él nada de lo que es hecho, fue hecho” (Juan 1: 1-3).
El Ejército de la Voz es el Cristo.
Cuando amaneció la vida, los dioses nos Enseñaron las divinas leyes cantando en su lenguaje de oro.
Cuando el corazón del sistema solar comenzó a palpitar después de la noche profunda, el Ejército de la Voz fecundó el caos para que brotara la vida.
Los siete Señores Sublimes cantaron los ritmos del fuego. En cada uno de los siete templos oficiaron los dioses y sus Isis. Cada uno de los siete y sus Isis cantaron los rituales del fuego. En cada una de las siete iglesias un sacerdote, una Isis y un coro de ángeles (hombre, mujer, coro) (varón, varona, coro).
El connubio sexual de la palabra creadora fecundó a las aguas del caos para que brotara la vida. Así nació el universo. El fuego sexual del Verbo fecundó a las aguas del Génesis.
En el principio el universo fue sutil, puro e inefable. Después de sucesivas condensaciones, el universo adquirió su actual estado denso, grosero, material.
“Y escribe al ángel (atómico) de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice estas cosas: yo conozco tus obras, que tienes nombre (de tu Dios Interno), que vives, y estás muerto (porque no lo has encarnado) Sé vigilante y confirma las otras cosas que están para morir (confirma la muerte de tu yo). Porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios” (Ap. 3: 1, 2).
Recuerda que todas las obras del yo, son malas. Resuélvete a morir. Quítale al yo, su alimento, y él se desintegrará. El alimento del yo, son los defectos. No justifiques tus defectos. No los condenes, compréndelos. Cuando hacemos conciencia consciente de nuestros propios defectos, éstos se desintegran. El yo, sin alimento, muere. Primero hay que decapitar a Satán, y luego disolverlo. Tú lo sabes.
“Acuérdate, pues, de lo que has recibido y has oído, y guárdalo, y arrepiéntete. Y si no velares vendré a ti como ladrón, y no sabrán en qué hora vendré a ti” (Ap. 3:3). Recuerda que los tiempos del fin ya llegaron, estamos en ellos. De un instante a otro, vendrá el gran cataclismo del fuego. Tú lo sabes. El Señor vendrá como ladrón en la noche cuando menos se aguarde.
“Mas tienes unas pocas personas en Sardis que no han Ensuciado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignos. El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles (todo aquel que lo encarne, es un vencedor). El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Ap. 3: 4-6).
Recordad que el vino sagrado es el Ens Seminis. Tú lo sabes.
Todo el poder del Verbo se halla encerrado en el Ens Seminis. La inserción del Phalo vertical en el Cteis horizontal forma el stauros de los gnósticos. El Cteis es la casa del Phalo. La creación es la casa del Verbo. En el Cteis y Phalo bien unidos, se halla la clave secreta para despertar el fuego. Lo importante es evitar el orgasmo para impedir que la materia prima de la gran obra salga de su recipiente. Nuestra divisa es Thelema (voluntad). En el Ens Seminis está contenido todo el Ens virtutis del fuego sagrado. Sin embargo, como algunos clínicos afirman que esta operación científica puede perjudicarnos (Loedere) de diversas formas, nosotros decimos que esto no es así, puesto que el Ens Seminis se transmuta totalmente en luz y fuego. Sucede que dentro de nuestros órganos creadores existe una cocción lenta (DIGERERE) que reduce el Ens Seminis a sus principios energéticos primordiales. Los átomos solares y lunares del sistema seminal ascienden hasta el cerebro por entre sus dos canales simpáticos. Estos dos canales, son dos finos cordones que suben desde los testículos hasta el cerebro. En oriente estos canales son Idá y Pingalá. Estos son los dos testigos.
Encended el fuego para que encarnéis el Verbo. Sin el fuego no podréis parlar el Verbo de Oro del primer instante.
Cuando los átomos solares y lunares hacen contacto en el coxis, entonces despierta la serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes, y nos convertimos en llamas ardientes…
La inserción del Phalo vertical en el Cteis formal es la clave del fuego. Empero cuidado con derramar el vino sagrado del templo. Levantad vuestra copa; no derraméis el vino del altar. En el Ens Seminis existen los átomos de aquellos idiomas que parlamos en nuestras pasadas vidas. Cuando esas sustancias atómicas de la palabra suben a la laringe creadora, entonces volvemos a parlar esas lenguas. Sólo el Espíritu Santo puede darnos ese don de lenguas.
También existen en el Ens Seminis, átomos transformativos de altísimo voltaje. Esos átomos nos transforman totalmente.
En el Ens Seminis viven los átomos de la gramática cósmica. El Orto purísimo de la divina lengua, corre como un río de oro bajo la selva espesa del sol.
Cuando el Verbo se hace carne en nosotros, hemos llegado a la beatitud perfecta. El que venciere será vestido con vestiduras blancas porque es un Maestro del Día, un Maestro del Mahamvantara.
“Su nombre estará escrito en el libro de la vida y confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de los ángeles”.
Es necesario nacer de nuevo, para entrar en el Reino de los Cielos.
El Verbo nace siempre de inmaculadas concepciones. El Verbo es siempre hijo de vírgenes purísimas. La madre del Verbo es siempre una mujer. Jesús crucificado en su cruz sangrando y lleno de dolor dirigiéndose a su madre dijo:
“Mujer, he ahí a tu hijo” (Juan 19: 26). Refiriéndose a Juan que estaba junto a María. “Después dice al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo (Juan) la recibió consigo” (Juan 19: 27).
Juan se descompone en las cinco vocales, así:
I. E. O. U. A. N. Con estas cinco vocales formamos los Mantram. Juan es el Verbo. La Gran Palabra.
“De cierto, de cierto te digo que el que no naciere del agua (semen) y del espíritu (fuego), no puede entrar en el Reino de Dios” (Juan 3: 5).
Todos los 21 Versículos del capítulo 3 de San Juan, encierran el Gran Arcano.
El Arcano A.Z.F. es el Gran Arcano.
“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado” (Juan 3: 14). Aquél que lo encarne, lo levanta, lo resucita dentro de sí mismo.
“De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto testificamos, y no recibís nuestro testimonio” (Juan 3: 11).
Nuestro Divino Salvador da testimonio de lo que Él vio y experimentó por sí mismo. Jesús es hijo del agua y del fuego. La madre del Verbo es siempre una mujer. “Y nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del Hombre que está en el cielo” (Juan 3: 13). Debemos disolver el yo. El yo no vino del cielo, no puede subir al cielo. Sólo el Hijo del Hombre sube al cielo porque descendió del cielo.
Todo vive por el Verbo. Todo se sostiene por el Verbo.
Las cinco vocales I. E. O. U. A., resuenan como un arpa milagrosa del cosmos infinito, en el fuego flamígero, en el aire impetuoso, en las olas embravecidas, y en la perfumada tierra.
La vocal “I” hace vibrar el chacra frontal. La vocal “E” hace vibrar el chacra laríngeo. La vocal “O” hace vibrar el chacra del corazón. La vocal “U” hace vibrar el chacra del plexo solar. La vocal “A” hace vibrar el chacra de los pulmones.
Una hora diaria de vocalización nos desarrolla y desenvuelve todos estos chacras, discos, o ruedas magnéticas del cuerpo astral. Deberá inhalarse por las fosas nasales el Prana, la vida, y luego exhalarlo por la boca vocalizando. Cada vocal tiene su gran poder. Hay que alargar y sostener el sonido de cada vocal, para despertar los chacras.
Cuando morábamos en el Edem, todos estos sonidos de las vocales vibraban dentro de nuestro organismo. Ahora debemos volver a despertar estos milagrosos sonidos de la naturaleza en todos los chacras del cuerpo astral. Allá en la Arcadia, en aquellos tiempos antiguos de la naturaleza, éramos hombres paradisíacos. Desgraciadamente la lira de Orfeo, cayó sobre el pavimento del templo, hecha pedazos.
Ahora debemos orar, meditar, transmutar y vocalizar para que el Ave Fénix resucite de entre sus propias cenizas.
Samael Aun Weor