Yo no soy más porque me alaben, ni menos porque me vituperen, porque yo siempre soy lo que soy.
Las calumnias que contra mi se han lanzado no me duelen; francamente “me valen sombrilla”; pero, desafortunadamente los débiles al escuchar tales infundios difamantes se retiran de la Senda que conduce a la Liberación final.
MURMURACIONES
En la práctica hemos podido verificar claramente que el visitante no viene con el propósito de escuchar al Mensajero, sino de observar su vida privada, lo que cada cual puede ver en la casa del vecino, el quehacer de las matronas, el plato en la mesa, la toalla para secarse las manos, etc., etc., etc…
Todo esto desconcierta al visitante que viene en busca de maravillas y prodigios…
Empero, como tiene la Conciencia dormida sólo percibe la vida rutinaria de siempre, las cosas de la sala y de la cocina, las ocurrencias de sobremesa, etc.
No es posible que el visitante encuentre perfecciones. ¿Pensáis acaso que estoy en un lecho de rosas?
El resultado de todo esto se llama MURMURACIÓN. El visitante defraudado al no encontrar en casa prestidigitadores o algo por el estilo, entonces se dedica a la murmuración. Así es como muchos que hubieran podido hollar la senda del filo de la navaja, se retiran del real camino…
EXPLICACIÓN DE MOTIVOS
Incuestionablemente yo no soy mas que un cartero, un recadero, el hombre que esta entregando un mensaje…
Seria el colmo de la tontería que Uds. viniesen desde su país hasta la ciudad capital de México, con el propósito de visitar a un vulgar cartero, al empleado que ayer les entregara una misiva…
¿Tanto dinero gastado para eso? ¿Para visitar a un simple recadero? ¿A un infeliz cartero?…
Mejor es que Ud. estudie el Mensaje recibido; los libros, la enseñanza escrita…
El Noventa y Nueve por Ciento de las personas que en el pasado me visitaron, son ahora enemigos declarados del “Movimiento Gnóstico”, se quemaron…
Lo peor del caso -y eso es lo más grave- es que aquellos que se “Queman” se van luego a “Quemar” a otros…
Esos “Quemados” son los que más tarde disuelven grupos, arruinan Lumisiales, etc., etc., etc…
¿Por qué se “Queman” mis visitantes? ¿Cuál la causa intrínseca? ¿La base? ¿El fundamento?…
La respuesta a todos estos interrogantes es urgente, inaplazable, impostergable…
En las múltiples figuraciones de la mente podemos hallar la respuesta concreta, clara y definitiva…
Es indubitable que cada visitante se ha forjado en el intelecto, un modelo, una figura, sobre el Mensajero…
Tal imagen tienen trasfondos mentales equivocados, posiblemente extraídos de la literatura Seudo-Ocultista…
Obviamente al no coincidir el figurín meramente intelectivo, con el hombre real, con el Mensajero o recadero legítimo, viene la decepción, el desencanto…
Así es como se “Queman” mis visitantes; así es como se multiplican los enemigos de la Gnosis…
Múltiples son las imágenes intelectivas de mis variados visitantes; variadas las formas de la mente…
Algunos piensan en el recadero figurándoselo cual exótico eremita de los tiempos idos; algo así como Palemón el Estilita sucesor del viejo Antonio…
Otros se lo suponen como un anciano penitente cargando saco y cilicios sobre su flagelado cuerpo…
Otros como un venerable que a todas horas andase por las calles de México con resplandeciente turbante y blanca túnica…
Otros como un Santo viviendo continuamente en un Santuario inefable, entre cirios encendidos y perfumadas flores…
Empero, la cruda realidad de los hechos es que el recadero de la Nueva Era es un ciudadano normal común y corriente, un cualquiera que no tiene la menor importancia…
Por estos y muchos otros motivos, incuestionablemente resulta una tontería de muy mal gusto, viajar desde tierras lejanas, para visitar algo que no vale la pena…
Visite Ud. las Bibliotecas, los Museos Arqueológicos, las Ruinas de Egipto, etc., etc., etc., eso es en verdad mucho mejor…
VISITAS
Queridos Hermanos del “MOVIMIENTO GNÓSTICO CRISTIANO UNIVERSAL”. PAZ INVERENCIAL.
En nombre de la Verdad quiero deciros en forma enfática que ya no acepto visitas.
ALABANZAS
Tratándose de alabanzas, adulaciones, lisonjas, elogios, etc., debemos hablar francamente y sin ambages.
Es incuestionable que tales desatinos, desaciertos, dislates, absurdos, tienen su “Causa-Causorum” en el Ego, en el mi Mismo, en el Si Mismo.
Podemos y hasta debemos sentar el siguiente postulado: “El Ego es la suma total de todos nuestros defectos psicológicos”.
Es indubitable que el Mi Mismo se procesa siempre dentro de la ley de los contrastes.
Alabanzas y Vituperios; Adulaciones e Insultos; Elogios y Difamaciones; Lisonjas y Criticas devienen intrínsecamente del Yo Psicológico.
En la práctica pude verificar claramente que aquellos que en el pasado me alabaron, elogiaron, adularon, etc., mas tarde me satirizaron; censuraron, ridiculizaron, flagelaron, vejaron etc., etc., etc.
Desatinado e ilógico es alabar al cartero que nos entregó un Mensaje. Al recadero.
En nombre de la Verdad debo confesar públicamente ante el veredicto solemne de la conciencia publica, que mi insignificante persona no vale ni siquiera un Dólar…
Alabarme, lisonjearme, adularme, enviarme elogios por correspondencia, es ciertamente una broma de muy mal gusto.
Es obvio que toda carta portadora de tales Sandeces, irá a parar al cesto de la basura o se devolverá a su remitente.
Para mayor consuelo de mis enemigos digo en forma enfática lo siguiente: “Jamás he presumido de Perfecto; estoy absolutamente convencido de que soy un imbécil”.
Resulta pues pueril e insensato enviarme alabanzas por correo o agasajarme, o rendirme pleitesía.
Estoy pensando en voz alta, sincerándome conmigo mismo, fijando posiciones…
En modo alguno quiero presumir de humilde, ser franco me parece que no es un delito.
No quiero tampoco tener “Perorgullos” de Modestia; confieso lo que siento y no creo que con esto haga daño a alguien.
Mis mejores amigos son mis enemigos porque estos últimos me obligan a Autodescubrirme…
Obviamente enfatizo lo siguiente: “En todo AUTO-DESCUBRIMIENTO existe AUTO-REVELACIÓN”..
Amo a mis peores críticos porque gracias a ellos me conozco cada vez mejor. ¡Benditos sean mis detractores
Samael Aun Weor