Entre el cantar dichoso de las aves, ha rayado la aurora, delicia de sonrosados dedos.
El viejo sabio Gurnemanz acompañado de dos jóvenes escuderos, duerme profundamente bajo la sombra encantadora de un frondoso árbol taciturno…
Por el lado vetusto y solariego del castillo del Grial, resuena poderosa la solemne diana de trompetas que con sus formidables notas saluda victoriosa al grato amanecer…
Al escuchar el himno glorioso y triunfal, el anciano Gurnemanz y sus dos escuderos llenos de infinita veneración, humildemente se arrodillan y rezan con profunda devoción.
Al llegar a esta parte sublime del presente capítulo conviene recordar aquel hermoso poema de Don Ramón del Valle Inclán:
ROSAS ASTRALES
¡Eternos imperios! ¡Dorados sagrarios!
¡Claves del gran todo! ¡Rezo en sus laúdes!
¡Voluntades quietas! ¡Solemnes virtudes!
¡Entrañas del mundo! ¡Ardientes ovarios!
¡Encendidos ritos de celestes lares!
¡Sellados destinos del humano coro!
¡Soles que las normas guardan del Tesoro
Demiúrgico! ¡Arcanas rosas estelares!
¡Arcano celeste! Gnóstico arcano
donde los enigmas alzó el Trismegisto:
Por querer leerte abrió Juliano.
En su imperio el cisma, y se hizo anticristo,
exegeta, Gnóstico del cielo pagano.
Una metamorfosis solar vio en el Cristo.
Con paso majestuoso llegan del Grial dos caballeros que, de vanguardia, vienen explorando cautelosos el áspero sendero que va a seguir Amfortas, el rey de tan preciada joya.
Es ostensible que el gran sacerdote de la sagrada ascua, sufre lo indecible desde aquel día fatal en que para desgracia suya, Klingsor, el mago negro, le hiriera con siniestra lanzada.
El augusto sucesor del rey Titurel viene más temprano que de costumbre a tomar su baño en la piscina sagrada del lago.
El venerable señor necesita con suma urgencia aliviarse de los tremendos dolores que le afligen desde que para desgracia suya, recibiera la mortal lanzada…
Bien saben los divinos y los humanos sobre KLINGSOR y sus nefastas artes tenebrosas.
El malvado personaje de la sombra no solamente arrebató la lanza sacra de manos de Amfortas, el rey del Grial, sino además le hirió con ella en el costado.
¡Ah!… si las gentes entendieran todo esto… si comprendieran el hondo significado de la lanza…
En todo esto es ostensible que existe sexualidad pura; falismo trascendente; erotismo.
Es incuestionable que la lanza GNÓSTICA-ESOTÉRICA del Grial y aquella otra, la de los pactos mágicos ostentada por Wotan, son en el fondo una misma, el emblema de la fuerza sexual masculina, el PHALO…
Un gran sabio dijo: “Hasta cierto punto, los troncos o tablas de la ley, donde Moisés escribiese por mandato de Jehová los preceptos del decálogo, no son sino una doble lanza de las Runas, sobre cuyo significado fálico no nos podemos detener, pero que al pormenor puede verse en el segundo tomo de ISIS SIN VELO”.
Escrito está con caracteres de fuego en el gran libro de la sabiduría cósmica el doble uso de la lanza sacra; es indubitable que hirió horriblemente el costado del Señor y que de su herida manó sangre y agua. Es ostensible que sanó la herida en el costado de Amfortas.
¿Explicaciones?.. Paciencia querido lector, ahora sólo estamos sentando principios; en futuros capítulos iremos hasta el fondo…
¿Enigmas? ¡Sí! y muchos… tan graves como los del Santo Grial, el YONI femenino, la copa, los órganos sexuales de la mujer…
Son tantas las tradiciones del Santo Grial… por ahí entre los libros viejos medievales existe una estrofa lírica que dice:
“Padre, padre de mi vida,
por la del Santo Grial,
que me des vuestra licencia
para el Conde ir a buscar”.
Se nos ha dicho que el gran cáliz estuvo en poder de Abraham; se nos informa que Melquisedec, el Genio de la tierra o Changam -como también se le llama-, lo llevó del país de Semíramis a la tierra fecunda de Canaán; Esto sucedió en aquella época en que nuestro regente planetario empezó algunas fundaciones, en el bendito lugar donde más tarde estuvo Jerusalén la ciudad querida de los profetas.
Antiguas tradiciones que se pierden en la noche de los siglos, afirman que Melquisedec lo utilizó litúrgicamente cuando celebró el sacrificio en que ofreció el pan y el vino de la transubstanciación en presencia de Abraham y que se lo dejó a ese Patriarca.
Algunas leyendas viejísimas aseguran enfáticamente que este vaso Divinal estuvo también en el arca de Noé.
No está de más asegurar que esta venerada reliquia fue llevada a Egipto y que Moisés la poseyó.
Estaba hecha de una materia muy singular, compacta como la de una campana y francamente no tenía el aspecto de haber sido trabajada como los metales; más bien parecía ser el producto de una especie de vegetación.
La reina de Saba sometió al rey Salomón a muchas pruebas antes de hacerle depositario de tan sublime reliquia.
El Gran KABIR JESÚS el CRISTO, la tuvo en su poder cuando celebró la última cena y en tal vaso bebió el vino de la Santa Eucaristía.
El senador romano José de Arimatea, al pie de la cruz en el Calvario, recogió en esa copa las gotas purpurinas de sangre que manaban de las heridas del Adorable…
Dicen las tradiciones que el mencionado senador, inteligente y sabio cual ninguno, supo guardar secretamente tan preciado tesoro…
El precio de su sagrado celo resultó muy caro, pues al negarse aquel varón a entregar a la policía romana el vaso sacrosanto y la lanza de Longinos, fue entonces hecho preso…
Muchos años después, José de Arimatea, ya libre, portando las santas reliquias se fue a Roma en busca de cristianos, más viendo las persecuciones que allí existían, continuó su camino por las regiones del Mediterráneo…
Dicen las escrituras antiguas, que una noche en sueños fue visitado el viejo Senador por un ángel quien le dijo: “Ese vaso tiene un poder magnético muy grande, pues en él está contenida la sangre del redentor del mundo, entiérrala allá”.
“Entonces aquel anciano vio el templo de Montserrat en Cataluña, España”…
José de Arimatea concluyó su terrible misión guardando en tal templo estas arcaicas reliquias…
Lo que sucedió después… los Iniciados lo saben; hoy el castillo de Montsalvat, en el cual está el templo, y parte de la montaña de Montserrat entraron en estado de “JINAS”, se ocultaron de la vista de los profanos.
Inútilmente los caballeros cruzados buscaron en la tierra santa el Santo Grial; como recuerdo de esos afanes todavía se conserva la copa de plata que se entrega a los campeones olímpicos.
Samael Aun Weor