Es pues, el caso, que pasando mi vida en tantas ocupaciones, hube sin embargo de investigar a fondo los estados “JINAS”.
Mirad, señores, si era razón que las razones de este capítulo nos admirasen y alegrasen cuando pudimos experimentar en forma directa la existencia real de tierras y gentes “JINAS”.
“Causará asombro que en el primer tercio del siglo XVIII, cuando ya no reinaba los supersticiosos Felipe, el mismísimo don Juan de Mur y Aguirre, antes Gobernador de San Marcos de Arichoa en el Perú, creyera a ciegas en la existencia de múltiples islas misteriosas por todos los mares del mundo”.
“Ello se debió a que desde la Gomera y la Palma enviaban informes más o menos fantásticos al General y a la Real Audiencia sobre las repetidas apariciones de las soñadas islas, informes que produjeron -dice Viera- nuevos accesos de fiebre de lo maravilloso en los ánimos, moviéndolos a intentar por cuarta vez el descubrimiento de la isla NON-TRABADA”.
“Lo cierto es que la NON-TRABADA o ENCUBIERTA no se ha vuelto a ver por los mortales desde el siglo XVIII hasta la fecha, porque el escepticismo agresivo que viene reinando en el mundo desde la Enciclopedia, no merece otra cosa sino que se haga más tupido y denso el velo de Maya, que a semejantes misteriosos etéreos o de la cuarta dimensión recubren”.
“La isla NON-TRABADA o ENCUBIERTA, más generalmente conocida por San Borondón, -dice Benítez en su Historia de las islas Canarias- es uno de aquellos países encantados que han preocupado a los modernos, otro tanto que el Vellocino de Oro a los antiguos. Y a fe que tenían poderosas razones para ello, porque, efectivamente, desde las islas de la Palma, Gomera y Hierro, se solía ver al O.S.O. de la primera y al O.N.O., de la última, corriendo en dirección N. a S., una como tierra montañosa que, según el cómputo más generalmente admitido, distaría 40 leguas de la Palma, y que podría tener -no sabemos como se mediría – unas 87 leguas de largo por 28 de ancho, y que, pues a veces se veía desde el suroeste de Tenerife, podría estar a los 28o y algunos minutos de latitud Norte”.
“El día 3 de abril de 1570, el doctor Hernán Pérez de Grado, Primer Regente de la Audiencia de Canarias, libró una provisión encomendada a las islas de Palma, Gomera y Hierro, a fin de que hiciesen una averiguación exacta con cuantas personas hubiesen observado la aparición de semejante tierra, o que, por otro cualquier conducto, tuviesen pruebas de su existencia”.
“Por virtud de semejante información, depuso en la Palma al piloto portugués Pedro Vello, natural de Setúbal, quien dijo que, a causa de una tempestad, desembarcó en la isla NON-TRABADA con dos de su equipaje, y allí contempló tales y cuales maravillas (fenómenos extraordinarios, huellas de gigantes, etc.)”.
“Luego, al amanecer, se nubló el cielo, sopló horrísono el huracán, y él, temiendo perder su navío, se volvió a bordo más que de prisa”. “Al instante de zarpar, perdieron de vista la tierra, y luego que éste cesó trataron de tornar a ella, siéndoles de todo punto de vista imposible el descubrirla, por lo que quedaron muy contrariados, especialmente por dos hombres de la dotación que habían quedado abandonados en la espesura de la selva”.
Esta verdadera historia “JINAS”, que aquí a vuestras mercedes se representa, es sacada al pie de la letra de entre viejos cronicones…
Dicen antiguas tradiciones -por cierto muy respetables -, que durante la Edad de Oro del lacio y de la Liguria, el Rey Divino JANO o SATURNO, (I.A.O. BACO, JEHOVAH) imperó sobre aquellas santas gentes, tribus arias todas, aunque de muy diversas épocas y orígenes. Entonces, como en igual época del pueblo hebreo, podía decirse que convivían felices “JINAS” y hombres.
La “JANA”, YANA, GNANA o GONIS, no es sino la ciencia de “JANO”, o sea la ciencia del Conocimiento Iniciático; la ciencia de ENOICHION, o del Vidente, y las variantes de su nombre son tales, que hay en cada lengua, una, tales como las de JAN, CHHAN o KAN, DAN, DZAN, D’JAN, JAIN, equivalentes a la más sublime concepción de “un ESPÍRITU PLANETARIO” -el regente de Saturno-, un NAZADA, un KABIR en el sentido más completo de la palabra.
Para mi la ciencia “JINAS” no es opinión, sino verdad asentada y si queréis que os lo muestre con la experiencia vivida, escuchad con paciencia el subsiguiente relato:
Treinta veces había visto caer las hojas de otoño en mi presente reencarnación, cuando hube de trabajar consciente y positivamente con la Doctrina de los JINAS o de JANO.
Cualquier noche de maravillas, LITELANTES, mi Sacerdotisa-Esposa, me hizo sublime invitación…
Encontrábame reposando en el tálamo nupcial, con el cuerpo relajado, boca arriba (decúbito dorsal).
Debo aseverar con cierta solemnidad y para bien de la Gran Causa, que en esos instantes me hallaba en estado de alerta novedad, alerta percepción.
Dormitaba atento y vigilante como el vigía en época de guerra; obviamente anhelaba con sed infinita, algo extraordinario.
Después de las consabidas invocaciones de rigor, sentí como si otro ser humano se posase sobre mi relajado cuerpo, exactamente sobre aquellas cobijas, fraseadas o sarapes, que deliciosamente me protegían del frío de la noche.
Incuestionablemente era LITELANTES; la reconocí por la voz cuando en forma vehemente me llamara con mi nombre de pila…
Ostensiblemente aquella Dama-Adepto, mediante la ayuda extra de algunas gentes “JINAS”, había conseguido meter su cuerpo físico dentro de la cuarta dimensión.
¡Vamos! -me dijo -, ¡Vamos! ¡Vamos!, y yo que con ansía infinita siempre había aguardado este instante, presuroso me levanté del lecho.
Resulta palmario y evidente que al levantarme así ayudado, de hecho atravesé la barrera de la velocidad de la Luz, quedando entonces de pie junto al lecho de penitente y anacoreta, con el cuerpo físico bien sumergido dentro de la cuarta dimensión.
Cualquier Gnóstico sincero podría ciertamente hacer lo mismo si en instantes de empezar a dormitar se concentrara intensivamente en su Divina Madre Natura, particular, individual…
Una fórmula mágica muy especial es la siguiente:
“CREO EN DIOS, CREO EN MI MADRE NATURALEZA, Y CREO EN LA MAGIA BLANCA, MADRE MÍA LLEVADME CON MI CUERPO. AMEN”.
Millares de veces se reza esta oración en instantes de querer dormitar, empero conviene no olvidar aquel dicho vulgar que dice: “A Dios rogando y con el mazo dando”.
Muy ligeramente adormecidos levantaos del lecho, suplicando y luego saltad con la intención de flotar en el ambiente circundante; tened fe como un grano de mostaza y moveréis montañas.
Si no lográis flotar, meteos nuevamente dentro de vuestra cama y repetid el experimento.
Muchos triunfan de inmediato y otros tardan meses y hasta años enteros para lograr su entrada en los paraísos “JINAS”…
Después de esta pequeña pero importante digresión de tipo indicativo, continuemos con nuestro relato.
Salí de mi recámara con paso firme y decidido, atravesé un pequeño patio, me dirigí a la calle.
Cediéndome el paso con mucha reverencia, cierto grupo de damas muy ancianas, se inclinaron reverentes, ante mi insignificante persona que nada vale. Agradecí la especial deferencia.
Salí de la ciudad seguido muy de cerca por aquel grupo de gentes “JINAS”; me dirigí hacia las montañas vecinas.
Sentí como si me hubiera hundido en un remoto pasado SUB-LUNAR antiquísimo; comprendí que había penetrado en el cosmos inferior…
Se me sometió a pruebas de valor haciéndoseme pasar por encima de profundos precipicios…
Flotando en el ambiente circundante de la cuarta vertical, acompañado por LITELANTES y toda la comitiva de gentes “JINAS”, atravesé el borrascoso océano y llegué a cierto lugar secreto de la vieja Europa…
Penetré valerosamente en cierto castillo, donde hube de contemplar con asombro un extraño símbolo bajo el cual había un crucifijo… El regreso a mi mansión fue relativamente muy alegremente todo esto; obviamente habíamos logrado un triunfo maravilloso.
LITELANTES y yo comentamos muy alegremente todo esto; obviamente habíamos logrado un triunfo maravilloso.
Días después continuamos con estos experimentos; aprendimos a meter el cuerpo físico dentro del cosmos superior…
Hoy, por experiencias directa sabemos que con la ayuda de la MADRE DIVINA KUNDALINI, podemos poner el cuerpo físico en estado de “JINAS”, para viajar por entre el cosmos de arriba.
Samael Aun Weor