Ciertamente el nombre del templo de las meditaciones está de acuerdo al trabajo que allí se realizaba. Era un templo donde se practicaba la meditación.
Bien sabemos nosotros que la meditación es el pan del sabio. Cuando uno medita busca a Dios, información o busca poder.
Arriba podemos apreciar un rostro humano sumido o sumergido en la meditación. Más abajo se aprecia otro rostro humano que indica a Jesod y muestra dónde radica el poder, y en la base se ve una semblanza de cabeza humana que nos indica al monstruo de la tierra, que habrá de tragarnos o devorarnos si no logramos nuestra liberación final.
El monstruo de la tierra de los mayas son los mismos infiernos o mundos inferiores o sumergidos, que abren sus fauces para devorar a aquellos que no luchan por la autorrealización íntima del Ser. En nuestro libro Sí Hay Infierno, Sí Hay Diablo, Si Hay Karma develamos todo esto, con sus prácticas para tocar, palpar y ver.
A los lados del templo aparecen dos figuras fuertes, robustas, que fácilmente se confunden con figuras de animales, pero que no son otra cosa que la simbología o representación de la fuerza. La mitra sacerdotal que llevan sobre la cabeza nos lo indica claramente,
En síntesis, nos indica el dominio del ego animal. Ha sido muy bien hecha, muy bien alegorizada.
La meditación incluye varias fases o pasos, por ejemplo:
- Una postura cómoda, no importa el lugar dónde se realice.
No pensar en nada, o sea, mente en blanco.
Concentración en una sola cosa. Saber fijar la mente en una sola cosa.
Meditación profunda, reflexión sobre el contenido profundo de la misma cosa.
Éxtasis, Shamadi.
Toda esta disciplina debe empapar nuestra vida cotidiana. Aquellos que quieran la sabiduría ardiente deben terminar con los procesos del razonamiento y cultivar las facultades ardientes de la mente.
La razón es un puente entre el instinto y la intuición. De la razón sólo extraemos su fruto de oro que es la comprensión.
La compresión y la imaginación objetiva reemplazan a la razón y son los cimientos de las facultades superiores del entendimiento
Samael Aún Weor