El Bazo es un órgano importantísimo en el organismo humano. Cuando llega la hora del sueño, el alma envuelta en su cuerpo astral abandona el cuerpo físico y deambula por el mundo de la cuarta dimensión, entretanto algo queda dentro del cuerpo físico. Ese algo es el doble etérico. Dicho doble es el Lingam Sarira de los sabios del Indostán. El médico Paracelso llamó a ese doble etérico, la MUMIA.
Se trata de un doble organismo de materia etérica. Esa es la Mumia. Ese es el asiento vital, el fondo vital desconocido absolutamente para la medicina occidental, pero conocido totalmente por los médicos orientales.
La Mumia de Paracelso es una condensación termo-electro-magnética. Dicho cuerpo vital tiene su chacra fundamental en el bazo. La flor de loto del bazo especializa las corrientes vitales del sol, y las atrae y absorbe. Entonces vemos en el bazo a los glóbulos blancos transmutarse en glóbulos rojos.
La energía vital recogida por el chacra esplénico pasa al plexo solar y luego se difunde por todos los canales nerviosos del sistema gran simpático, llenando de vida todo el organismo del ser humano.
La glándula TIROIDES colabora en este trabajo con su yodo biológico desinfectando todos los canales del sistema nervioso GRAN SIMPÁTICO.
Cuando el alma envuelta en su cuerpo astral entra al cuerpo, entonces ya el cuerpo está reparado. Si el ser consciente no saliera del cuerpo, entonces con sus emociones y pensamientos estorbaría el trabajo de reconstrucción del organismo humano.
Durante el día se van acumulando en los canales del sistema nervioso gran simpático, muchos desechos orgánicos, esos desechos impiden la circulación del fluido vital, entonces viene el sueño, con el proceso del sueño se reconstruye el organismo humano.
Un médium en estado de trance puede proyectar por el bazo, la Mumia. Entonces esa Mumia es utilizada por algunas entidades desencarnadas que se meten entre ella. Luego se condensan o materializan físicamente. Así han podido hacerse visibles y tangibles algunas personas que viven en ultratumba. Esto no es una fantasía, porque se han sacado fotografías de esas personas de ultratumba. Las placas fotográficas no pueden mentir. Hechos son hechos.
El eminente médico doctor Luis Zea Uribe, profesor de medicina de la Facultad Nacional de Bogotá fue ateo, materialista e incrédulo, ciento por ciento. Cuándo ese sabio vio, tocó, palpó a esos fantasmas materializados en un laboratorio de Nápoles, se transformó radicalmente, y se volvió espiritualista ciento por ciento.
Allí en Nápoles se estudiaron y examinaron en un laboratorio científico las materializaciones que se hacían con la famosa médium Eusapia Paladino. Entonces los científicos incrédulos, vieron, oyeron, fotografiaron experimentaron y creyeron.
MoSamael Aún Weor