Lo que se estudia hay que volverlo conciencia mediante la meditación espontánea, de lo contrario destruye el intelecto.
Hay que practicar la meditación integral, no dividida, y a la hora que le nazca a uno. La meditación no debe ser mecánica.
Hay que lograr el equilibrio matemático entre el Ser y el Saber: 20 + 20 = 40; 40-20 = 20.
El intelectual sólo ve las cosas por sus teorías. Existen dos clases de intelecto, el intelecto sensual comúnmente conocido y el intelecto que es dado por el Ser y que es un intelecto consciente.
Hay grados en la razón objetiva del Ser y se miden según el número de tridentes en los cuernos de Lucifer.
Cuando se abre la mente interior no se necesita verbalizar teorías, hipótesis y preconceptos.
La ciencia subjetiva es la de los que están encerrados en la mente sensual y que viven dentro de las suposiciones. (Ver capítulo XII de «La Gran Rebelión» del mismo autor).
La Ciencia Pura sólo está al alcance de los que tienen la mente interior y de los que se desenvuelven entre triángulos, octágonos y escuadras…
Samael Aun Weor