La procreación mágica, esotérica, sin eyaculación seminal, la impregnación ideoplástica del feto, debiera ser animada por el inteligente deseo de procurar al vástago las mejores propiedades características y la posibilidad de una vida larga y llena de luz y de vida…
El momento oportuno para engendrar hijos sanos e inteligentes se halla en la curva de la vida ascendente, en la que la Esencia maravillosa del infante portado por el gran respirar al Sol en la jubilosa resurrección sutil de la gran Naturaleza será reincorporada en el general florecer de la Vida Universal.
Escrito está con palabras de fuego que la Potencia de Acción y la Energía Psíquica y Física se alcanza en la procreación mágica de manera muy especial en el cuarto creciente de mayo en la hora de la salida del Sol.
Los llamados “hijos de la noche nupcial”, o aquellos desventurados que fueron engendrados tras copiosos banqueteos y borracheras, son portadores de valores anímicos muy inferiores.
Los neurastenoides, aquellos que sufren de complejos de todo tipo, los cobardes, misántropos, esquizofrénicos, masoquistas, asesinos de todo tipo, borrachos empedernidos, homosexuales, lesbianas, embotados, romos, imbéciles e idiotas, que además añaden a su asqueante tara un cuerpo enclenque y deformado, proceden de azarosas cohabitaciones abominables o bien de la concurrencia de enfermedades venéreas…
La procreación incontrolada de criaturas del instante de embriaguez, inconsciencia, a menudo bajo el influjo depravado del alcohol, obra como una maldición en generaciones posteriores…
Solo cuando viven Adam-Eva en un estado auto-enaltecedor, edificante y esencialmente dignificante, se produce aquel intercambio de fuerzas anímicas a través de cada célula, que realmente logran engendrar un “Hijo del Sol”, una hermosa criatura física y anímicamente dichosa…
Es propiamente inconcebible que el hombre, que como ganadero o jardinero cuida con el mayor esmero de producir los mejores ejemplares de bestias y los frutos y plantas más bellos, fragantes y abigarrados, mediante la selección y cruce de los más selectos productos y semillas, excluya por lo general en la propia generación de su especie aquellas precauciones, diligencia y atención.
La calidad del semen se encuentra íntimamente asociada a la potencia imaginativa; si se comete el crimen de derramar este elixir maravilloso, se empobrece la Facultad Creadora, el Trasnlúcido, la Imaginación; entonces ya no es posible mantener con igual frescor en la Mente cualquier bella imagen que pudiéramos usar para dar vida y forma a una resplandeciente criatura.
Platón, que en su “banquete” denomina a la Doctrina de la Belleza “los Misterios de Eros”, define el Amor como la “Apetencia Divina” sugerida al hombre de un gran poder universal, que logra entusiasmar el corazón para crear hijos sanos y bellos…
Sabido es que mensualmente durante la fase de la Luna Llena se desprende un huevo del ovario de la mujer lo cual causa hemorragias. Esto se llama Menstruación.
El óvulo no fecundado por ningún zoospermo abandona al cabo de unos días el Útero, y comienzo un nuevo ritmo vital.
Se nos ha dicho que en el lugar en que el óvulo se desprendió, se forma el llamado “cuerpo amarillo”, el cual es infinitesimal.
Este es el fruto maravilloso que posee la preciosa substancia de potencia nerviosa, de la cual obtiene todo su cuerpo una consecuencia energetizante y estructuradora.
La corriente sanguínea, así como todas las células vitales son entonces, por decirlo así, cargadas eléctricamente de nuevo.
Cuanto más casta sea la mujer, cuanto más transmute y sublime la Energía Sexual, tanto más se produce en ella una reanimación física y anímica…
Es indubitable que cuanto más espasmos y orgasmos tenga, se producirá una disminución de la secreción interna estructuradora.
Los valiosos núcleos orgánicos de las glándulas genitales no podrán entonces transformarse en aquella substancia etérea de tejido sutil que otorga a las células del cuerpo físico tensión y renovación y vendrá la vejez prematura y las enfermedades.
“También el más largo o más corto ritmo respiratorio de la madre determina en el parto la calidad del primer respirar de la criatura; con este ritmo de respiración hará afluir a sí del mundo, y devolverlo a él, gusto y disgusto, valor y futilidad”.
La ciega pasión en el acto carnal genera desordenados remolinos electromagnéticos, que como oscilaciones vitales heredadas provocan una disonancia tanto mayor en las células de la criatura, cuanto no puede abrir brecha la parte positiva de la influencia paterna”.
Es ostensible que habiendo castidad científica, belleza y amor, será impregnado el huevo fecundado por alguna Esencia muy desarrollada y el resultado será entonces un hijo o hija con ricos Valores Anímicos.
Samael Aun Weor