Recordad, el Sepher Yetzirah describe en forma maravillosa todos los esplendores del mundo y el juego extraordinario de los Sephirotes, en Dios y en el hombre, por las Treinta y Dos sendas de la Sabiduría. En el misterio de los sexos se oculta toda la ciencia de los Sephirotes.
El alma tiene tres aspectos:
Primero – Nephes, el alma animal.
Segundo – Ruach, el alma pensante.
Tercero – Mes Hamah, el alma espiritual.
El substractum de estos tres aspectos del alma, son los Sephirotes. Estos son atómicos. El Zohar, insiste en los tres “elementos principios”, que componen el mundo. Tales elementos son: Fuego (Schim), Agua (Men), Aire (Aleph). Estos son los elementos, perfecta síntesis, de los cuatro elementos manifestados.
El poderoso Mantram I.A.O. resume el poder mágico del triángulo de “elementos – principios”: I (Ignis) – Fuego; A – (Aqua); O – Origo – (Principio Espíritu) I… A… O… es el Mantram supremo del Arcano A.Z.F.
Quien quiera hacer subir por el canal medular al alma del mundo, debe trabajar con el Azufre, (fuego), con el Mercurio, (agua), y con la Sal, (tierra filosófica). Sólo así se Nace en Espíritu y en Verdad.
En el Arcano A.Z.F., están las Doce Llaves Secretas del Benedictino de Erfurt, (ERFURT), BASILIO VALENTÍN. En el manuscrito del AZOTH, de Valentín, se encierra todo el secreto de la gran obra. Y el AZOTH es el principio creador sexual de la Naturaleza. Cuando la Rosa del Espíritu florece en la Cruz de nuestro cuerpo, la Obra Magna, ha sido realizada.
Los tres ELEMENTOS–PRINCIPIOS son las tres letras Madres del alfabeto Hebraico. Cuando se practica con el Arcano A.Z.F., se trabaja con los tres “elementos–principios”. Dentro del Gran Laboratorio de la Naturaleza, cuando se practica ese Arcano se trabaja con el Mercurio, el Azufre y la Sal. Y así se transmuta el plomo de la personalidad en el Oro del Espíritu. Y así elaboramos dentro de nosotros mismos el NIÑO DE ORO DE LA ALKIMIA.
Los tres “elementos-principios” se hacen manifiestos en los cuatro elementos de la Naturaleza. Existe el calor del Fuego y del Aire, la humedad del Aire y del Agua y la sequedad del Fuego y de la Tierra.
Estos son los tres elementos–principios. Y este es el I.A.O. Y tales son: el Azufre, el Mercurio y la Sal, contenidos en los cuatro elementos de la Naturaleza. Y en éstos tres “elementos–principios” se encuentran los Paraísos Elementales de la Naturaleza.
El Kabalista–Alkimista, debe aprender a usar el Azufre, el Mercurio y la Sal. Usando Flor de Azufre en el Calzado, dentro, se desintegran las larvas del Cuerpo Astral, (Incubos, Súbcubos, basilios, dragones, fantasmas, etc.) Los vapores invisibles que se originan del Azufre se levantan desintegrando esas larvas. Quemando Azufre en ascuas de carbón, se desintegran las formas malignas del pensamiento y las larvas encerradas dentro de cualquier habitación. El azogue (Mercurio) sirve para preparar el “agua Lustral”. El gran astrónomo Nostradamus, pasaba noches enteras ante un recipiente de cobre lleno de agua. Este gran Vidente, miraba las aguas y veía en ellas los futuros acontecimientos que dejó escritos en sus famosas profecías.
Ahora bien, si a esa agua se le añade Azogue, y si en el fondo del recipiente se coloca un espejo, se tendrá un “Clariteleidoscopio” maravilloso. Aconsejamos usar todo recipiente de cobre, a excepción de la llamada paila o cazo: La paila de cobre es el símbolo de la Magia Negra.
El cobre se halla íntimamente relacionado con la glándula Pituitaria, y tiene el poder de despertar la Clarividencia. La Sal también tiene numerosos usos en la Magia Blanca. La Sal debe combinarse con el Alcohol.
Si se coloca ente un recipiente alcohol y sal y luego se pone al fuego, se obtiene un sahumerio maravilloso. Esto sólo se debe utilizar para invocar a los Dioses de la Medicina cuando se necesita curar algún enfermo. Entonces ellos acudirán al llamado.
El Azufre (fuego) arde totalmente, sin dejar residuo, y el Azufre es el Schin del Zohar. Y el agua es el Men del Zohar (el Ens Seminis) el Fuego y el Agua mediante sucesivas transmutaciones, quedan reducidos al Aleph kabalístico que los Alkimistas denominan Alkaest. Así se realiza el I.A.O., y así se abren las Doce Facultades del Alma. El Alma se Cristifica, “Kundalini Florece” en nuestros labios fecundos, hecho Verbo. El Ternario es la Palabra, la Plenitud, la Fecundidad, la Naturaleza, la Generación de los Tres Mundos.
El Arcano Tres de la Kábala es esa Mujer Vestida de Sol, con la Luna a sus pies, y coronada con Doce Estrellas. El símbolo de la Reina del cielo es la Emperatriz del Tarot. Una misteriosa Mujer coronada, sentada y con el Cetro de Mando y en cuyo extremo aparece el Globo del Mundo. Esta es la Urania–Venus de los Griegos, el Alma Cristificada.
El hombre es el Arcano uno del Tarot. La Mujer es el Arcano dos del mismo. Y el Alma Cristificada es el resultado de la unión sexual de ambos. (El secreto es el Arcano A.Z.F.). La Mujer es la Madre del Verbo. El Cristo es siempre Hijo de Inmaculadas Concepciones. Es imposible nacer sin Madre.
Cuando un Iniciado está para Encarnar el Verbo, aparece su mujer en los Mundos Superiores como estando preñada y sufre los dolores de parto. Jesús, en la Cruz, dijo a su Madre: “Mujer he ahí a tu Hijo”, (dirigiéndose a Juan). Después dice al discípulo: “He ahí a tu Madre”. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió consigo. La palabra Juan se descompone así: I.E.O.U.A.N., el Verbo (El Dragón de Sabiduría). Realmente ella es la Madre del Verbo. Y la Mujer oficia en el altar de la bendita Diosa Madre del Mundo.
Ahora, hermanos, orad mucho a vuestra Divina Madre Kundalini, cuya Venerable Sacerdotisa es vuestra mujer. Orad y Meditad así:
INVOCACIÓN
“Oh, Isis, Madre del Cosmos, Raíz del Amor, Tronco, Capullo, Hoja, Flor y Semilla de todo cuanto existe. A Ti, Fuerza Naturalizante, te conjuramos, llamamos a la Reina del espacio y de la noche, y besando tus ojos amorosos, bebiendo el rocío de tus labios, respirando el dulce aroma de tu cuerpo, exclamamos: “Oh, Nuit, Tú, Eterna Seidad del Cielo, que eres el alma primordial, que eres lo que fue y lo que será, a quien ningún mortal ha levantado el Velo, cuando Tú estés bajo las estrellas irradiantes del nocturno y profundo cielo del desierto, con pureza de corazón y en la flama de la Serpiente te llamamos”“.
Orad y Meditad intensamente. La Divina Madre enseña a sus hijos. Esta Oración se debe hacer combinando la meditación con el sueño. Entonces como en visión de sueños surge la Iluminación. Llega la Divina Madre al devoto para instruirle en los grandes misterios.
Samael Aun Weor