Isan envió al Maestro Koysen un espejo. Koysen lo mostró a sus monjes y dijo:
-¿Este es el espejo de Isan o el mío? Si dicen que es de Isan, ¿cómo puede ser que se encuentre en mis manos? Si dicen que es mío, ¿acaso no lo he recibido de las manos de Isan? Hablen, hablen, si no lo haré pedazos.
Los monjes no pudieron pasar entre esos dos opuestos y el Maestro volvió pedazos el espejo.
Es imposible el éxtasis mientras la Esencia esté embotellada entre los opuestos.
En tiempos de Babilonia vino al mundo el Bodhisattwa del Santísimo Ashiata-Shiemash, un gran Avatara.
El Bodhisattwa no estaba caído y como todo Bodhisattwa, tenía normalmente desarrollados los cuerpos existenciales superiores del Ser.
Cuando llegó a la edad responsable, fue al monte Veziniana y se metió a una caverna.
Cuenta la tradición que hizo tres tremendos ayunos de cuarenta días cada uno, acompañado de sufrimiento intencional y voluntario.
El primer ayuno lo dedicó a la oración y a la meditación.
El segundo ayuno fue dedicado a revisar toda su vida y las pasadas.
El tercer ayuno fue definitivo, fue dedicado a acabar con la asociación mecánica de la mente.
No comió y sólo bebía agua y cada media hora arrancaba dos pelos de su pecho. Existen dos tipos de asociación mecánica que vienen a ser la base de los opuestos:
a) Asociación mecánica por ideas, palabras, frases, etc.
b) Asociación mecánica por imágenes, formas, cosas, personas, etc.
Una idea se asocia a otra, una palabra a otra, una frase a otra y viene el batallar de los opuestos.
Una persona se asocia a otra. El recuerdo de alguien viene a la mente. Una imagen se asocia a otra, una forma a otra, y continúa el batallar de los asociados.
El Bodhisattwa del Avatara Ashiata-Shiemash, sufriendo lo indecible y ayunando ciento veinte días, mortificándose espantosamente, sumido en profunda meditación íntima, logró la disociación de la mecánica mental y su mente quedó solemnemente quieta y en imponente silencio.
El resultado fue el éxtasis con encarnación de su Real Ser.
Ashiata-Shiemash hizo en Asia una gran obra, fundando monasterios y estableciendo por doquier gobernantes de conciencia despierta.
Este Bodhisattwa pudo encarnar a su Real Ser durante la meditación, debido a que tenía los cuerpos existenciales superiores del Ser.
Aquellos que no tienen los cuerpos existenciales superiores del Ser, no pueden lograr que la Divinidad o el Ser opere dentro de ellos o se encarne. pero sí pueden liberar a la Esencia para que se fusione con el Ser y participe de su éxtasis.
En estado de éxtasis podemos estudiar los misterios de la vida y de la muerte. Hay que estudiar el Ritual de la vida y de la muerte mientras llega el Oficiante-el Íntimo, el Ser-.
Sólo en ausencia del Yo se puede experimentar la dicha del Ser. Sólo en ausencia del Yo adviene el éxtasis.
Cuando se logra la disolución de la mecánica mental, viene eso que los orientales llaman estallido de la bolsa, irrupción del vacío. Entonces, hay un grito de júbilo porque la Esencia, el Budhatta. se ha escapado de entre la batalla de los opuestos y participa de la comunicación de los Santos.