En coche rodamos por las calzadas del viejo país de los aztecas; nos hallamos en la bella capital de los antiguos Náhuatl. El chofer del taxi es un viejo alegre y locuaz. Las calles del gran mercado de “La Merced”, los almacenes de víveres, están repletos de gentes que compran.
El hombre del taxi comenta algo sobre la carestía de la vida y nos dice: “Vean, estos almacenes a ninguna hora están desocupados, por estas calles circulan millones de pesos diariamente. Estos locales son carísimos y por lo tanto los comerciantes sacan el alquiler de sus productos, es decir, del consumidor. De ahí que los víveres sean tan caros”… Le contestamos: “Así es… y hay que tener en cuenta los acaparadores. El campesino es quien menos gana… el producto pasa por muchas manos y cuando llega al consumidor trae todo el recargo”…
El coche se abre paso y el chofer continúa: “Vean, los comerciantes han elevado un memorial al gobierno solicitando intervenga en los precios del alquiler de locales; así, afirman, podrían vender a precios más bajos”… “Eso es claro, le respondimos; la Municipalización de la vivienda, de todos los locales comerciales, traería el abaratamiento de la vida. Porque el gobierno puede tener almacenes de depósito de víveres para evitar acaparadores, así el campesino recibiría el precio justo por sus productos. El expendedor vendería a precios controlados por el gobierno”…
No necesitamos del Capitalismo ni del Comunismo para vivir, lo que sí es necesario es la COMPRENSIÓN.
Samael Aun Weor