La clarividencia Infra-consciente es conocida vulgarmente con el calificativo de pesadillas. Existe la embriaguez del sueño, y el estado crepuscular Hípnico.
La embriaguez del sueño tiene siempre mayor duración. El estado crepuscular Hípnico es más breve. En la embriaguez del sueño interviene notablemente la corteza cerebral no como causa, sino como vehículo de la llamada conciencia onírica, cuyos actos reflejos son distintas variantes del Sonambulismo.
En el estado crepuscular Hípnico existe acción intensiva del Mesocéfalo no como causa, sino como efecto de ciertos cortocircuitos de las corrientes Psíquico-infra-conscientes. Esto origina efectos Psíquicos y actos automáticos muchas veces criminosos.
En la embriaguez del sueño existe Amnesia Lagunar Subsiguiente con distintos grados y matices.
En el estado crepuscular Hípnico no existe la sensación de Amnesia a causa de la acción definitivamente automática. El factor común a ambos fenómenos de origen Psíquico es la inhibición de la conciencia normal por el proceso natural del sueño.
Mencionamos ahora un caso de clarividencia infra-consciente citado por Swartzer:
“Una mujer en Pesth, soñó que era perseguida por un perro y trataba de alejarlo a pedradas; despertada por esa pesadilla, tomó a su hijita, que dormía al lado de ella, y la lanzó como una piedra, contra la pared, para asustar al perro furioso”.
Veamos otro caso de clarividencia infra-consciente citado por Kraft-Ebing:
“Un guardia oye en mitad de la noche, salir de una casa el grito de “¡Salvad a mis hijos”!; entra y halla a una madre en ropas de noche, en un estado de excitación y perturbación extremas. Todo el cuarto estaba en el mayor desorden. Dos niños estaban agazapados en un rincón. La mujer gritaba sin cesar: “¿Dónde está mi hijito? ¿Le ha cogido usted? debo haberlo tirado por la ventana”…
La infeliz habla arrojado a su hijo a la calle a través de los cristales, sin abrir la ventana. Había soñado que sus hijos la gritaban que la casa estaba en llamas y, en la confusión mental del despertar, había arrojado a su hijo por la ventana para protegerlo del fuego”.
(Bucknill y Tuke, Lerb, 1862, Pág. 213).
En la página 203 del libro de los doctores Díaz Padrón y E. C. Henríquez, hemos encontrado otro caso de clarividencia infra-consciente:
“Un Hombre que estaba sólo en su departamento, soñaba con bandidos que asaltaban su casa. Golpes muy fuertes se oían en la puerta que daba a la escalera. El inquilino se levantó con un revólver en la mano, abrió la puerta y disparó, sin mirar ni apuntar. El tiro mató (o hirió) a un muchacho que traía un telegrama urgente. Eran altas horas de la noche. El homicida se dio cuenta, al ver caer al repartidor del despacho, de que había herido a un inocente. En aquel momento despertó por entero”.
Esas pesadillas, y malos sueños son fenómenos de clarividencia infra-consciente que puede originar falsas apreciaciones cuyo resultado viene a ser el crimen.
Cuando el clarividente es un Neurastenoide Ocultista o Esoterista entonces pude convertirse en un asesino con premeditación y alevosía.
Un estudiante ocultista de tipo Neurasténico soñaba con un ciudadano, y veía con su clarividencia infra-consciente que el ciudadano lo atormentaba con Hechicerías y Magia Negra. A los pocos días el Neurastenoide insultó y amenazó de muerte al perplejo y asombrado ciudadano. Este tipo de visión infra-consciente con premeditación, calumnia y alevosía es muy común en algunos estudiantes ocultistas, espiritistas, etc.
La falsa apreciación mental del clarividente infra-consciente, Esoterista, o espiritista, se debe al fanatismo y a la ignorancia.
Los trastornos mentales de los ignorantes fanáticos se deben al temor supersticioso, a la sugestión, y también a los bajos instintos agresivos del yo Psico-Bio-Tipológico.
En el hombre existe la infraconciencia.
En la naturaleza existe la infraconciencia. En la infraconciencia de la naturaleza están depositados los recuerdos tenebrosos de toda la Historia de la tierra y de sus razas. En la infraconciencia de la naturaleza viven los monstruos antediluvianos. Esos son los espectros del pasado, los fantasmas de las pesadillas.
La clarividencia infra-consciente sólo percibe los recuerdos cavernosos del pasado, y las creaciones tenebrosas de los bajos fondos infra-conscientes del hombre y de las bestias.
En la infraconciencia de la naturaleza solo existe la fatalidad.
Todo hombre tiene un doble, un opuesto, que vive en la infraconciencia de la naturaleza. Frente al Buda está su hermano y enemigo Devahdet, el Rey del infierno. Frente a Anael el Ángel del Amor, está Lilith, el contra amor.
Un clarividente infra-consciente, puede ver el doble de alguien, y luego deducir erróneas apreciaciones cuyo resultado final es la calumnia, el homicidio, etc., etc.
El infra-consciente es un remanente tenebroso de un remoto pasado. El sabio masoquista es el pervertido sexual que puede asesinar a la mujer por puro placer sexual. La perversión sexual es infraconsciente. Los valores infraconscientes del yo psicológico constituyen los más bajos fondos animales del ser humano.
La perversión sexual de tipo Sadista-Masoquista, Tiránica, Obsesivo-impulsivo, es la manifestación concreta de los valores infraconscientes.
Este género de valores aflora en la mente cayendo el ser humano en los delitos de homosexualismo, estupor, fuerza y violencia, corrupción de menores, etc.
Algunas veces el pervertido sexual se vuelve místico, mentecato, santurrón, etc.
Nosotros conocimos el caso de un pervertido sexual místico, que regalaba monedas a las niñas de seis a siete años, dizque para sus dulces. Así las cultivaba mientras crecían un poco. Después las seducía sexualmente, y por último las casaba con otros hombres para evitarse conflictos y problemas. Sin embargo este Sátiro era un místico espiritista. Sonreía siempre lleno de dulzura, y era un jerarca de una Sociedad Espiritualista.
La perversión-sexual del infraconsciente coloca ha veces a los sátiros, en el ámbito de la Psiconeurosis compulsiva que los lleva a los crímenes más horribles que registran las crónicas de la Policía.
La perversión sexual infraconsciente tiene dos polos bien definidos. Cerebro y Sexo. Los ladrones son positivos. Las prostitutas son negativas. Estos son los dos polos de la infraconciencia humana. Obsérvese la íntima afinidad psíquica que existe entre las prostitutas y los ladrones.
Estos dos polos del infraconsciente humano viven en eterna lucha dentro de cada individuo. En el ejemplo precedente del sátiro espiritualista citado en este capítulo, vemos claramente la lucha del infraconsciente.
El cerebro del sátiro cultiva a las niñas con monedas para sus dulces, aguarda que crezcan un poco. El sexo posee y consuma el delito de seducción. El cerebro del sátiro proyecta, planea, y luego las casa para eludir el conflicto. He ahí la lucha entre cerebro y sexo.
Muchas veces el infraconsciente traiciona a una esposa virtuosa y la lleva al adulterio. En los burdeles viven prostitutas que antes fueron magníficas esposas. Cuando la perversión sexual de una ramera se polariza en el cerebro agotado por el placer, entonces cometen terribles delitos que las llevan a la cárcel.
En la prisión esas infelices se sienten víctimas de la injusticia humana, se consideran inocentes. Realmente esas pobres mujeres son víctimas de una energía que ignoran. A esas infelices nadie las ha curado, ningún Psiquiatra les ha enseñado el uso y manejo de la energía sexual. Ellas desconocen los grandes misterios del sexo. Son víctimas de una sociedad que las desprecia, y las humilla miserablemente después de haberlas pervertido.
La Sociedad corrompe a las infelices hijas del dolor, para encerrarlas después en Panópticos Horribles, y en cárceles donde sólo se acaban de pervertir más todavía.
El infraconsciente no puede ser encerrado en la cárcel.
El delincuente no se reforma en la cárcel. El sistema carcelario ha resultado un completo fracaso. En la cárcel los delincuentes multiplican su odio y su rencor contra la sociedad.
El problema sexual de las cárceles, el homosexualismo, y toda clase de asqueantes vicios contra-natural, está demostrando hasta la saciedad que el infraconsciente no puede ser encerrado en la cárcel.
El pecado más grande es la ignorancia.
Solo con una sabia Psicoterapia pedagógica puede lograrse la reforma de los delincuentes. El tratamiento correctivo pedagógico convertirá a las cárceles en verdaderas escuelas reformatorias. No deben existir cárceles. Solo deben existir escuelas reformatorias, Granjas agrícolas, talleres industriales, etc. Donde los delincuentes puedan ser curados con la Psicoterapia Pedagógica.
Los penados deben ser tratados con infinito amor y misericordia.
Samael Aun Weor