Todas las religiones son perlas preciosas engarzadas en el hilo de oro de la Divinidad.
Es ostensible el amor que todas las místicas instituciones del mundo sienten por lo Divinal: Alá, Brahama, Tao, Zen, I.A.O., INRI,
Dios, etc., etc., etc.
El Esoterismo Religioso no enseña ateísmo de ningún tipo, excepto en el sentido que encierra la palabra sánscrita NASTIKA: no admisión de ídolos, incluyendo a ese Dios antropomorfo de la gente ignorante (cosa absurda sería creer en un dictador celeste que sentado allá arriba en un trono de tiranía, lanzara rayos y centellas contra este triste hormiguero humano).
El Esoterismo admite un LOGOS o un “CREADOR” colectivo del universo, un DEMIURGO arquitecto.
Es incuestionable que tal DEMIURGO no es una Deidad personal como muchos equivocadamente suponen, sino sólo la colectividad de los DHYAN CHOHANS, Ángeles, Arcángeles y demás fuerzas. DIOS ES DIOSES.
Escrito está con caracteres de fuego en el libro resplandeciente de la vida, que Dios es el Ejército de la Voz, la Gran Palabra, El Verbo. “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios”.
“Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”.
Es algo palmario y manifiesto, que cualquier hombre auténtico que logre realmente la perfección, ingresa por tal motivo en la corriente del sonido, en las milicias celestes constituidas por los buddhas de compasión, Ángeles, Espíritus Planetarios, Elohím,
Rishi-Prajapatis, etc., etc., etc.
Se nos ha dicho con gran énfasis que el LOGOS suena y eso es obvio. EL DEMIURGO, El Verbo, es unidad múltiple perfecta.
Quien adora a los Dioses, quien les rinde culto, puede capturar mejor la honda significación de las diversas facetas divinales del DEMIURGO arquitecto.
Cuando la humanidad se burló de los Dioses Santos, cayó herida de muerte en el grosero materialismo de esta edad de hierro.
Samael Aun Weor