Ehecatl Dios de Viento

Ehecatl Dios del viento entre los Aztecas, intervino en la resurrección del Cristo Jesús; el día 3 entró en la tumba de Jesús y clamó con gran voz: Jesús levántate de entre tu tumba, con tu cuerpo.

Ehecatl indujo en el cuerpo de Jesús la actividad y el movimiento.

Ehecatl es un Ángel precioso, y espíritu del movimiento: los señores del movimiento regulan todas las actividades del movimiento cósmico; Los Aztecas rendían culto a Ehecatl (véase lámina).

“Y el primer día de la semana, muy de mañana vinieron al sepulcro las santas mujeres (en cuerpo astral) trayendo las drogas aromáticas que habían aparejado y algunas otras mujeres con ellas”.

El cuerpo físico de Jesús fue sumergido dentro de los mundos internos, quedó en estado de Jinas; la tumba quedó vacía. “Pedro corrió al sepulcro y como miró dentro, vio solo los lienzos echados y se fue maravillándose de lo que había sucedido”. El cuerpo de Jesús fue tratado con las drogas aromáticas y los ungüentos sagrados, luego penetró por la glándula pineal astral del maestro, así quedó resucitado con su cuerpo, que en estado de Jinas pudo hacerse visible y tangible a los discípulos de Emaús.

“Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomando el pan, bendijo y partió y dióles”. Entonces fueron abiertos los ojos de ellos, y le conocieron; mas él se desapareció de los ojos de ellos”. “A los once les parecía imposible que Jesús hubiera resucitado, y cuando él se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. Entonces ellos espantados y asombrados pensaban que veían espíritu”; sencillamente porque les parecía imposible que un cadáver pudiera tener vida; “Mas él les dice: ¿por qué estáis turbados y suben pensamientos a vuestros corazones?”. “Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad y ved; que el espíritu ni tiene carne ni huesos como veis que tengo yo”; “y para acabar de probarles que tenía cuerpo de carne y hueso comió con ellos a la mesa”.

Más tarde el maestro se fue para el Tibet oriental.

Él enseñó y demostró a la humanidad la doctrina de la resurrección de los muertos. Practicando magia sexual, adorando a la mujer, sabiendo querer, todo ser humano puede llegar a las elevadisimas cumbres de la resurrección.

Samael Aun Weor

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