La criminología intelectual es tan profunda y compleja que se requerirían millones de volúmenes para poder estudiar esa materia. Nosotros solo nos permitirnos tocar algunos puntos.
La criminología intelectual se halla contenida en libros, revistas, circos de toros, cines, folletos, etc., etc.
Existen en distintos países revistas pornográficas que prostituyen la mente de las jóvenes y de los varones.
Cuando llega a la mente una representación pornográfica, el inconsciente atrapa esa representación y con ella elabora sus conceptos de contenido.
Los conceptos de contenido elaborados por el inconsciente son el resultado exacto de la calidad de la representación.
El Yo atrapa la representación en los trasfondos inconscientes de la mente y elabora con ella sus conceptos de contenido.
En el mundo de la mente cósmica, los conceptos de contenido se traducen en imágenes semiconscientes. Esas son las Efigies del mundo mental.
En el plano de la mente cósmica, el Yo fornica y adultera con esas imágenes.
Esa es la prostitución de la mente.
Las poluciones nocturnas son el resultado morboso de la prostitución mental.
Existen también las revistas de los fracasados.
En esas revistas, las mujeres se anuncian, solicitan marido, alto, bajo, gordo, flaco, con dinero, etc., etc. Muchas jóvenes señoritas, siguen ese ejemplo ultramodernista. Eso es prostitución mental. Y el resultado es gravísimo. Comienza el intercambio epistolar, se ama a quien no se conoce. Se forjan proyectos, y el día que ya se encuentran las parejas, viene entonces el fracaso inevitable.
Señoras que nunca han sido prostitutas, señoritas dignas honradas, se dejan engañar por el modernismo, y caen en el delito de prostitución mental.
Si un clarividente estudia en el plano mental los anuncios amorosos de todas esas revistas, podrá ver entonces casas de Prostitución. Cada anuncio de esos corresponde en él mundo mental a la recámara horrible de un burdel mental.
Todo clarividente se asombra al ver esos burdeles del plano mental. Dentro de cada recámara de esos antros horribles hay una prostituta acostada.
Los hombres entran y salen de esas recámaras.
Cada anuncio de la revista corresponde a una de esas recámaras.
La mujer que puso el aviso está acostada en su recámara.
Eso es prostitución del plano mental.
El verdadero amor nada tiene que ver con esos burdeles del plano mental.
Millares de jóvenes señoritas y de distinguidas señoras se están pervirtiendo con esa clase de revistas.
El verdadero amor comienza siempre por un destello de simpatía, se sustancializa con la fuerza del cariño, y se sintetiza en suprema adoración infinita.
El verdadero amor es natural, sin artificios, como el de las aves, como el de los peces del inmenso mar, como el del salvaje esquivo en la selva impenetrable.
Otro delito intelectual muy grave es el del toreo.
Los primeros síntomas de gravedad los vemos en las “gringas” que en el clímax de la emoción arrojan hasta las pantaletas o calzones íntimos al torero.
Es ridículo ver caer en el ruedo zapatos de mujer y toda clase de prendas de vestir.
Esas mujeres parecen locas.
La emoción violenta causa trastornos mentales transitorios. La emoción violenta es una función del Yo instintivo.
El resultado de las violentas emociones son los actos antisociales y altamente criminosos. Las emociones violentas originan el traumatismo psíquico instantáneo.
La sensación violenta del toreo produce en los trasfondos de la mente reflejos internos criminales.
Los reflejos mentales criminales evolucionan en el terreno Psico-Biológico del infra-consciente humano.
La causa secreta del sadismo criminoso son los reflejos internos criminales que evolucionan en el terreno del infra-consciente.
Existen tres clases de emociones: Ligera, Optima y Siderante.
La primera no logra la alternación total de la mente.
La segunda pone en juego la imaginación sensual, inhibiendo el análisis intelectual.
Entonces vemos los episodios histero-emotivos, como los de las misas negras en la edad media. Los episodios histero-emotivos de los circos de toros, y los de las misas negras durante la edad media, son semejantes.
En ambos casos, hay ritos sin control, las mujeres arrojan sus prendas de vestir, el análisis intelectual desaparece, etc.
La tercera clase de emoción anula todo razonamiento y cae la víctima en el estado de coma, estupor, sideración emocional.
Muchas veces en las plazas de toros algunas personas muy sensibles caen privadas y sin sentido. En las misas negras muchas mujeres con evolución de tipo Epileptoide, extremadamente Hiper-emotivas, caían al suelo sin sentido, y con convulsiones epilépticas.
Entonces todos se mostraban satisfechos considerándolas poseídas por el Diablo.
Nosotros creemos que esas personas son Médiums fácilmente obsesionables por microbios Hipersensibles. (Larvas astrales, íncubos elementarios y toda clase de entidades inferiores del astral).
Los trastornos mentales de origen Traumático son el resultado fatal de las violentas emociones.
Los circos de toros tienen su origen en la Roma Pagana.
Más tarde esos circos bárbaros echaron sus raíces en España.
Es lamentable que ese triste espectáculo haya sido trasplantado a la América Latina.
Las sociedades protectoras de animales debieran luchar contra esa clase de espectáculos sangrientos.
La Religión Católica-Romana tiene la culpa de esa clase de espectáculos en un ciento por ciento. La Secta Romana es la autora intelectual de ese espectáculo criminal por que fue esa secta quien le negó a los animales el derecho legítimo de tener un alma inmortal.
El torero cree que el animal no tiene alma, y por eso clava las crueles banderillas en la afligida carne de su inocente víctima sin sentir jamás caridad ni misericordia.
El torero es el verdugo de los inocentes.
El torero es peor que el tigre sanguinario de Bengala, porque no mata para saciar su hambre, ni siquiera por el instinto salvaje de defensa propia.
El torero mata a los inocentes animales para divertir a las multitudes ávidas y sedientas de sangre y de placer. El torero, es semejante al gladiador romano que después de traspasar el corazón de su víctima exclamaba: ¡Salve Cesar!
Animal viene de la palabra Anima (Alma).
Con sólo quitarle la letra “L” á la palabra animal queda la palabra Anima, o Alma.
El animal es un Anima. El Anima del animal es el elemental inocente y bello.
Todo átomo es un trío de materia, energía y conciencia.
La conciencia de todo átomo el siempre un elemental inteligente.
Si los materialistas no son capaces de ver esos elementales es porque todavía no conocen los procedimientos científicos que nos permiten verlos.
Nosotros sí tenemos métodos especiales para ver esas criaturas.
El átomo es realmente un verdadero sistema planetario infinitamente pequeño.
Esos sistemas planetarios del átomo están compuestos por ternarios ultra-atómicos que giran alrededor de sus centros de gravitación.
El átomo con sus rayos Alfa, Beta y Gamma es un trío de materia, energía y conciencia.
El monismo materialista Haeckeliano dice que la fuerza y la materia son una misma cosa. Asegura el materialista Haeckel que la conciencia se halla latente en todo lo que existe y que dizque debemos buscarla en nuestras celdillas cerebrales.
Nosotros vamos más lejos porque conocemos la Anatomía Oculta y el Cuerpo Astral.
La conciencia cósmica se refleja en todo el panorama del universo.
Nosotros sabemos que la conciencia cósmica obra sobre la fuerza, y esta última actúa sobre la materia.
Los coordenados de todo fenómeno Biológico, Fisiológico, Atómico, etc., etc. son inteligentes. Toda inteligencia directa es consciente.
No podemos admitir fenómenos Bio-Mecánicos sin coordenados conscientes.
Podéis estar seguros que el materialista fanático, conservador y retardatario, rechaza dogmáticamente estas afirmaciones.
El Trauma Psicológico de los fanáticos del materialismo Dialéctico es reaccionario.
El organismo animal resulta siendo una síntesis de materia, energía y conciencia.
La conciencia animal es el elemental inteligente.
El mineral, el vegetal, el animal y el hombre tienen alma.
Esa alma es la conciencia cósmica. Sólo existe una gran alma, la conciencia cósmica. Esa es el Anima Mundi de Platón. La gran conciencia es coesencial con el espacio abstracto absoluto.
Llamad a esa gran conciencia Dios, Alá, Parabrahman, o como queráis, eso importa poco.
Lo importante es comprender la realidad de la gran conciencia.
Las palabras humanas son humo que nubla el cielo estrellado del espíritu.
Lo importante es la gran realidad.
El torero que asesina a la infeliz bestia, comete un crimen horrible contra la gran fraternidad universal.
Todos los seres somos Uno en el espíritu universal de vida.
El cazador que asesina a sus hermanos menores (los animales) comete también el crimen cobarde de “fratricida”.
El boxeador que golpea a su hermano para divertir a las multitudes es también un fratricida.
Los campeones de lucha libre, los boxeadores, los toreros, los astutos y perversos cazadores, etc., etc., son asesinos.
El autor intelectual de esos crímenes, es la religión católica.
Samael Aun Weor