EL CIELO DE VENUS

Deviene ahora extraordinaria la tercera hazaña de Hércules, el Héroe solar: Quiero referirme enfáticamente a la captura de dos animales, suave el uno como veloz, turbulento y amenazador el otro. La Cierva Cerenita y el Jabalí de Erimanto.

Podemos y hasta debemos identificar estos famosos cuadrúpedos, con las dos resplandecientes constelaciones australes más próximas a las estrellas de Géminis, que se hallan cerca de los dos Centauros, con los que Hércules sostiene una lid sangrienta.

En la cierva de pies de bronce y cuernos de oro, sagrada a Diana y disputada por Apolo, el Dios del Fuego, podemos ver una clara alusión al alma Humana (el esposo de la WALKIRIA), el MANAS SUPERIOR de la TEOSOFÍA.

Y en el terrible Jabalí, perverso cual ninguno, está el símbolo viviente de todas las bajas pasiones animales.

No está demás aseverar en estos instantes que yo anhelaba muy sinceramente y con todas las fuerzas de mi Alma, entrar al cielo de Venus, el Mundo Causal, la morada de los PRINCIPIADOS. Empero, es claro que necesitaba primero hacer méritos, reducir a polvareda cósmica al espantoso Jabalí…

Bajar es necesario antes de subir; a toda exaltación le precede siempre una terrible humillación.

Descender a los Infiernos Venustos fue indispensable, urgente, inaplazable, antes del ascenso.

Información previa necesitaba y ésta, en sí misma, resultaba ciertamente apremiante, perentoria…

Indicaciones precisas, extraordinarias, vinieron a mí durante la meditación; es ostensible que el Iniciado siempre es asistido…

Sobre una gran tabla, muy semejante al atractivo tablón de un juego de ajedrez, en vez de las consabidas piezas del citado juego, vi muchas figuras animalescas de asqueante aspecto…

Incuestionablemente, con la ayuda de mi Divina Madre KUNDALINI, yo había eliminado defectos de tipo Psicológico, ya en el Mundo Astral, ya en el Mundo Mental, empero, los gérmenes causales de aquellos, continuaban existiendo dentro de mí mismo, aquí y ahora…

Dentro del terreno de la más pura Psicología experimental, podemos asentar el siguiente enunciado:

La eliminación radical de cualquier defecto Psicológico, fracasa absolutamente cuando no se disuelve su causa secreta.

Extirpar de mi Psiquis tales causas intrínsecas, fue ciertamente mi tarea en los Infiernos Venustos…

Es ostensible que entonces hube de pasar victorioso por espantosas tentaciones carnales, como aquellas que sufriera el Patriarca Gnóstico San Agustín, al pie de la Cruz… “El Gnóstico misterio está presente  en el quieto volar de la paloma,  y el pecado del mundo en la serpiente  que muerde el pie del Ángel que la doma”. “Sobre la eterna noche del pasado   se abre la eterna noche del mañana.

¡Cada hora, una larva del pecado!

Y el símbolo la sierpe y la manzana”.

Inmensa es la multitud de los delitos, cuyos gérmenes causales debía eliminar, y aunque tuviese cien bocas, cien lenguas y voz de hierro, no podría enumerarlos todos…

En el Tártarus, donde se castiga a los malvados, encontré también a dos viejos amigos de la juventud; uno, aún vive, el otro ya es muerto…

No está demás recordar a esos Titanes de los antiguos tiempos, que quisieron escalar el cielo; sufren ahora en los abismos, encadenados por la ira de Júpiter.

Allí también moran los insolentes lapitas y el atrevido Ixión, que atentó contra Juno, y Piritoo, que quiso raptar a Proserpina… En el mundo subterráneo vive también el orgulloso Salmoneo, Rey de Elida, que reclamó para sí los honores Divinos, siendo él un simple mortal, un vil gusano del lodo de la tierra…

Momentos antes de abandonar definitivamente la morada de Plutón, vi algo espantoso, terrible, como si un descomunal monstruo gigantesco quisiese devorarse a la humanidad entera. ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!

Posteriormente me sentí transformado entre esos infiernos atómicos; el Cristo Cósmico entró en mí yo me perdí en él…

Entonces, multitud de Madres me trajeron sus niños y yo, lleno de éxtasis exclamé: “Dejad que vengan los niños a mí, porque de ellos es el Reino de los Cielos”.

¡Cuán feliz me sentí con el Cuerpo Causal transformado! Después de bendecir a todos esos tiernos infantes, abandoné el Reino Mineral Sumergido y penetré victorioso en el Cielo de Venus (El Mundo Causal).

Fue así como reingresé al estado de los Principiados, que otrora había perdido, cuando en la meseta central del Asia cometiera el mismo error del Conde ZANONI…

Caer rendido a los pies paradisíacos de la exquisita beldad femenina, beber el licor de Mandrágoras, comer de las manzanas de oro del “Jardín de las Hespérides”, fue ciertamente el mencionado error. Empero, trabajando posteriormente con la electricidad sexual trascendente, hube de retornar al camino que otrora había abandonado…

Ese Mundo Causal maravilloso o Mundo de la Voluntad Consciente, tantas veces citado por el Señor Leadbeter, Annie Besant, Arturo Power, Rudolf Steiner, H.P.B., etc., ostensiblemente es terror de amor y ley. Indubitablemente el Cielo de Venus no es del tiempo y está más allá de la mente.

Resulta patente que la sustancia AKASHIKA, como elemento natural y vibración o TATTWA, constituye en sí misma el fondo viviente y filosofal del Mundo de causalidad Cósmica…

El azul eléctrico profundo resplandece maravilloso en esa región y centellea por aquí, por allá y acullá, saturándonos con una exquisita voluptuosidad espiritual indescriptible…

Es el Mundo de las Causas Naturales como un océano sin límites ni orillas; el incesante oleaje de acción y consecuencia, fluye y refluye allí de instante en instante…

Es evidente que no existe causa sin efecto ni efecto sin causa; a toda acción le sigue una reacción; de cualquier acto siempre se desprende una consecuencia… O mejor dijéramos, serie de consecuencias… Por aquella época de mi actual existencia, recibí mucha información objetiva demostrada y demostrable.

EJEMPLO: Ante el orador de cierto auditorio me presento en plena asamblea; no se guardar compostura, meto las narices donde no debo, refuto conceptos…

Resultado: el disertador -un hombre del Mundo Causal- se retira indignado…

Posteriormente, el conferencista aquel comenta con otros mi actitud y esto se convierte de hecho en toda una serie encadenada de consecuencias…

En el Mundo Causal vi también, con asombro místico, el porvenir que le aguarda al planeta Tierra y a  las humanas criaturas que en este mundo físico moran…

Vestido con el “Cuerpo Causal” me vi de pronto metido dentro de un gran patio ferroviario…

Ciertamente el Movimiento Gnóstico es un tren en marcha; unos pasajeros suben en una estación y se bajan en otra; raros son aquellos que llegan hasta la estación final…

Posteriormente hube de sumergirme entre el infinito espacio estrellado; necesitaba investigar algo en el Anfiteatro de la Ciencia Cósmica…

Sorprendido, admirado, -puesto que todavía no he perdido la capacidad de asombro-, puede percibir con el “Ojo de Dangma” u “Ojo de SHIVA”, algo insólito e inusitado…

Ante mi vista espiritual apareció la Tierra sitiada a muerte por doce gigantes descomunales, negros, siniestros, amenazantes… (Las doce constelaciones zodiacales, agenciando la cristalización definitiva del KARMA Mundial).

Gente de otros mundos no ignoran la Gran Catástrofe que sobrevendrá y se acercarán con sus naves  para registrar o fotografiar el cataclismo.

He ahí el Apocalipsis de San Juan, en plena marcha. Colisión de Mundos. ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!…

Resulta oportuno citar en esta parte algunos versículos extraordinarios del KORAN.

“Entre los signos que deben preceder a la llegada de la hora postrera, se halla el que la Luna se partirá en dos. Pero a pesar de ello los incrédulos no darán créditos a sus ojos”.

(Es obvio que en modo alguno puede tratarse de una división geológica o física de nuestro vecino satélite. Interprétese esto en forma política y militar. Las grandes potencias se disputarán la Luna). “Cuando se toque la trompeta por primera vez…  Cuando la Tierra y las montañas sean llevadas  por los aires y machacadas de un solo golpe…

Cuando el cielo se desgarre y caiga en pedazos…

Ese día será el día inevitable”.

(¡Colisión! Es el término preciso. El planeta Tierra chocará con otro mundo que se viene acercando peligrosamente).  “¡El golpe que es! Será el Día del Juicio Final.   Quienes tengan obras que pesen en la balanza,  tendrán una vida agradable. Quienes ligeras,  tendrán por morada la fosa ardiente”.  (Los Mundos Infiernos).

“Cuando la Tierra tiemble con ese temblor que le está   reservado…  Cuando haya vomitado los muertos que reposan  en sus entrañas…  el hombre se preparará para ser juzgado”. “El Sol será desgarrado, las estrellas caerán,  las montañas serán puestas en movimiento y terminarán  estrellándose contra el suelo. El cielo estallará en mil  pedazos y los mares y ríos confundirán sus aguas.  Las tumbas se entreabrirán y resucitarán los muertos.  Los que hayan practicado el bien tendrán la felicidad  sin límites; pero los réprobos serán también   castigados sin mesura”.

Incuestionablemente antes de la inevitable colisión, el excesivo acercamiento de aquella mole planetaria originará espantosas tempestades electro-magnéticas.

Es ostensible que la presencia de aquel mundo sideral, ejerza atracción sobre el fuego líquido del interior de nuestro globo terráqueo; entonces el ígneo elemento buscará salida dando origen a innúmeros volcanes.

Por aquellos días, la Tierra se estremecerá con pavorosos terremotos y horripilantes maremotos…

Pueblos y ciudades caerán fatalmente como míseros castillos de naipes, hechos ruinas.

Olas monstruosas nunca jamás vistas azotarán con furia a las arenosas playas y un sonido muy extraño surgirá de entre el fondo de los mares…

Indubitablemente la radiación extraordinaria de aquel planeta, matará a millones de criaturas y todo se consumirá en apocalíptico holocausto.

Pedro o PATAR, el Gran Hierofante, dijo:

“Más el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos,  y la tierra y las obras que en ella están serán quemadas”.

En el Mundo Causal yo contemplaba con asombro místico la Gran Catástrofe que se avecina y como quiera que esa es la región de la Música Inefable, la visión fue ilustrada en la “corriente del sonido”. Cierta deliciosa sinfonía trágica resonaba entre los fondos profundos del Cielo de Venus.

Aquella partitura asombraba, en general, por la grandeza y majestad, y por la inspiración y belleza de su traza; por la pureza de sus líneas y por el colorido y matiz de su sabia y artística instrumentación dulce y severa, grandiosa y terrorífica, dramática y lúgubre a la vez…

Los trozos melódicos fragmentarios (Leitmotivs) que se oyeron en el Mundo Causal, en las diferentes situaciones proféticas, son de gran potencia expresiva, y en íntima relación con el gran acontecimiento y con los sucesos históricos que inevitablemente le precederán en el tiempo…

Hay en la partitura de esa Gran Opera Cósmica, fragmento sinfónicos relacionados con la tercera guerra mundial; sonoridades deliciosas y funestas, sucesos horripilantes, bombas atómicas, radioactividad espantosa en toda la Tierra, hambres, destrucción total de las grandes metrópolis, enfermedades desconocidas, contiendas incesantes aquí, allá y acullá, etc., etc., etc.

Entremezclados con un arte sin precedentes, se oyeron los temas relacionados con la destrucción de New York, París, Londres, Moscú, etc., etc., etc.

Samael Aun Weor

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