“Ven oh Santa Palabra; ven oh nombre sagrado de la Fuerza CRESTOS; ven oh Energía Sublime; ven oh Misericordia Divina; ven Suprema Seidad del Altísimo”.
Misa Gnóstica
El CHOKMAH de la Kábala Hebraica es el Cristo Cósmico, el Christus, el Vishnú de los Indostaníes.
El 2º Logos, Chokmah, es Amor, el Agnus Dei, el Cordero Inmolado, es el Fuego mismo que arde en toda la Creación desde el principio del mundo para nuestra salvación. Es Fuego y subyace en el fondo de toda materia orgánica e inorgánica.
LA ENERGÍA SOLAR es Luz Astral. Su esencia, es el Poder Cristónico encerrado en el polen fecundante de la flor, en el corazón del fruto del árbol, en las glándulas de secreción interna del animal y el hombre. En el hombre su principal asiento está en el coxis. Los Aztecas denominaban a este Sagrado Poder: “La Serpiente Emplumada Quetzalcoatl”, que sólo despierta y asciende hasta nuestra Glándula Pineal por medio de la Magia Amorosa.
Cristo es la Sabiduría misma, es el Logos Solar, cuyo Cuerpo Físico es el Sol. Cristo camina con su Sol, en la misma forma que El Alma Humana camina con su cuerpo de carne y hueso. Cristo es la Luz del Sol. La Luz del Sol es la Luz del Cristo.
La Luz del Sol es una Sustancia Cristónica que hace crear la planta y brotar la semilla. Dentro de la prieta dureza del grano queda encerrada esa Sustancia del Logos Solar, que le permite a la planta reproducirse incesantemente con la vida gloriosa, pujante y activa.
La Energía desprendida del Fuego Solar está fijada en el Corazón de la Tierra y ella es el núcleo vibrante de las células en todo ser viviente. Ella es la Luz Astral, el Azoe y la Magnesia de los Antiguos Alquimistas. La Luz Astral compenetra toda la atmósfera y es la causa de maravillosos poderes en el hombre y el Fuego Sagrado de toda vida.
Con Ayuda del 2º Logos este mundo tiene Conciencia, por lo que así nosotros también podremos despertar y tener Conciencia.
CRISTO es aquel Rayo Purísimo, Inefable y terriblemente Divino que resplandeció como un relámpago en el rostro de Moisés, allá entre el solemne misterio del Monte Nebo…
CRISTO no es la Mónada. Cristo no es el Septenario Teosófico. Cristo no es el Jivan-Atman. Cristo es el Sol Central. Cristo es el Rayo que nos une al Absoluto.
“Yo creo en el Hijo, el Crestos Cósmico, la poderosa Mediación Astral, que enlaza nuestra Personalidad Física, con la Inmanencia Suprema del Padre Solar”. (Ritual Gnóstico).
Sabed que el Cristo no es un individuo. El Cristo Cósmico es impersonal, Universal y está más allá de la Individualidad, de la Personalidad y del Yo, es una Fuerza Cósmica, que se expresa a través de cualquier hombre que esté debidamente preparado.
Un día se expreso a través del gran Jeshua Ben Pandirá, conocido en el Mundo Físico como el Maestro Jesús de Nazaret. También se expresó a través de muchos otros.
Cristo es una SUSTANCIA CÓSMICA, latente en cada átomo del Infinito. La Sustancia de la Verdad. Cristo es la Verdad y la Vida.
Cuando un hombre se asimila la Sustancia Cristo en lo Físico, en lo Psicológico y en lo Espiritual se Cristifica, se transforma en Cristo, se convierte en Cristo Viviente. Necesitamos formar a Cristo en nosotros, es urgente encarnar la Verdad.
Entre los Chinos, Cristo es Fu-Ji. Entre los Mexicanos, Cristo es QUETZALCOATL, que fue el Mesías y el transformador de los Toltecas. Entre los Japoneses es Amida, quien tiene el poder de abrir las puertas del Gokurak (el Paraíso). En el Culto de Zoroastro, Cristo es Ahura -Mazda. Los Eddas Germanos citan a Kristos, el Dios de su teogonía semejante a Jesús de Nazaret, nacido el día de Navidad, 25 de Diciembre a la media noche, al igual que los Cristos Nórdicos, Odín, Wotán y Beleno.
El Evangelio de KRISHNA en la India milenaria, es similar al Evangelio Cristiano. En el Viejo Egipto de los Faraones, Cristo es Osiris, y todo aquel que lo encarnaba era un Osirificado; Hermes Trismegisto es el Cristo Egipcio, el encarnó a Osiris.
Todo Hombre que logra asimilarse a la Sustancia Cristo se convierte de hecho en un CRISTO VIVIENTE.
Quiero que entendamos que el Logos Solar no es un Individuo. El Logos Solar es un Ejército. El Verbo, la Gran Palabra. EL EJERCITO DE LA VOZ es una Unidad Múltiple, eterna, incondicionada y perfecta. Él es Logos Creador. Él es el Primer Instante.
“En el principio era el Verbo y el Verbo era Dios y el Verbo era con Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas; y sin él nada de lo que es hecho fue hecho. Y la Luz en las tinieblas resplandece mas las tinieblas no la conocieron”.
(Juan 1: 1-5).
El es el Gran Aliento emanado de entre las entrañas del ETERNO ESPACIO ABSTRACTO ABSOLUTO. El Eterno
Espacio Abstracto Absoluto es el Ser del Ser de todos los Seres, el Absoluto es el Innombrable, el Ilimitado Espacio. Todo el que encarne a su Cristo se Cristifica e ingresa en las filas del Ejército de la Voz.
“Y como Moisés levantó la serpiente sobre la vara en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado”.
(Juan 3: 14).
Tenemos que encarnar al Cristo en nosotros para subir al Padre. Nadie llega al Padre sino por el Hijo, en el Cristo todos somos Uno. En el Señor no existen diferencias entre hombre y hombre, porque en El todos somos Uno. En el Mundo del Señor no existe la Individualidad, ni la Personalidad. En El no hay diferencias jerárquicas. El que lo encarne es entonces Él, Él, Él. “La variedad es la Unidad”.
Tenemos que acabar con la Personalidad y con el Yo para que nazca el Ser en nosotros, tenemos que acabar con la Individualidad.
Si un místico en Estado de Éxtasis abandonara sus 7 Cuerpos para investigar la vida del Cristo, entonces se vería a sí mismo representando el Drama de la Pasión del Señor, haciendo milagros y maravillas en la Tierra Santa, se verá muerto y resucitado al tercer día. Si ocupara ese místico el puesto del Cristo en esos instantes sería El, El, El. Este fenómeno se debe a que en el Mundo del Cristo no existe la Individualidad, ni la Personalidad, en el Cristo sólo existe un solo Ser, que se expresa como muchos.
Al terminar con el Yo y con la Individualidad, sólo quedan los Valores de la Conciencia, que son los atributos del ETERNO ESPACIO ABSTRACTO ABSOLUTO.
Sólo El puede decir:
“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”
“Yo soy la Luz. Yo soy la Vida. Yo soy el Buen Pastor. Yo soy el Pan. Yo soy la Resurrección”. El Ser recibe al Ser de su Ser, el Yo Soy, aquel hálito del Gran Aliento en cada uno de nosotros, nuestro Rayo Particular, El, El, El. El “Yo Soy”, es el Cristo Interno de cada hombre, nuestro Divino “Augoides”, el Logos. El que recibe la Corona de la Vida tiene derecho a decir: “Yo soy Él, Yo soy Él, Yo soy Él”.
El Cristo está simbolizado por el falo en erección, por el cetro de poder en alto, por la torre, por la piedra aguda y por la túnica de gloria; él es de origen Divino. Cristo es Amor. La antítesis del Amor es el Odio. Sabed vosotros, pueblos muchedumbres y lenguas, que el Odio se convierte en fuego que quema. Sabed que el monstruo más terrible que existe sobre la Tierra es el Odio.
El que miente peca contra el Padre que es Verdad, y el que odia peca contra el Hijo que es Amor, el que fornica peca contra el Espíritu Santo que es la Castidad.
Samael Aun Weor