El Recuerdo de Sí y la Auto Observación

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Es necesario comprender que el trabajo gnóstico es el que se hace en este preciso instante, ni un segundo más adelante, ni un segundo atrás. Requerimos de claves, de técnicas para lograr un verdadero cambio, afortunadamente la gnosis es ese Pan Nuestro que nos da ilimitadamente esa sabiduría para lograrlo.

El Recuerdo de Sí

La sabiduría hermética de todos los tiempos, nos habla de aprender a vivir de momento en momento y de instante en instante. Dicen los sabios del Zen: “Si caminas, camina, si comes come”, indicándonos que debemos unir nuestra conciencia a lo que hagamos.

Han pasado miles de años en los cuales esta enseñanza fue entregada en los templos de misterios… y la clave para despertar de este sueño de hipnotismo en que vivimos sigue siendo la misma.

Nos dice el maestro Samael que los estudiantes de la gnosis debemos amar la filosofía de la momentaneidad, no estar haciendo proyectos a toda hora, ni andar recordando lo que pudimos haber hecho, o lo bien que nos iba en el pasado.

El Recuerdo de sí es el perfecto equilibrio entre el cuerpo, la conciencia y el medio ambiente. Si uno se olvida del cuerpo, nos enfermamos; si se olvida del medio ambiente nos llenamos de problemas y si nos olvidamos de la conciencia nunca tendremos iluminación interior.

Cuando uno se va a un monasterio alejado del mundo, a una isla solitaria, a una cueva apartándose del mundo, y se entrega de lleno a meditar todos los días, haciendo oraciones, disciplinas, etc., parecería como que es el camino correcto; bueno, eso de meditar a diario está muy bien, pero lo que no está bien es mortificar el cuerpo innecesariamente, darle sus malpasadas, no comer a sus horas, no tener equilibrio en las comidas, no hacer ejercicio, no asearlo, todo eso es un completo olvido de sí mismo, porque nos olvidamos del cuerpo.

Alguien preocupado por la humanidad, trabaja de lleno por ella; eso está muy bien, ojalá, aunque sea el uno por ciento de la humanidad lo hiciera; pero lo que no está bien es que por trabajar por los demás nos olvidemos de pagar la renta, de trabajar para comer, de ir a pagar el recibo de la luz, de asear la casa, etc., claro que entonces vienen un sinnúmero de problemas, eso es olvidarse de sí mismo.

Cuando se hace alguna disciplina esotérica, por ejemplo, los ejercicios rúnicos, los ejercicios de lamasería, la meditación, alguna oración, y por un lado estamos aparentemente teniendo austeridad, disciplina o práctica, pero por dentro andamos perdidos de la conciencia; ésta anda bien lejos, se la ha llevado uno de esos defectos para algún lugar de nuestro país psicológico o al futuro o al pasado, pues la verdad no tendrá mucho valor que hagamos tal disciplina. No tendremos los resultados que buscamos.

La gnosis es equilibrio, el recuerdo de sí es vivir ese equilibrio perfecto entre cuerpo físico, conciencia y medio ambiente. Cuando se logra que dejen de fluir tantos y tantos pensamientos contradictorios, cuando dejan de procesarse tantos sentimientos negativos, entonces el Ser hace su aparición y se repite, entramos en un estado de conciencia maravilloso que nos da la alegría de vivir plenamente, no importando lo que hagamos.

Auto Observación Psicológica

Todo lo anterior es muy difícil de lograr, resulta que no es todo. Le decía nuestro Señor “Colibrí Zurdo” Huitzilopochtli (en el mito de su nacimiento, cuando los 400 surianos, nuestros defectos, subían el Cerro de la Serpiente, para matar a su madre), a su primo: “Mira bien por donde vienen”, refiriéndose a que observara y le dijera exactamente por dónde venían los 400 surianos (nuestros yoes), esa frase es exactamente la que debemos de vivir intensamente cada uno de nosotros.

Los 400 surianos son nuestros defectos psicológicos (la ira, la lujuria, la vanidad, la auto importancia, el adulterio, etc.), que intentan matar todo lo bueno, el amor, la fraternidad, el altruismo, la bondad, etc. Debemos ver muy bien por dónde vienen, como si nos alertara “Colibrí Zurdo”, esa conciencia que debemos tener en alerta, en dirección de sí mismos, de nuestro universo psicológico, de la mente y los sentimientos.

Eso es la Auto Observación psicológica, la conciencia debe observar a los demonios que cargamos, a esos agregados psíquicos, a esa legión de Yoes que viven y se alimentan de nuestras energías más preciadas.

Es indispensable lanzar luz a nuestras tinieblas interiores y eso lo logramos observando nuestros sentidos y cómo todo lo que entra a través de ellos impacta nuestra mente y ésta reacciona en forma terrible, creando nuevos egos o alimentando los ya existentes.

División de la Atención

El Recuerdo de Sí y la Auto Observación Psicológica, vienen a ser la base de cualquier posible cambio. Afortunadamente tenemos una clave que nos ayuda a implementarlos en la vida.

Nos referimos a dividir nuestra atención en tres partes, de momento en momento y de instante en instante. No estamos hablando de una práctica mental, si este ejercicio lo realizarnos con la mente sería un rotundo fracaso. Ya que la mente es lentísima y es inútil, por ejemplo, tratar de poner atención en las emociones que son miles de veces más rápidas que la mente, peor aún si queremos observar las conductas sexuales, todavía son miles de veces más rápidas que las emociones.

Nos referimos a la conciencia, esa es la que debe hacer este trabajo.

Sujeto: No olvidarse de sí mismo ni un solo instante. Observar los cinco sentidos y tener plena conciencia de cómo impacta la mente, observando las reacciones de ésta ante los impactos del mundo exterior. Es prioritario hacer esa labor sin olvidarnos de sí mismos y en forma continua.

Objeto: Observar todas las cosas. Qué tal que en este mismo momento de estar ustedes leyendo este libro llegara una persona que ya murió hace muchos años y les hablara. Sería usted tan ingenuo o ingenua, estarían tan distraídos como para no preguntarse a sí mismos: ¿Qué es esto? ¿Será que estoy en astral? ¿Sería usted tan despreocupado de no hacer el experimento y dar el saltito? Bueno pues, no olvi­den que cualquier detalle, por insignificante que sea, debe ser motivo como para hacer ese tipo de reflexiones. Todo debe ser estudiado detenida­mente y uno debe preguntarse a sí mismo: ¿Por qué estoy aquí?

Lugar: Uno no debe vivir inconsciente. Cuando lleguemos a tal o cual lugar, debemos observarlo detalladamente, muy minuciosamente y preguntarse a sí mismo: ¿Por qué estoy yo aquí en este lugar? Y a propósito: usted que está leyendo este libro, dígame, ya se preguntó ¿por qué está ahí en ese lugar donde se encuentra leyendo? ¿Ya se tomó la molestia de observar su lugar, el techo o las paredes, o el espacio que le rodea? ¿Ya observó el piso o el sitio, arriba, abajo o a los lados, atrás de usted o hacia adelante? ¿Ya miró usted (y si hay varias personas), ya mi­raron las paredes y su alrededor para hacerse la pregunta? ¿Dónde están? ¿Y si no se la han hecho, qué tal, eh? ¿Está usted leyendo acaso inconsciente­mente este libro? Es claro que uno nunca debe vivir inconsciente, hállese donde se halle, encuén­trese donde se encuentre, en una casa, en la ca­lle, en un templo o en un taxi, o en el mar o en un avión, etc. Donde sea, donde esté y como esté, lo primero que tiene uno que preguntarse a sí mis­mo es:

¿Por qué estoy en este lugar?

Tarea

Tenemos que hacer esta práctica constantemente, al finalizar el día, anotemos en una libreta:

1.- Frecuencia. Cuántas veces realizamos la práctica.

2.- Tiempo. Cuánto tiempo duramos en cada ocasión

3.- Profundidad. De qué nos hicimos conscientes.

El origen de nuestros problemas emocionales, económicos, familiares, siempre es, ha sido y será el ego. La forma de empezar a trabajarlos es descubriéndolos y estudiándolos. La meditación nos ayudará a comprenderlos para que El Eterno Femenino que mora en nuestro interior los pueda destruir.

Pero, antes que nada, hay que iniciar el trabajo de identificarlos y estudiarlos en el diario vivir. Vivamos esta enseñanza practicando intensamente la Auto Observación Psicológica y el recuerdo de Sí, a través de la división de la atención. Y entonces es que podrán hacer eco en nuestro interior, las palabras de nuestro Señor “Colibrí Zurdo” (Huitzilopochtli): “Mira bien por dónde vienen…”, es decir, darse cuenta de los procesos de tus defectos psicológicos para que podamos ser libres.

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