Podemos considerar el Edda alemán como la Biblia germánica. En este arcaico libro se halla contenida la sabiduría oculta de los nórdicos. Los relatos del Edda sobre el Génesis del mundo son como sigue:
“En el principio existían dos únicas regiones: la del fuego y la luz, donde reinaba el ser absoluto y eterno, Alffadir, y la otra la región de las tinieblas y el frío llamada Niffheim, dominada por Surtur, (El Negro). Entre una y otra región se extendía el caos. Las chispas escapadas de Alffadir fecundaron los fríos vapores del Nifheim, y nació Imir, padre de la raza de los gigantes. Para alimentarlo –y de la misma manera– fue creada la vaca Audumbla, de cuya ubre manaron cuatro ríos de leche. Ahíto, Imir se durmió. Y del sudor de sus manos nació una pareja, varón y hembra, de gigantes; de uno de sus pies, un monstruo de seis cabezas”.
En el Génesis de la creación hallamos Alquimia Sexual. El fuego fecunda a las frías aguas del caos. El principio masculino Alffadir fecunda al principio femenino Niffheim dominado por Surtur (las Tinieblas), para que brote la vida. Así nace Imir, el padre de los gigantes, el Dios Interno de todo hombre, el Maestro. Este se alimenta con la materia prima de la Gran Obra. Dicha sustancia es la leche de la vaca Audumbla. La blanca vaca sagrada de la India. En el Génesis de Moisés se mencionan los cuatro ríos del Edem, los cuatro ríos de leche. Estos cuatro son el fuego que flamea, el agua pura de vida, el aire impetuoso y la perfumada tierra elemental de los sabios. (Los cuatro Tatwas). En toda operación de Alkimia entran en actividad los cuatro elementos. No podían faltar éstos en la Alkimia sexual de la Creación.
Imir se duerme y de su propio sudor nace una pareja de gigantes varón y varona, el divino hermafrodita primitivo, gigantesco y sublime de la Isla Sagrada. En el Génesis de Moisés, Adam se duerme y Dios saca a Eva de una costilla de él. Antes de este instante Eva estaba dentro de Adam y era Adam mismo. Este era un hermafrodita. De los pies de este gigante hermafrodita (la Raza Polar), nace el monstruo de las seis cabezas, la Estrella de Salomón. La Alkimia sexual humana del ser humano, que a través de muchos siglos termina por separar o dividir a los gigantes convirtiéndolos en seres humanos de sexos separados. La división en sexos opuestos es el principio de la gran tragedia. Del gigante hermafrodita nace el monstruo de las seis cabezas.
El ser humano volverá a ser divino hermafrodita. El hombre regresará al Edem acompañado de su divina Eva. Cuando el hombre y la mujer se unen sexualmente, son en esos instantes un solo ser hermafrodita. Realmente, en esos instantes de suprema voluptuosidad sexual, somos dioses. Ese es el momento supremo que sabe aprovechar el Iniciado para sus fenómenos mágicos.
El nacimiento del ser humano en sexos separados fue un acontecimiento grandioso de la antropogénesis, que se realizó a través de muchísimos millones de años. El Edda germánico, después de describir maravillosamente la creación del mundo, relata la separación en sexos opuestos como sigue:
“Inmediatamente decidieron los Dioses crear la primera pareja humana. De un fresno formaron al hombre y le llamaron Askur. De un aliso formaron la mujer y la llamaron Embla. Odín les dio el alma; Villi les dio el entendimiento; Ve les dio la belleza y los sentidos. Y los Dioses, satisfechos de su obra, se retiraron a descansar y a gozar a su mansión del Asgar, situada en el centro del Universo”.
El relato del Edda sobre la destrucción del mundo es el Apocalipsis germánico. “La misma naturaleza empieza a salir de su orden; las estaciones cesan de alternar; el terrible invierno, Fimbul, domina y dura tres años porque el sol ha perdido su fuerza; entre los hombres ya no hay fe; la paz entre hermanos, parientes e hijos de una misma tribu ya no se observa; el sagrado deber de los germanos de respetar a los muertos, de cortarles las uñas y de enterrarlos se descuida; y el buque colosal en que, a la consumación de los siglos ha de embarcarse Hrimer, el gigante de la escarcha, con sus innumerables compañeros, para destruir a los Dioses, destrozar su alegre y resplandeciente morada, el Valhala y el Universo; este terrible buque acusador compuesto, sólo de las uñas de los muertos no cortadas por ninguna alma piadosa, adelanta y crece a pesar de la pequeñez del material, hasta que la corrupción llega al colmo. Entonces, los monstruos, a quienes los Dioses habían logrado encadenar, rompen las cadenas que les sujetaban; las montañas se hunden; las selvas se descuajan; los lobos, que desde el principio del mundo aullaban al Sol y a la Luna para devorar estos dos astros y que a veces ya los tenían medio agarrados, los alcanzan y los engullen para siempre; el lobo Fernis rompe sus ataduras y embiste con las fauces abiertas al mundo, tocando con una mandíbula al cielo y con la otra la tierra; y más las abriría si no le faltase espacio; la serpiente Midgar inunda toda la tierra (porque el hombre se ha vuelto fornicario); los gigantes de la escarcha vienen en su buque de uñas desde el Levante; por el mediodía se acercan las potencias del fuego destructor: Loki, Los Surtur y los hijos de Muspel, para librar la última batalla decisiva de los Ases; las divinidades del Valhala se preparan a recibir al enemigo; su vigía Hiendal, apostado a la entrada del puente que conduce a su morada, toca el clarín, y los Dioses, en unión con las almas de los héroes muertos en combate, salen a recibir a los gigantes; la lucha empieza y acaba con la destrucción de ambos ejércitos; y muertos los Dioses y los gigantes, comunicase la incandescencia de los del fuego al mundo, que todo se consume en inmenso holocausto purificador”.
Un análisis de fondo sobre el Génesis y el Apocalipsis del Edda, nos demuestra que el punto clave tanto de uno como de otro, es la cuestión sexual. Sexualmente es creado el mundo. Sexualmente se divide el hermafrodita primitivo. Es un Dios cuando no derrama el semen. Se convierte en un demonio cuando derrama el semen.
Sexualmente es creado el mundo, y es destruido éste, cuando los seres humanos se vuelven terriblemente fornicarios, cuando la Gran Ramera, ha llegado al colmo de su corrupción; cuando la serpiente Midgar inunda toda la Tierra.
Realmente, cuando el ser humano se acostumbra a derramar el semen nace la Gran Ramera, cuyo número es seiscientos sesenta y seis. La fornicación corrompe al ser humano. Con la fornicación, el ser humano se vuelve terriblemente perverso, y entonces el mundo es destruido; los monstruos desconocidos de la Naturaleza, elementos que el hombre no conoce y que los Dioses tenían encadenados, son desatados con las armas atómicas; las selvas se descuajan, los lobos del Karma aúllan horriblemente; el lobo Fernis rompe sus ataduras y embiste con las fauces abiertas al mundo, tocando con sus mandíbulas al cielo y a la tierra. El Karma es terrible, y habrá una colisión de mundos. En tiempos arcaicos ya hubo una colisión semejante y la Tierra, que estaba más cerca al sol, fue arrojada a la distancia que ahora tiene. Ahora, este cataclismo se repetirá por Ley del Karma. Entonces, como dice el Edda germánico, todo se consumirá en inmenso holocausto purificador.
No puede existir ningún Génesis sin Alkimia sexual. No puede existir ningún Apocalipsis sin degeneración sexual. Todo Génesis y todo Apocalipsis, tiene por base el Phalo y el útero. El fuego crea y el fuego destruye. Las potencias del fuego destructor ya están realmente en marcha, las guerras atómicas desatarán definitivamente a estas potencias que consumirán la Tierra. Esta raza será destruida dentro de poco por el fuego.
Ha llegado la hora de comprender la necesidad de entrar de lleno en la Senda del Matrimonio Perfecto. Solo aquellos que se resuelvan a hollar esta Senda, podrían salvarse del abismo y de la muerte segunda.
Dios resplandece sobre la Pareja Perfecta.
LA SALVACIÓN HUMANA
En nombre de la Verdad tenemos que reconocer que el problema de la salvación humana es un verdadero rompecabezas chino, muy difícil de resolver. Jesús hace énfasis en la tremenda dificultad de entrar al reino del esoterismo y lograr la salvación eterna.
Es urgente fabricar Alma si es que realmente queremos salvarnos. Ya dijimos que el ser humano sólo tiene encarnado un embrión del Alma. También dijimos que necesitaba fortificar este embrión y luego encarnar el Alma Cósmica. Ahora es bueno aclarar que esto de encarnar el Alma, significa en el fondo ser asimilados, devorados por el Tigre de Sabiduría. Necesitamos que el Tigre de Sabiduría nos devore. Este Tigre es el Intimo, nuestro Real Ser. Los aztecas dicen que la primera raza que hubo en el mundo fue devorada por los tigres. En Yucatán existía el templo de los tigres. Quetzalcoatl, con sus garras de tigre, atrapa al corazón humano. En todos los Templos de Misterios de América no falta el culto al tigre. La orden de los caballeros tigres fue muy sagrada en el México azteca.
Resulta interesante recordar que en los sacrificios humanos se les ofrecía el corazón de las doncellas a los Dioses. Todo esto encierra un sentido esotérico que los ignorantes ilustrados de este siglo no entienden. Es claro que no aprobamos los sacrificios humanos. Dichos sacrificios fueron bárbaros; millones de niños y doncellas sacrificados a los Dioses; cuadros espantosos de dolor; eso es abominable. Empero únicamente reflexionamos en el hecho de ofrecer el corazón sangrante a los Dioses. Ese hecho es tremendo. El Intimo necesita tragarse el corazón del hombre, es decir, asimilarse, absorberse, devorarse a la humana personalidad que ha fabricado eso que se llama Alma.
Resulta tremendamente cierto que el Intimo es como un árbol de muchas hojas. Cada hoja es una personalidad humana. El Intimo no tiene una sola personalidad, como creen los seudo esoteristas. El Intimo tiene varias personalidades, y lo que es más asombroso es que las puede tener encarnadas en distintos lugares del mundo.
Cuando una humana persona no fabrica Alma, es lógico que se pierde, rueda al abismo. Empero esto no tiene importancia para el Intimo. Es esto como una hoja que se desprende del Árbol de la Vida, una hoja sin importancia alguna. El Intimo continúa atendiendo sus otras personalidades, luchando porque éstas fabriquen Alma para devorárselas como Tigre de Sabiduría.
Así, pues, la humana persona, el animal intelectual llamado hombre, vale menos que la ceniza de un cigarrillo. Empero, los necios se sienten gigantes. En todas las corrientes seudo esoteristas abundan por desgracia los mitómanos, individuos que se sienten maestros y que gozan cuando otros los llaman maestros. Individuos que se creen dioses. Individuos que presumen de santos. El único que verdaderamente es grande, es el Espíritu, el Intimo. Nosotros, los animales intelectuales, somos hojas que el viento arrastra. Hojas del Árbol de la Vida. Eso es todo. “El hombre es una mezcla híbrida de planta y de fantasma”. “Una pobre sombra que sólo puede alcanzar la inmortalidad si fabrica eso que se llama Alma”.
La humanidad está fracasada. La gran mayoría de la humanidad, casi en su totalidad, no tiene todavía Alma. La gran mayoría humana es hojarasca que los huracanes de la fatalidad arrastran al abismo. Hojas desprendidas del Árbol de la Vida.
El lobo Fernis rompe sus terribles ataduras, como dice el Edda alemán. Cae el Karma sobre la totalidad humana. Las divinidades del Valhala combatirán al enemigo.
La serpiente Midgar inunda toda la Tierra y el mundo está fracasado.
La mitología germánica es nórdica. La sabiduría viene del norte. La primera raza fue devorada por los Tigres de la Sabiduría.
Era una raza inmortal. La segunda raza fue arrasada por fuertes huracanes. La tercera raza se convirtió en pájaros. La cuarta en hombres-peces. La quinta en chivos.
La cuna de la humanidad está en el Norte. El Edda germánico es sabiduría nórdica. Los antepasados de los aztecas viven en la Isla Sagrada del Norte.
La sabiduría oculta vino del Norte a la Lemuria, y de la Lemuria pasó a la Atlántida. Después de la sumersión atlante, la sabiduría quedó en aquellas tierras que formaron parte del continente atlante. La India nunca formó parte del continente atlante. Resulta absurdo pensar que toda la sabiduría antigua esté en la India. Si queremos buscar la sabiduría de la Serpiente, la encontraremos en México, Egipto, Yucatán, etc. Estos países sí formaron parte de la Atlántida.
Es urgente estudiar el Edda germánico, saberlo leer entre líneas, y luego investigar en la Isla de Pascua, México, Yucatán, etc.
El Edda germánico con su Génesis y Apocalipsis es pura Magia Sexual. En el Sexo se halla la raíz de nuestro Ser.
Necesitamos que la Serpiente nos devore. Necesitamos ser devorados por el Tigre. Primero nos devora la Serpiente, y después el Tigre.
Samael Aún Weor