XOLOTL – LUCIFER – PROMETEO
El jaguar maya es, indudablemente, el mismo XOLOTL o Lucifer nahua. En toda Meso América representa lo mismo. Traducido a la época actual del cristianismo, es el mismo Lucifer (luz y fe).
Luz y fe es, pues, la reflexión del Logos dentro de nosotros, aquí y ahora.
El Logos, Dios, se desdobla a sí mismo, y ese desdoblamiento es, precisamente, el XOLOTL nahua, el Lucifer cristiano, el jaguar maya.
De manera pues, que quienes piensan que Lucifer es el enemigo del Eterno, están muy equivocados. Y quienes lo pintan dogmáticamente como un demonio terrible, sentado en un trono de ignominia y blasfemia, con un tridente de hierro en su mano derecha dominado al mundo, están también equivocados.
Realmente el XOLOTL el Lucifer, el jaguar, el tigre, a quien representan es al Lucifer particular, individual. Cada cual tiene el suyo en el fondo mismo de su conciencia, y de acuerdo al grado de purificación en la eliminación de los agregados psicológicos así lo verá,
Entre más errores, defectos y vicios tengamos, más horrible y espantoso será. Entre más limpios y puros seamos, pues más radiante será.
XOLOTL o Lucifer, el jaguar, no es otra cosa que la reflexión del Logos dentro de nosotros, y aquellos que lo maldicen se pronuncian contra la cósmica reflexión del Logos, anatematizan al Dios vivo manifestado en la materia y reniegan de la siempre incomprensible sabiduría, revelándose por igual en los contrarios luz y tinieblas.
La gloria de Satán es la sombra de Adonai, y el trono de Satán es el escabel del Señor.
Semblanza, parecido, similitud, sol y sombra, día y noche, ley de los contrarios. Dos son los ejércitos del Logos o Demiurgo Arquitecto del universo: en los ámbitos sublimes, las aguerridas huestes de Miguel y en el abismo del mundo manifestado, las legiones de Satán.
Ostensiblemente, éstos son el Inmanifestado y el Manifestado, el virginal y el caído en la generación animal.
Incuestionablemente, sólo sobre Satán, jamás sobre el Logos, recae la vergüenza de la generación. Aquél perdió su estado elevado virginal de Kummara cuando comió el fruto prohibido.
Con la resurrección esotérica, el Lucifer nahua, el jaguar maya, reconquista el estado virginal de Kummara. La piedra angular de la Gran Obra es, ciertamente, impura, material, grosera, motivo intrínseco por el cual recibe el nombre de Diablo.
La piedra de la Gran Obra es el Lucifer nahua, jaguar maya. Sobre esta piedra maestra, ubicada en el fondo mismo de nuestro sistema sexual, el Kabir Jesús edificó su iglesia,
Se hace necesario comprender que cada uno de nosotros tiene su Lucifer particular, individual, reflexión completa de su Logos específico.
El tigre humanizado se convierte en una realidad concreta en Meso-América y México. Así también lo encontramos en Teotihuacan, levantando los brazos en un gesto litúrgico o con esa marcha felina que lo caracteriza.
Así pues, el Lucifer es la reflexión del Logos dentro de nosotros mismos, aquí y ahora. Si un árbol tiene sombra, ¿por qué ha de extrañarnos que el Logos tenga su propia sombra?
Lucifer es el que nos da la auto-independencia, los poderes que divinizan. El es el que da el impulso sexual, sin el cual es imposible la cristificación. De manera que Lucifer sirve de escalera para bajar y escalera para subir.
Cuando uno con la lanza le da en el costado a Lucifer, cuando vence la tentación, asciende un grado más por la espalda de Lucifer. Así se va: ascendiendo por la espalda de Lucifer hasta llegar un día al Gólgota del Padre.
El jaguar representa al mismo Lucifer interior, particular, individual, que cada uno de nosotros tenemos dentro.
Los caballeros tigres, además de guerreros acostumbrados a la dura brega, eran atletas extraordinarios de la ciencia Jinas. Estos seres extraordinarios sabían mezclar los tres elementos del Samyasi con el temible poder felino del; Jaguar-Lucifer.
PRÁCTICA
Acostados sobre pieles de tigre, imitando la sagrada postura del jaguar cuando en reposo se encuentra, ligeramente adormecidos, aquellos ilustres varones sabían combinar conscientemente la voluntad y la imaginación en vibrante armonía.
En suprema meditación de fondo y concentración mental asumían, deliberadamente, mediante la imaginación creadora, la figura felina del jaguar. Marcharse, desenvolverse, funcionar con esa figura que espanta, en pleno éxtasis y gozo místico, en modo alguno representaba algo imposible para estos perínclitos varones.
Cada vez que ellos se desprendían del duro lecho, para andar como tigres y desaparecer luego dentro de la cuarta coordenada, proferían la frase ritual “NOSOTROS NOS PERTENECEMOS”. Así como cuando la pólvora se inflama en el arcabuz y estalla con gran ruido, así es el corazón abrasado por el amor divino.
Bien, saben los humanos que aquellos tigres legendarios, exóticos y extraños, ante el umbral del templo tornaban nuevamente a su gentil figura humana.
Indubitablemente, Felipe, el apóstol del Gran Kabir Jesús, es el Santo Patrón de los Jinas. Si amáis a Felipe, podéis implorar su ayuda cuando estéis dormitando y, excluyendo de vuestra mente todo pensamiento, sintiendo gozo en el alma por su presencia, proferid la siguiente frase ritual: Al cielo Felipe. Salid de vuestra recámara con paso firme y decidido, metéos violentamente dentro de la cuarta dimensión desconocida.
Que los soles de entusiasmo os alumbren el camino, muy querido y amable lector.
Que las fuerzas del tigre os acompañen.
Que los cocuyos de sabiduría iluminen vuestro intelecto.
Que el PICR rumoroso dé sombra a vuestro descanso.
Que las ranas de esmeralda señalen los senderos, croando sin descanso.
Que ella, la naturaleza, sea pródiga contigo.
Que la fuerza universal os bendiga y dirija.
Samael Aún Weor