El Rayo de la Muerte, reduce al llamado hombre, a una simple quinta esencia molecular. Así como una tonelada de flores puede reducirse a una simple gota de perfume esencial. La energía de la muerte, por ser tan fuerte, destruye totalmente el organismo humano.
Es una corriente de tan altísimo, voltaje, que inevitablemente destruye el organismo cuando llega a circular por éste. Así como un rayo puede despedazar un árbol así también el rayo de la muerte, reduce a cenizas, el cuerpo humano. Es el único tipo de energía que el organismo no puede resistir. Este rayo conecta la muerte con la concepción.
Los dos extremos se tocan. Cuando la esencia se desprende del viejo cuerpo bajo el impacto terrible del rayo de la muerte, se produce una tensión eléctrica tremenda a una nota clave, cuyo resultado axiomático es el movimiento y combinación de los GENES determinantes del futuro cuerpo físico. Así es como los sutiles constituyentes del huevo fecundo se acomodan en disposición correspondiente, teniendo como base la tensión eléctrica y la nota clave de le muerte.
Samael Aun Weor