El sistema carcelario ha fracasado totalmente, la cárcel no reforma a nadie.
A veces un infeliz que no tiene profesión y anda de vago por las calles, tal vez desgraciado padre de familia que no tiene pan para alimentar a sus hijos se mete de ladrón novato, toma un pedazo de pan para alimentar a su familia, y es luego llevado a la cárcel, allí el delincuente se hace más perverso, los veteranos del delito instruyen al novato, y aquel que se robó un pan, al salir de la cárcel se robará una caja fuerte, quien se robó un dólar se robará después muchos millones de dólares.
El problema sexual de las cárceles es espantoso, los hombres separados de las mujeres se vuelven homosexuales. Algunos se degeneran con el vicio de la masturbación, otros se envenenan con la imaginación erótica y las palabras morbosas convirtiéndose después, y por tal motivo, en seductores irredentos, violadores, raptores de mujeres, etc., etc.
La cárcel es un verdadero infierno donde nadie se regenera y donde se degeneran, la cárcel es inoperante y absurda.
Se hace necesaria una reforma penal, las cárceles deben transformares en reformatorios ultramodernos.
En los reformatorios ultramodernos habría clínicas, hospitales, universidades, escuelas de enseñanza primaria y secundaria, institutos politécnicos, grandes talleres industriales, grandes campos de agricultura, pequeñas casas campesinas donde los delincuentes pudieran vivir con sus mujeres y sus hijos a fin de resolver el problema sexual, etc., etc.
Todo el dinero que los estados gastan en la construcción inútil de penitenciarias o panópticos y cárceles de menor cuantía, deberían gastarse en reformatorios ultramodernos.
La cárcel es de hecho centro de delito y vagancia, la cárcel es el paraíso de los ociosos totalmente corrompidos y degenerados, la cárcel consume pero no produce.
Los reformatorios ultramodernos serían productores de víveres, industrias, artes, etc., etc.
En la cárcel se descubre que la causa del delito es a veces la ignorancia; en los reformatorios ultramodernos la ignorancia desaparecería totalmente, allí habrían psicólogos especiales para estudiar las aptitudes de los delincuentes, muchos ladrones lo son porque no tienen profesión; no saben trabajar, allí serían orientados de acuerdo con su vocación verdadera. Los reformatorios ultramodernos se convertirían en productores de Médicos, abogados, ingenieros, militares, sacerdotes, técnicos, carpinteros, ebanistas, latoneros, mecánicos, dentistas, policías, comerciantes, agricultores, etc., etc., etc.
Considerando también los estados psicológicos de cada individuo, sería necesario tener psiquiatras especiales para estudiar los estados mentales de los delincuentes, éstos se encargarían de resolver los problemas clínicos de las mentes enfermas.
La cárcel no transforma, en los reformatorios ultramodernos, todo sería transformación.
El buen cine educativo, la buena música, las conferencias, los deportes sanos, la técnica, la ciencia, etc., amen de las enseñanzas religiosas sin exclusividad sectaria, lograrían transformar a los delincuentes.
Es urgente aprender a pensar con mentalidad de la nueva era. Actualmente en esta época de energía atómica y cohetes teledirigidos, las gentes todavía están pensando con mentalidad medieval. Realmente sólo quienes tienen mentalidad anticuada pueden defender con fanatismo el sistema carcelario todavía en boga.
Dicho sistema anticuado se basa en la revancha y el odio. Eso de hecho es absurdo para la nueva era que se está iniciando ahora entre el augusto tronar del pensamiento.
La ley del talión ojo por ojo y diente por diente no transforma a nadie ni sirve para nada.
Es urgente acabar con el criterio de venganza y crueldad que caracteriza a las mentes anticuadas y luchar por la transformación total de los delincuentes. La cárcel se fundamente en la sicología de odio y de revancha. Este tipo de idiosincrasia psicológica es totalmente medieval, la sociedad debe luchar por la transformación de los delincuentes si realmente quiere protegerse.
La cárcel no protege a la sociedad, la cárcel robustece el delito y produce monstruos abominables.
Es urgente acabar con las cárceles y establecer reformatorios ultramodernos para transformar a los delincuentes y proteger verdaderamente a la sociedad.
Las autoridades deben ya trascender su sentido retardatario y convencerse hasta la saciedad de que las cárceles no sirven para nada.
Cuando acabemos con la crueldad y el egoísmo que tenemos dentro, comprenderemos que el sistema carcelario ha fracasado totalmente. El Movimiento Gnóstico Cristiano Universal, y todas las escuelas asociadas al Movimiento Gnóstico deben luchar con intensidad ante el mundo y la sociedad para acabar con las cárceles y establecer sobre la faz de la tierra, ultramodernos reformatorios dignos de la nueva era que se está iniciando en estos instantes de la tragedia y de dolor mundial.
Es necesario utilizar la prensa, la radio, la televisión, y en general todos los sistemas de propaganda modernas para luchar intensamente por la gran reforma penal.
Es urgente hacerle comprender al mundo que la cárcel es un peligro par la sociedad, es necesario hacerle entender a la gente que la cárcel es tan sólo el resultado de la crueldad, el odio y la venganza de la sociedad, es indispensable hacerle ver a la gente la necesidad de realizar el Cristo Social sobre la faz de la tierra.
El delito no desaparece en el encierro, dentro de la cárcel cada penado continúa siendo un delincuente que sólo aguarda la libertar para continuar en sus andanzas.
Sólo la comprensión con sus herramientas de trabajo, cultura y civilización consciente, pueden realmente transformar a los delincuentes.
Las causas del delito, la cárcel y la abominación se encuentran dentro de la mente de cada individuo, es urgente comprender que cada ciudadano es un delincuente en estado potencial, la cárcel existirá con todas sus abominaciones mientras exista la crueldad dentro de cada individuo.
Cuando comprendemos que la crueldad es absurda, cuando comprendamos que la venganza es inútil, entonces estamos preparados para luchar contra el sistema carcelario. Realmente los reformatorios ultramodernos son el resultado de la comprensión.
Los reformatorios ultramodernos crearían inmensas fuentes de riqueza y producción nacional que enriquecería a todos los países de la tierra.
La cárcel empobrece y no produce nada. Lo único que produce la cárcel es especialistas en el delito, y monstruos abominables, eso es todo.
En los reformatorios ultramodernos, cada bandido, cada ladrón, cada asesino, se convertiría en un médico, un ingeniero, en un abogado, en un comerciante, en un científico, en un agricultor, en un zapatero, etc., etc.
El reformatorio es la única esperanza para la transformación social de los delincuentes, luchemos por la reforma penal.
Los delincuentes deberían tener sus casas particulares dentro de los mismos reformatorios y estos últimos deberían estar situados en el campo, en forma tal, que cada delincuente cultivaría por obligación una parcela de tierra. En esta forma los delincuentes se convertirían en productores agrícolas, industriales, etc., etc.
Los delincuentes necesitan aire vital, sol, vida, trabajo, reforma. Es absurdo el sistema carcelario total de esta época en que vivimos.
Necesitamos la reforma de los delincuentes. Esa es la única forma de proteger a la sociedad.
Samael Aun Weor