Cada Universo del Espacio Infinito posee su propio SOL CENTRAL y la suma de tales Soles Espirituales, constituye el Ain Soph Aur, el Protocosmos, el Absoluto Solar.
El Absoluto Solar está formado por múltiples Soles Espirituales, Trascendentales, Divinales.
La emanación de nuestro “OMNIMISERICORDIOSO Y SAGRADO ABSOLUTO SOLAR” es aquello que Helena P. Blavatsky denomina “El Gran Aliento” para sí mismo profundamente ignoto…
Mucho se ha hablado sobre el Sagrado Sol Absoluto y es obvio que todo Sistema Solar, está gobernado por uno de esos Espirituales Soles. Realmente son Soles Espirituales extraordinarios, centelleantes con infinitos esplendores en el espacio. Radiantes Esferas que jamás podrían percibir los astrónomos a través de su telescopio.
Esto quiere decir, que nuestro juego de mundos posee su Sagrado Sol Absoluto propio, al igual que todos los otros Sistemas Solares del inalterable Infinito.
El PROTOCOSMOS o Primer Cosmos, es infinitamente Divinal, inefable, no existe en él ningún principio mecánico, está gobernado por la Única Ley.
Si reflexionáis vosotros profundamente sobre el Absoluto Solar, veréis que más allá existe la más plena Libertad, la más absoluta felicidad porque todo está gobernado por la Única Ley.
Incuestionablemente en el Sagrado Absoluto Solar, en el Sol Central Espiritual de este Sistema en el cual vivimos, nos movemos y tenemos nuestro Ser, no existe mecanicidad de ninguna especie y por lo tanto, es obvio, que allí reine la más plena Bienaventuranza.
Es indubitable que en el Sol Central Espiritual, gobernado por la Única Ley, existe la felicidad inalterable del Eterno Dios Viviente; desafortunadamente, conforme nosotros nos alejamos más y más del Sagrado Sol Absoluto, penetramos en mundos cada vez más y más complicados, donde se introduce el automatismo, la mecanicidad y el dolor.
Obviamente en el 2º Cosmos de Tres Leyes, el AYOCOSMOS (Planetas, Soles, Firmamento), la dicha es incomparable, porque la Materialidad es menor. En esa región cualquier átomo posee dentro de su Naturaleza Interior, tan sólo Tres Átomos del Absoluto.
Que distinto es el 3° Cosmos, el MACROCOSMOS (nuestra Galaxia, La Vía Láctea), gobernado por Seis Leyes, ahí la materialidad aumenta porque cualquiera de sus átomos posee en su interior Seis Átomos del Absoluto.
Penetramos en el 4º Cosmos, el DEUTEROCOSMOS (nuestro Sistema Solar), gobernado por Doce Leyes. Allí encontramos más densa la Materia, debido al hecho concreto que cualquiera de sus átomos posee en sí Doce Átomos del Absoluto.
Si examinamos cuidadosamente el 5º Cosmos, el MESOCOSMOS (el Planeta Tierra) gobernado por Veinticuatro Leyes, veremos que cualquiera de sus átomos, posee en su Naturaleza Intima 24 Átomos del Absoluto.
Estudiemos en detalle el 6º Cosmos, el MICROCOSMOS (el Hombre), gobernado por 48 Leyes. Encontraremos que en cualquier átomo del organismo humano percibimos dentro de él mediante la Divina Clarividencia, 48 Átomos del Absoluto.
Bajemos un poco más y entremos en el reino de la más cruda materialidad, el 7º Cosmos, el TRITOCOSMOS (los Mundos Infiernos), bajo la corteza del Planeta en que vivimos, gobernado por 96 Leyes, descubriremos que en la 1ª Zona Infra- dimensional, la densidad ha aumentado espantosamente porque dentro de su Naturaleza Intima hay 96 Átomos del Absoluto.
En la 2ª Zona Infernal, todo átomo posee 192 Átomos del Absoluto, en la 3ª todo átomo posee en su interior 384 Átomos del Absoluto, etc., etc., etc., aumentando así la materialidad en forma espantosa y aterradora.
Al sumergirnos dentro de Leyes cada vez más complejas, obviamente nos independizamos en forma progresiva de la Voluntad del Absoluto y caemos en la complicación mecánica de toda esta Gran Naturaleza. Si queremos reconquistar la Libertad, debemos liberarnos de tanta mecánica y tantas leyes y volver al Padre.
Ostensiblemente debemos luchar en forma incansable por Liberarnos de las 48, 24, 12, 6 y 3 Leyes para regresar realmente al Sagrado Sol Absoluto de nuestro Sistema.
Samael Aun Weor