El más profuso problema espiritual de la humanidad es el de no saber nada, acerca de lo que tanto hemos leído y oído, la ignorancia, es general, porque no nos han enseñado prácticamente, lo que teóricamente hemos leído. Usted amable lector, sabe dónde es el infierno?… Sabe usted, dónde es el Cielo? Sabe usted dónde es la otra vida? Sabe usted de donde vino usted mismo a este planeta tierra? Sabe usted, dónde estaba antes de nacer aquí en la tierra? Conoce usted donde ira cuando muera? Sabe usted donde está el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo? Están dentro de usted, fuera de usted, donde? Sabes quien eres?
Todos estos interrogantes, no tienen respuesta, porque los instructores ignorantes cubren su irresponsabilidad, con el mito de que solo Dios sabe estas cosas, pero no dejan estudiar los profundos misterios Crísticos, con amenazas y miedos, como si Dios fuera un verdugo. Solo el hombre que se revela contra el mundo y se revoluciona no contra el prójimo, ni con sangre y aguardiente sino, contra sus propios defectos y errores, este hombre conocerá estas cosas, porque la pureza, el servicio al prójimo y la limpieza interior del alma, dignifica ante los ojos de Dios, a todo aquel que estudie la CIENCIA GNOSTICA y cumpla fielmente sus leyes internas.
Es necesario comprender que la humanidad necesita un cambio radical, por medio de la transmutación, es urgente para el hombre, una transformación física, psíquica, social y espiritual, que le permita conocerse a sí mismo, conocer a Dios, conocer las dimensiones superiores, conocer sus propios defectos y errores, que lo conducen prematuramente a la vejez, a la tumba y a la muerte segunda, donde sólo se escucha el llanto y el crujir de dientes, el camino sin regreso.
Samael Aun Weor
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