Todo aquel que estudia ocultismo quiere conocimiento directo, anhela saber cómo va, quiere conocer sus propios progresos internos.
La más grande aspiración de todo estudiante es poder convertirse en un ciudadano consciente de los mundos superiores, y estudiar a los pies del Maestro.
Desgraciadamente, el ocultismo no es tan fácil como a simple vista parece. La raza humana tiene sus poderes internos completamente dañados, atrofiados. Los seres humanos echaron a perder, no solamente sus sentidos físicos, sino además, y lo que es peor, sus facultades internas. Ese ha sido el resultado kármico de nuestras malas costumbres. El estudiante busca aquí y allá, lee, relee cuanto libro de ocultismo y magia caer en sus manos, y lo único que consigue el pobre aspirante, es llenarse de terribles dudas y confusiones intelectuales. Existen millones de teorías, y millares de autores. Unos repiten ideas de otros.
Aquellos refutan a éstos, todos contra uno y uno contra todos; entre colega y colega se ironizan y combaten mutuamente, unos contra otros, y todos realmente contra todos. Algunos autores le aconsejan al devoto que sea vegetariano; otros le dicen que no lo sea. Aquellos le aconsejan que practique ejercicios respiratorios; estos le dicen que no los practique. El resultado es espantoso para el pobre buscador. No haya qué hacer. Anhela la luz, suplica, clama y nada, nada. Absolutamente nada.
¿Qué hacer?
Hemos conocido individuos sumamente místicos, “héroes de grupos”. Muchos de ellos son vegetarianos, abstemios, virtuosos, etc., etc., pero, por lo común, son muy sinceros, quieren el bien para sus seguidores, pero suspiran como todos, sufren, lloran en secreto. Jamás los pobrecitos han visto lo que predican. No conocen su Gurú, nunca han tenido la dicha de conversar con él personalmente. Jamás han visto los planos de Conciencia Cósmica, planos o mundos superiores de los cuales hacen tan bellos diagramas y tan interesantes descripciones. Nosotros, los Hermanos del Templo sentimos verdadera piedad por ellos y tratamos de ayudarnos. Eso es lo que intentamos hacer; pero todo inútil. Ellos odian todo lo que sea sexo. Lo que se parezca a sexo. Cuando se les habla del Matrimonio Perfecto se ríen y protestan airados defen5diendo su abstención. Esos pobres ciegos guías de ciegos necesitan quien los guíe. Ellos sufren mucho porque no tienen la dicha de gozar del conocimiento directo. Sufren callados para no desmoralizar o defraudar a sus seguidores. Nosotros, los Hermanos del Templo, francamente los amamos y compadecemos. Es necesario dejar de teorizar.
El opio de las teorías es más amargo que la muerte. El único camino para reconquistar los poderes perdidos es la Magia Sexual. El Gran Arcano tiene la ventaja de regenerar al hombre. El ser humano necesita regenerarse y esto no es cuestión de autores ni de bibliotecas. Necesitamos trabajar con el grano, con la semilla. Así como la lagartija puede regenerar su cola y el gusano la suya, así también puede el hombre regenerar sus poderes perdidos. Estos animales pueden reponer su cola perdida con la fuerza sexual que poseen. Así, con esa fuerza sexual puede el hombre reponer, reconquistar sus poderes internos; por ese camino pueden los sufrientes peregrinos, llegar al conocimiento directo. Entonces se convertirán en verdaderos sacerdotes iluminados para sus fraternales grupos. El camino es la Magia Sexual. Todo guía debe ser clarividente y clariaudiente.
A continuación damos un ejercicio para el desarrollo de la clarividencia y del oído secreto. Después de tener estas facultades es bueno permanecer por épocas entre las selvas más profundas, apartados de la vida urbana. En la paz de la Naturaleza, los dioses del fuego, aire, agua y tierra nos enseñan sus cosas inefables. No se trata de vivir únicamente en la selva. “¿Qué hace el santo en el bosque?”. Empero debemos tener buenas vacaciones en el campo. Eso es todo.
Es de vital importancia para el progreso espiritual, el perfecto equilibrio mental. Casi todos los aspirantes al esoterismo fácilmente pierden el equilibrio mental y caen en las cosas más absurdas. Quienes quieran el conocimiento directo deben preocuparse por mantener su mente en perfecto equilibrio.
Práctica. El gran Maestro Huiracocha enseña una práctica muy sencilla para ver los Tatwas (Tatwa es la vibración del Éter).
El ejercicio es el siguiente: introdúzcase el devoto sus dedos pulgares entre los oídos. Cierre sus ojos y tápeselos con los dedos índices. Tapone su nariz con los dedos medios y finalmente selle sus labios con los dedos anular y meñique. En estas condiciones el estudiante debe tratar de ver los Tatwas, con el sexto sentido. Este ojo se haya entre las dos cejas.
Yogananda, quien da el mismo ejercicio que Krumm Heller, aconseja que se use además el Mantram OM. Dice Yogananda que el devoto debe apoyar sus codos sobre unos almohadones. Estos se hallarán sobre una mesa. El devoto ante la mesa, con la cara hacia el oriente, hará esta práctica. Yogananda aconseja que la silla donde el devoto se siente para realizar esta práctica debe estar envuelta en un cobertor de lana. Esto nos recuerda a Apolonio de Tyana quien se envolvía en un manto de lana para aislarse totalmente de las corrientes perturbadoras.
Muchos autores dan este ejercicio y nosotros lo consideramos muy bueno. Creemos que con esta práctica se desarrolla la clarividencia y el oído mágico.
Al principio, el devoto no verá sino tinieblas. Empero, cuando más se esfuercen en practicar, su clarividencia y su oído mágico se desarrollarán lenta, pero seguramente.
Al principio, el devoto no oirá sino sus sonidos fisiológicos, pero poco a poco escuchará durante la práctica sonidos cada vez más y más delicados. Así despertará su oído mágico.
En vez de indigestarse el lector con tantas teorías contradictorias, es mejor que practique y desarrolle sus facultades internas. El proceso de regeneración debe marchar íntimamente asociado al ejercitamiento esotérico. Dice la ciencia que órgano que no se usa se atrofia. Es necesario usar estos órganos de la clarividencia y del oído mágico. Es urgente ejercitarnos con estos órganos y regenerarlos para lograr la realización interna.
Estas prácticas no están contra ninguna religión, secta, escuela o creencia. Todos los sacerdotes, guías, instructores de todas las escuelas y órdenes, pueden hacer estos ejercicios para desarrollar sus facultades. Así podrán conducir mejor a sus respectivos grupos.
El despertar de las facultades internas debe marchar paralelamente con el desarrollo cultural, intelectual y espiritual.
El clarividente además debe también desarrollar todos sus chacras para no caer en graves errores.
La mayor parte de los clarividentes han cometido grandes equivocaciones. Casi todos los clarividentes famosos han llenado el mundo de lágrimas. Casi todos los grandes clarividentes han calumniado a las gentes. La clarividencia mal usada ha producido divorcios, asesinatos, adulterio, robos, etc., etc.
El clarividente necesita el pensamiento lógico y el concepto exacto. El clarividente debe tener un perfecto equilibrio mental.
El clarividente debe ser un poderoso analítico. El clarividente debe ser matemático en la investigación, y exigente en la expresión.
La clarividencia exige, para su correcto funcionamiento, el perfecto desarrollo de la Clariaudiencia, intuición, telepatía, presentimiento y demás facultades.
Samael Aun Weor