En Dinámica Mental necesitamos saber algo sobre el cómo y el por qué funciona la mente.
La mente, incuestionablemente, es un instrumento que nosotros debemos aprender a manejar conscientemente. Pero sería absurdo que tal instrumento fuese eficiente si antes no conocemos el cómo y el por qué de la mente.
Cuando uno conoce el cómo y el por qué de la mente, cuando conoce los diversos funcionamientos de la misma, puede controlarla y ésta se convierte en un instrumento útil y perfecto, en un maravilloso vehículo, mediante el cual, podemos nosotros laborar en beneficio de la humanidad.
Se necesita, en verdad, de un sistema realista si es que verdaderamente queremos conocer el potencial de la mente humana.
Por estos tiempos, abundan muchos temas para el control de la mente. Hay quienes piensan que ciertos ejercicios artificiosos pueden ser magníficos para el control del entendimiento. Hay escuelas, existe mucha teoría sobre la mente, muchos sistemas, mas, ¿cómo sería posible hacer de la mente algo útil? Reflexionemos que si nosotros no conocemos el cómo y el por qué de la mente, no podremos conseguir que ésta sea perfecta.
Necesitamos conocer los diversos funcionalismos de la mente si es que queremos que la misma sea perfecta. ¿Cómo funciona? ¿Por qué funciona? Ese cómo y por qué son definitivos.
Si, por ejemplo, lanzamos una piedra a un lago, veremos que se forman ondas, éstas son la reacción del lago, del agua, contra la piedra. Similarmente, si alguien nos dice una palabra irónica, esta palabra llega a la mente y la mente reacciona contra tal palabra; entonces vienen los conflictos.
Todo el mundo está en problemas, todo el mundo vive en conflictos. Yo he observado cuidadosamente las mesas de debates de muchas organizaciones, escuelas, etc., no se respetan los unos a los otros. ¿Por qué? Porque no se respetan a sí mismos.
Obsérvese un Senado, una Cámara de Representantes, o simplemente una mesa de escuela: si alguien dice algo, otro se siente aludido, se enoja y dice algo peor, riñen entre sí y terminan en un gran caos los miembros de la mesa directiva. Esto de que la mente de cada uno de ellos reacciona contra los impactos del mundo exterior, resulta gravísimo.
Uno tiene que en verdad apelar al psicoanálisis introspectivo para explorar la propia mente. Se hace necesario auto-conocernos un poco más dentro de lo intelectual. Por ejemplo, ¿por qué reaccionamos ante la palabra de un semejante? En estas condiciones, nosotros siempre somos víctimas… Si alguien quiere que estemos contentos, basta que nos dé unas palmaditas en el hombro y nos diga algunas palabras amables. Si alguien quiere vernos disgustados, bastaría que nos dijera algunas palabras desagradables.
Entonces, ¿dónde está nuestra verdadera libertad intelectual? ¿Cuál es? Dependemos concretamente de los demás, somos esclavos, nuestros procesos psicológicos dependen exclusivamente de otras personas, no mandamos en nuestros procesos psicológicos y esto es terrible.
Otros son los que mandan en nosotros y en nuestros procesos íntimos. Un amigo, de pronto viene y nos invita a una fiesta, vamos a la casa del amigo, nos brinda una copa, nos da pena no aceptarla, nos la tomamos, viene otra copa y también nos la tomamos; luego otra y otra hasta que terminamos embriagados. El amigo fue dueño y señor de nuestros procesos psicológicos.
Una mente así, ¿puede acaso servir para algo? Si alguien manda en nosotros, si todo el mundo tiene derecho a mandar en nosotros, entonces, ¿dónde está nuestra libertad intelectual? ¿Cuál es?
De pronto, nos hallamos ante una persona del sexo opuesto, nos identificamos mucho con esa persona y a la larga, terminamos metidos en fornicaciones o adulterios. Quiere decir que aquella persona del sexo opuesto pudo más y venció nuestro proceso psicológico, nos controló, nos sometió a su propia voluntad. ¿Esto es libertad?
El animal intelectual, falsamente llamado hombre, en realidad de verdad, se ha educado para negar su auténtica identidad, valores e imagen. ¿Cuál será la auténtica identidad, valores e imagen íntima de cada uno de nosotros? ¿Será acaso el ego o la personalidad? ¡No! Mediante el psicoanálisis introspectivo podemos pasar más allá del ego y descubrir al Ser.
Incuestionablemente, el Ser en sí mismo es nuestra auténtica identidad, valores e imagen. El Ser en sí mismo es el K-H, el Kosmos Hombre o el Hombre Kosmos. Desgraciadamente, como ya lo he dicho, el animal, falsamente llamado hombre, se ha autoeducado para negar sus valores íntimos, ha caído en el materialismo de esta época degenerada, se ha entregado a todos los vicios de la tierra y marcha por el camino del error.
Aceptar la cultura negativa inspirada subjetivamente en nuestro interior, siguiendo el camino de la menor resistencia, es un absurdo. Desgraciadamente, las gentes por esta época, gozan siguiendo el camino de la menor resistencia y aceptan la falsa cultura materialista de estos tiempos, la dejan o permiten que sea instalada en su psiquis y así es como llegan a la negación de los verdaderos valores del Ser.