Ha llegado, pues, una fiesta anual para nosotros y para todo el mundo, bastante importante, y es claro que no podemos pasar por tal fecha sin hablar de ella. Me refiero, en forma clara, a la FIESTA DE LOS MUERTOS. Mañana ya la tenemos, y hay necesidad, pues, de que expliquemos algo sobre los Misterios de la Vida y de la Muerte…
Ante todo, mis caros hermanos, ustedes ya saben muy bien que el Camino es bastante difícil.
Por eso Jesús el Cristo nos habló del CAMINO SECRETO diciendo: “Angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce hasta la Luz, y muy pocos son los que lo hallan”…
Hermes Trismegisto (el tres veces grande Dios Ibis de Thot, viva encarnación del Dios Osiris), nos legó la ciencia maravillosa de la Alquimia. En la Edad Media, tal Ciencia Hermética pasó desde el mundo Árabe hasta las tierras de Europa, y entonces, por doquiera, se despertó el entusiasmo por el Arte Hermético. En esa Doctrina de Hermes están contenidas, tanto en esencia como en potencia, las claves máximas y el conocimiento puro que nos permite recorrer el “Angosto Camino” del cual nos hablara Jeshuá Ben Pandirá, Jesús el Cristo. (Bien sabemos que el Gran Kabir, en su pasada existencia, antes del cumplimiento de la misión que tuvo en la Tierra Santa, fue Joshuá, hijo de Nun)…
Indubitablemente, “muchos son los llamados y pocos los escogidos”… Ciertamente, se pueden contar con los dedos de la una mano aquellos que tengan continuidad de propósitos como para llegar hasta la meta. Afortunadamente tenemos el cuerpo de Doctrina, los principios, los fundamentos que debidamente estudiados y vivenciados, nos permiten de hecho y por derecho propio recorrer la Senda del Filo de la Navaja.
Aquellos que nos trajeron la Doctrina, siempre fueron grandes Avataras, Cristalizaciones Logoicas, pues, nos es posible concebir a un Mensajero que venga de lo alto sino como una emanación, o cristalización, o manifestación del Logos en nuestro mundo. Teniendo pues las bases, es necesario trabajar; sólo así es posible llegar a la LIBERACIÓN FINAL.
Indubitablemente, mis caros hermanos, la especie humana está sometida a la Ley del ETERNO RETORNO. Ya lo hemos repetido muchas veces, de que cada ciclo de manifestación, cada ciclo del Estado Humano está formado por 108 EXISTENCIAS. Se nos dan siempre, se nos asignan 108 existencias; si en ellas no nos Autorrealizamos, es obvio que quedamos sometidos entonces a esa otra Ley citada por el gran Avatara Krishna del Indostán (quien vivió hace unos mil años antes que Jesús), me refiero, pues, a la Ley de la TRANSMIGRACIÓN DE LAS ALMAS, o “Metempsicosis” de Pitágoras.
Quienes no se Autorrealicen durante las 108 existencias, indiscutiblemente, deberán involucionar dentro del Reino Mineral sumergido, hasta llegar a la Novena Esfera. Allí se vuelven polvareda cósmica, es decir, pasan por la “MUERTE SEGUNDA” de la cual nos hablara con tanta sabiduría el Gran Kabir Jesús…
Después de la Muerte Segunda, es decir, después de la muerte de todos los elementos inhumanos que llevamos dentro, la Esencia, el Alma o Principio Inmortal se escapa, sale a la superficie, a la luz del Sol, para recomenzar la jornada, para iniciar una nueva EVOLUCIÓN que ha de comenzar, indudablemente, desde la piedra; que ha de continuar en el vegetal y proseguir, más tarde, en el Estado Animal, hasta reconquistar completamente el Estado Humano, o de “humanoide” mejor dijéramos, que otrora se perdiera.
Al regresar otra vez al estado este de humanos, o “humanoides”, se nos asignan nuevamente 108 existencias. Si nos Autorrealizamos en el nuevo ciclo de existencias, magnífico; si fallamos, es obvio que el proceso se seguirá repitiendo.
Y así, mis caros hermanos, así nos toca a nosotros, todos, Autorrealizarnos, o seguir vagando por el Valle del Samsara, metidos en esta GRAN RUEDA fatal que siempre gira 3.000 veces. Es obvio que después de la última vuelta, las oportunidades se cierran, y quienes no hayan logrado la Autorrealización, el Adeptado, tendrán que sumergirse en el ESPÍRITU UNIVERSAL DE VIDA, pero SIN MAESTRÍA. Tendrán la Felicidad, pero sin el Adeptado; alcanzaran la Dicha, pero no lograrán la Autorrealización. Se convertirán simplemente en Elementales del Universo; ¡y eso es todo! No hay duda, mis caros hermanos, que las 3.000 vueltas de la Rueda resultan dolorosas.
Quienes hemos estudiado a fondo la Doctrina que se relaciona con la Autorrealización Íntima del Ser, llegamos a la conclusión lógica de que no todos los seres humanos son capaces de Autorrealizarse.
También es cierto, y de toda verdad, que no todas las Mónadas o Chispas Divinas, emanadas de entre el seno del Espíritu Universal de Vida, tienen interés en la Maestría. CUANDO ALGUNA CHISPA VIRGINAL ANHELA de verdad alcanzar EL ADEPTADO, TRABAJA A SU ALMA, a su Esencia, y lucha por lograrlo.
En el mundo vemos a muchas personas, a millones de seres humanos que no tienen ningún interés en la Autorrealización Íntima del Ser. Podría objetársenos diciendo que tales gentes no conocen la Gnosis. El Cuerpo de Doctrina. Esto es válido hasta cierto punto, porque en realidad de verdad, cuando nosotros difundimos la Enseñanza por todas partes, algunos atienden al llamado, otros permaneces indiferentes, y son desafortunadamente la mayoría.
Así pues, nosotros conocemos, sabemos cuando es que hay una inquietud, anhelo. Si alguien desea, ciertamente, alcanzar el Adeptado, trabaja. Cuando alguien tiene ese anhelo, indubitablemente está movido desde sus fueros más íntimos, está trabajado en secreto, está en desasosiego…
Pero, ¿quién lo trabaja? Su propia Chispa Divinal, su Real Ser, porque éste, en sí mismo, desea alcanzar la Maestría. Mas repito: NO TODAS LAS CHISPAS VIRGINALES ANHELAN LA MAESTRÍA…
Al llegar el “Día de los Muertos” es necesario que reflexionemos un poco. La Gran Ley tampoco abandona a los que no anhelan la Maestría, ni a aquellos que luchan por lograrla y no la logran. El Omnimisericordioso vela por todas las criaturas y a nadie abandona. En los antiguos tiempos, se dio una especial importancia a los Misterios Funerales…
En Egipto se progresó mucho con los embalsamamientos, con las momificaciones; no hay duda de que las MOMIAS de Egipto son maravillosas. También se logró allí conservar los CUERPOS VIVOS, no por “hibernación”, sino por una especie de “momificación” (cuerpos que pudieron existir a través de millares de años)…
Todavía, en la tierra de los Faraones, existen bajo el suelo (ya debajo de las Pirámides o en lugares reservados y secretos), cuerpos vivos de Maestros que datan de edades de 3.000, 4.000, 5.000 y hasta 10.000 años antes de Cristo. A su tiempo, esos Maestros ingresarán en sus Cuerpos Físicos que duermen bajo tierra, para surgir nuevamente a la luz del Sol, tal como está escrito en el “Libro de los Muertos”, e iniciar en el mundo una Nueva Era Neptuniano-Amentina.
Yendo al fondo de esta cuestión, tanto los Egipcios como los Tibetanos, como los Aztecas y los Mayas, enseñaron que ES POSIBLE LIBERARSE después de la muerte para no regresar más a este afligido mundo. Quienes así proceden, obviamente lo hacen SIN AUTORREALIZACIÓN; empero, como son pocos los que pueden Autorrealizarse, es preferible siempre escaparse del Valle doloroso del Samsara.
No es forzoso, no resulta indispensable aguardar hasta la vuelta 3.000 de la Rueda del Samsara; quienes anhelen la Liberación, pueden hacerlo aunque no logren el Adeptado, pues todos los seres humanos no nacieron para Adeptos, ni para Mahatmas, ni para Logos; y existe siempre una PUERTA DE ESCAPE para los que no se sientan capaces de realizar la Gran Obra…
Obviamente, si después del ciclo 3.000 hemos de reingresar al seno de Espíritu Universal de Vida como simples Elementales de la Naturaleza sin Autorrealización ninguna (esto claro, en el caso de que no hubiésemos trabajado realmente), pues entonces, preferible es liberarnos de una vez de esa Rueda fatal; así nos evitaríamos el descenso a los Mundos Infernales después de cada ciclo de manifestación y los sufrimientos terribles de este Valle doloroso de lágrimas.
Hay, pues, dos formas de emanciparnos, dos formas de evadirnos del Valle del Samsara: Una, AUTORREALIZADOS, convertidos en Mahatmas o Logos; otra, como simples ELEMENTALES, SIN AUTORREALIZACIÓN Íntima…
Cada cual, por sí mismo, debe reflexionar y escoger el camino. Y al escogerlo, necesitamos ser serios, porque una vez dado el paso por el Camino Secreto, no es posible regresar atrás.
Por eso es que en los Misterios Tibetanos, cuando alguien va a recibir la Iniciación, los Sacerdotes hacen sonar sus trompetas (formadas con huesos de muerto), a tiempo que le advierten al neófito:
– ¡Detente, caminante; no intentes seguir por el camino que está más allá de este umbral; recuerda que el Camino de la Iniciación está lleno de lágrimas, dolores, sufrimientos!… ¡Tú puedes ser feliz con la Religión que se te ha enseñado, y vivir en los Paraísos de la Naturaleza, en la tierra de los Devas, de los Dioses Santos, etc.! ¿Por qué insistes en meterte por el Camino Secreto? Si el neófito, a pesar de todo, dice:
– ¡Nada puede detenerme, yo recorreré la Senda del Filo de la Navaja; yo voy por el Sendero de la Autorrealización Íntima, nada podrá desviarme!, obviamente recibirá la Iniciación. Mas si flaqueara, entonces tendrá forzosamente que buscar la emancipación común por el entendimiento, aquel tipo de Liberación sin Autorrealización. No podrá ser un Sol, pero se contentará con ser una estrella…
El Camino de la Emancipación por la comprensión, no nos convierte en Dioses; únicamente permite que nos escapemos como Elementales para vivir entre el Océano del Espíritu Universal de Vida, en forma definitiva.
No es forzoso llegar hasta el ciclo 3.000 de la vuelta de la Rueda del Samsara. Aquellos que ya no quieran vivir, los que están desencantados de la vida, los que hayan bebido en el cáliz de todas las amarguras, y que en modo alguno se sientan lo suficientemente preparados como para hollar la Senda que los ha de convertir en Dioses, más allá del bien y del mal, pueden hollar la senda del menor esfuerzo: Aquella que tan sólo nos convierte en Elementales, o en pequeños “BUDDHAS ELEMENTALES”; aquella que nos permite regresar al seno de la Gran Realidad para siempre…
Obviamente, quienes no pueden Autorrealizarse y terminan su ciclo de manifestación, normalmente deben descender entre las entrañas del abismo y sufrir mucho para poder lograr la Muerte Segunda. Después de la misma, viene la emancipación de la Esencia Elemental. Ésta, convertida en Elemental, iniciará una nueva Evolución.
Naturalmente, eso que hemos de hacer, o eso que la Naturaleza ha de hacer por nosotros dentro de las entrañas de la Tierra, podemos hacerlo a voluntad, aquí y ahora, y evitarnos la bajada entre las entrañas del Abismo. Si la Naturaleza ha de desintegrar el Ego, el mí mismo, el sí mismo.
Aquí, nosotros, podemos hacerlo y sin necesidad de tener que hundirnos en esos Abismos espantosos del Reino Mineral Sumergido.
Si hemos de quedar convertidos en Elementales después de la Muerte Segunda, es mejor quedar convertidos en Elementales aquí y ahora, sin pasar por esa amargura…
Así pues, HAY MISERICORDIA; el Eterno Padre Cósmico Común, el Omnimisericordioso, jamás abandona a nadie…
En la muerte existen misterios extraordinarios… Quien quiera realmente emanciparse y no volver jamás, debe empezar por conocer la Doctrina (se hace indispensable disolver el Ego, el Yo, el mí mismo, el sí mismo).
No podría exigírsele a una criatura humana que logre la perfecta eliminación radical del Ego, aquí y ahora, si no está preparada. Pero sí puede cualquier criatura, si así se lo propone, si quiere emanciparse, eliminar, pues, el Ego, el Yo, aunque sea en parte; después de la muerte continuaría el resto del Trabajo.
Pero (y ahí viene el “pero”), si estuviésemos con la Conciencia dormida, de todas maneras habríamos de regresar… Entonces, ¿cómo hacer para no regresar a este “Valle de Lágrimas”? ¡DESPERTAR LA CONCIENCIA!…
Pero, ¿cuándo hemos de despertarla, después de muertos o ahora? ¡Es claro que aquí mismo debemos trabajar para despertar Conciencia! ¿Existe alguna ciencia que nos permita el despertar de la Conciencia? Sí existe, y la hemos estado enseñando, y continuaremos enseñándola a través de nuestras diversas pláticas.
Quien despierte, puede elegir su camino; quien despierte, después de la muerte podrá trabajar, y si no quiere volver, no volverá. Pero, ¿cómo podría un dormido evitar el regreso, el retorno a este “Valle de Amarguras”? Imposible, ¿verdad? Se necesita primero despertar. Despiertos, sí, después de la muerte podremos trabajar.
Es obvio que aquél difunto será sometido a pruebas, si es que no quiere volver. En primer lugar, después de la muerte se pasa por un desvanecimiento de tres días (una especie de desmayo), después de los cuales, pues, se siente uno reconfortado, reanimado.
Si se encuentra alerta y vigilante el difunto, si verdaderamente no tiene la Conciencia dormida, si verdaderamente tiene anhelo, podrá evitar el retorno a este “Valle de Amarguras”. Repito: SI NO DESEA VOLVER SERÁ PROBADO…
La Madre Divina y su Padre que está en secreto (o EL PADRE-MADRE en su totalidad, pues cada cual tiene su Padre que está en secreto y su Divina Madre Kundalini), le someterán a prueba; asumirán ante él, por ejemplo, en un momento dado, una figura terrible, sobrehumana, con el propósito de probar al difunto; mas si éste permanece firme como el acero, es claro que saldrá victorioso; mas ésa no es la única prueba, existen muchas otras…
El difunto que no quiera volver, no debe dejarse atraer por los familiares, por el apego a los hermanos, hermanas, hijos, hijas, etc., porque se perjudica a sí mismo. Atraído por esos seres queridos que dejó en el mundo, es claro que retornará, se reincorporará nuevamente. Si se quiere no volver, hay que perder todo apego (después de la muerte), a aquéllos que dejamos en este “Valle de Lágrimas”.
Después de que uno ha dejado el cuerpo, la Naturaleza tiene múltiples medios, sistemas para hacernos regresar o reincorporar, y nosotros debemos comprender…
Ante todo, no está demás que ustedes sepan que después de la muerte, debemos revisar la vida que acaba de pasar; empezaremos por el último instante, por aquél que precedió a nuestra agonía; tendremos tendencia a vivir en la misma casa donde morimos, a recorrer por las mismas calles por donde otrora caminábamos; en una palabra queremos RECOGER NUESTROS PASOS, y los vamos recogiendo conforme vamos reviviendo las distintas edades de la existencia que acaba de pasar.
Es claro que esta retrospección no es meramente intelectiva; uno vuelve a vivenciar, después de la muerte, todos los hechos, todos los sucesos, todos los acontecimientos de la vida que pasó, y conforme los va reviviendo, va asumiendo también el aspecto que tuvo en cada una de sus edades: Si murió anciano, se verá viejo; y después se verá convertido en el sujeto maduro, luego en el joven, y después en el adolescente, y por último en el niño; revivirá así toda su existencia con el propósito de “arreglar cuentas”, de hacer un balance sobre sus buenas y malas obras…
Quiero que sepan ustedes, mis caros hermanos, que el Ser está formado por muchas partes.
Cada uno de nosotros tiene su propio Ser. Éste está formado por diversas partes. En nosotros, existe, por ejemplo, dentro de sí mismos, en el Ser (o en una parte del Ser), algo que podríamos llamar el “BUEN ÁNGEL”; también existe algo que podríamos denominar el “MAL ÁNGEL”, no porque sea malo, no, sino porque se encarga de hacer cuentas, de anotar todos nuestros errores personales.
El “Buen Ángel” se preocupa por anotar las buenas acciones.
Pero no es que el “Buen Ángel” y el “Mal Ángel” sean personas extrañas, no, son partes de nuestro propio Espíritu Individual, de nuestro propio Ser Íntimo… Después de la muerte, por ejemplo, el “GENIO DEL BIEN” contará con piedritas la cantidad de buenas obras que hemos hecho, y veremos también al “GENIECILLO DEL MAL” (que no es que sea del mal, sino sencillamente que anotará nuestros errores, porque es otra parte de nuestro Ser) contando con piedrecillas negras nuestros malos actos; pero tal cuenta se realizará después de la vida que pasó, después de haberla revivido internamente, en forma retrospectiva…
Así pues, toda la existencia que pasó viene a quedar reducida a números, a sumas de buenas y malas acciones. Obviamente, al terminar la retrospección, y después de que nuestro propio Ser ha hecho el balance, el inventario dijéramos, de nuestras buenas y malas acciones, los SEÑORES DEL KARMA harán justicia y determinarán la existencia que nos aguarda en un futuro…
Mas si deseamos no volver, si para ello nos hemos estando preparando durante toda la existencia, si estamos despiertos, podremos defendernos, podremos pedir a nuestra Madre Kundalini el perdón de los errores, podremos concentrarnos en otra parte de nuestro Ser que se llama “EL GRAN MISERICORDIOSO”, y obtendremos ayuda…, habrá piedad…
Mas si el karma fuere demasiado malo, si en vida fuimos exageradamente perversos, obviamente tendremos que ingresar en la INVOLUCIÓN SUMERGIDA de los Mundos Infiernos, y no habrá remedio, o por lo menos, tendremos que reincorporarnos contra nuestra voluntad.
Mas si el karma no fuese tan malo, si hubiesen más acciones buenas que malas, si realmente en vida nos hubiésemos preocupado por la disolución del Yo, del mí mismo, del sí mismo, si hubiésemos sido caritativos, tendremos derecho a defendernos, con CAPITAL CÓSMICO a nuestro favor.
Sin embargo, se hace necesario no dejarnos atraer por las humanas matrices. El Espíritu humano puede atravesar una montaña de lado a lado y nada lo detiene; lo único que puede detenerlo es una matriz (he allí el problema)…
Aullará el viento del karma (un huracán frío llegará hasta el difunto), múltiples apariciones de seres terribles intentarán amedrentarlo, pero si él permanece firme en el deseo de no volver, podrá triunfar; mas si se siente todavía con peligro de caer en cualquier humana matriz, tendrá que aprender a “CERRAR MATRICES” (y hay muchos sistemas)…
En los Mundos Internos, siente el difunto, de pronto, que está lloviendo; truena y relampaguea, caen rayos, hay mucha lluvia: Es la Ley del Karma, buscando la forma de arrimarlo a una matriz; si él permanece sereno, inmutable, “cierra matriz”…
El inexperto correrá a esconderse dentro de alguna caverna, tratando de eludir la tempestad, y cuando intente alejarse, sentirá que algo…, que con algo se ha ligado a esa caverna; sí, ha quedado ligado a una matriz, a un germen; esa caverna era una matriz. De manera que hay que aprender a “cerrar matrices”, si es que se quiere no volver…
Verán, los difuntos que desean no volver, a muchas criaturas (machos y hembras) copulando; si es de pronto atraído hacia tal o cual casa, y sintiese simpatía por alguno de la pareja y antipatía por el otro, obviamente, allí tendría que retornar, regresar…
El difunto que siente simpatía, por ejemplo, por el elemento femenino de una pareja, seguro que nacerá, allí, con CUERPO MASCULINO, y viceversa: Si siente simpatía por el elemento masculino de la pareja, y repudio por el femenino, nacerá allí, obviamente, con CUERPO FEMENINO.
Así pues, somos atraídos hacia determinados lugares u hogares, de acuerdo con la Ley del Karma; si pasamos más allá de la simpatía y de la antipatía, si nos hemos ejercitado en vida para eso, no entraremos en ningún germen humano, no penetraremos en ninguna matriz…
Otro sistema para eludir el caer en cualquier matriz, es la MEDITACIÓN PROFUNDA, aprender a lograr la quietud y el silencio de la mente, lograr la irrupción del VACÍO ILUMINADOR en nosotros mismos y dentro de nosotros mismos; si logramos conservarnos en el Vacío Iluminador, lograremos eludir la atracción de cualquier matriz, “cerraremos matriz”…
En vida, los que aspiren a liberarse aunque sea en Estado de Elemental sin Autorrealización, deben ser instruidos con ese propósito; luchar por la disolución del Ego, del Yo, del mí mismo, del sí mismo, andar por el Camino Recto, hollar la SENDA DE LA SANTIFICACIÓN, despertar Conciencia, aprender a vivir conscientes en los Mundos Superiores.
Y para despertar Conciencia, hay que trabajar aquí y ahora. Nosotros hemos enseñado la Ciencia para despertar la Conciencia; está escrita en mis libros; ustedes la ha leído; lo importante es llevarla, sí, a la práctica…
Quienes logren eludir la atracción del “Valle del Samsara”, podrán después de la muerte renacer, no con cuerpo físico, sino renacer, por ejemplo, en un Paraíso, en algún Reino de tipo superior, ya en el Reino del Buddha Gautama Sakyamuni, o en el de Amitabha, o en el de Maitreya, o en el de los Cabellos Largos, o en el de la Suprema Felicidad; ése es el NACIMIENTO SUPRANORMAL…
Hay también quienes renacen en el Infierno; ése es el caso de los que ya concluyeron su ciclo de nacimientos y de muertes; pero quienes aspiren a la Liberación, deben nacer en forma Supranormal, en cualquiera de esos Reinos de los Mundos Superiores.
Al nacer en cualquiera de esos Reinos, nos dedicaremos de lleno a trabajar, intensamente, en la eliminación de los elementos inhumanos que llevamos dentro, con el propósito de lograr que la Esencia quede limpia, transparente como el cristal, sin adherencias del polvo terrenal. Es obvio que quienes así aspiren, deben haber pasado por una previa preparación esotérica, aquí en el Mundo Físico.
Está escrito que lo que un Maestro hace grande para llegar al ADEPTADO, para convertirse en Dhyan-Chohan, en Kumarat, en Mahatma, lo hace en miniatura el que no aspire a la Autorrealización, sino que sencillamente, quiera evadirse del “Valle del Samsara”.
Escrito está que el Sendero se divide en cuatro grandes etapas; así lo sostiene la poderosa Sabiduría Oriental. La primera la podemos denominar “la del CHELADO” o “DISCIPULADO”; a la segunda, “la del INICIADO, la del individuo que “se Inicia”; a la tercera “la del ARHAT”, u “HOMBRE PERFECTO”; y cuarta “la del MAHATMA”, o “GRAN ALMA”.
Estas CUATRO ESCALAS están representadas en muchos Templos y monumentos antiguos; hasta las vemos en la PIRÁMIDE DEL SOL, en Teotihuacán, etc.
Eso que el Maestro hace a grande escala, lo hace en miniatura el que quiera evadirse de este “Valle del Samsara”, de este “Valle de Lágrimas”. Si el Maestro se ha convertido en un GRAN BUDDHA, en un Dios, quien quiera evadirse de este trágico Valle, podrá convertirse en un BUDDHA ELEMENTAL…
Si existe el Sistema Solar en el Macrocosmos, también existe en una molécula, ¿verdad? Porque, ¿qué es una molécula? ¿No es acaso un Sistema Solar en miniatura? Así pues, lo que el Adepto hace mediante la Autorrealización, convirtiéndose en un COSMOCRATOR, en un Dhyan-Chohan, en un Hijo de la Llama, en un Kumarat, lo hace el Devoto en miniatura, convirtiéndose en un Buddha Elemental y recorriendo las Cuatro Etapas en forma incipiente…
Así pues, en este estado de progresión marchará la Esencia, después de liberarse del polvo de la tierra, a través de Cuatro Etapas:
Una, podríamos denominarla “NIRMANAKAYA” (no quiere decir esto que por tal motivo, un “Elemental” sea un “Nirmanakaya” que ha renunciado al Nirvana en forma consciente y positiva, ni nada por el estilo, sino que vivirá en una especie de “Vacío Iluminador”, semejante al del Nirmanakaya, y se desarrollará en ese ambiente).
Segunda, que aunque podríamos llamarla, dijéramos, “SAMBHOGAKAYA” (un “Vacío” aún mucho más iluminado, más profundo, acompañado de Sabiduría), no gozará de un Cuerpo de Sambhogakaya, porque jamás lo ha fabricado, pero sí pasará por un estado análogo o similar, en su regreso a la Gran Realidad.
Tercera: “ADDIKAYA”, una Inteligencia iluminada por el Espíritu (no será la Inteligencia de un Logos, ni de un Hermes Trismegisto, ni de un Kumarat, sino la de un “Elemental” inocente).
Cuarta: Tendrá el premio que se da a los DHARMAKAYAS, y al fin, aquella Esencia purísima, fusionada con la “Mónada, se sumergirá para siempre entre el Supremo Parabrahman, es decir, entre el Gran Océano del Espíritu Universal de Vida, en el Alaya Purísimo del Universo…
No será un Dios, sino una CHISPA DEL ETERNO; quedará libre de la Rueda de Nacimientos y de Muertes, aunque no esté Autorrealizada; será una Centella de la Divinidad sin Autorrealización, sin Maestría, pero será feliz; y eso es todo…
Así pues, no todos verdaderamente están preparados para meterse por el Camino angosto, estrecho y difícil que conduce a la Luz; y esto es algo que nosotros debemos reflexionar…
Los no preparados, aquellos que en su Conciencia, sientan que no son capaces, que se dediquen entonces a la Disolución del Yo y a despertar Conciencia, y que en forma seria se dediquen a hollar al Senda de la Santidad…
El último pensamiento del moribundo, es definitivo: Si ese moribundo no desea volver, no quiere volver, puede escaparse y no volver, a condición de que el karma no sea tan malo, porque hay gentes que tienen un karma tan duro, debido a sus perversidades, que naturalmente tendrán que volver…
Lo más grave es que la mayoría tendrá que bajar en lugar de renacer, de retornar a este mundo; tendrán que nacer, transferir su existencia, quieran o no, a los Mundos Infiernos, y ésos son la mayoría, desgraciadamente.
Así pues, mis caros hermanos, en esta noche, víspera de la “Fiesta de los Muertos”, hemos de reflexionar, hemos de ponernos la mano derecha en el corazón y preguntarnos a sí mismos: “¿Realmente quiero hollar la Senda del Filo de la Navaja y trabajar en la Autorrealización Íntima del Ser?”
Si no soy capaz, si ese no es mi anhelo, si mi deseo es irme para siempre, entonces tomar una resolución: Comenzar también a despertar Conciencia, a trabajar con nuestros sistemas para lograr ese autodespertar, a disolver el Ego, mediante la Enseñanza que hemos dado en forma clara y positiva…
Estamos, pues, ante el dilema: ¡O seguimos la Senda del Filo de la Navaja que nos ha de llevar a la Autorrealización Íntima del Ser, o no la seguimos! Si no estamos dispuestos a seguirla, si no nos sentimos capaces, mejor es que nos resolvamos a no volver a este “Valle de Lágrimas”…
¡Somos nosotros mismos los que debemos elegir el camino; nadie puede elegirlo por nosotros!…
Hasta aquí esta plática. Si hay alguno que quiera hacer alguna pregunta, puede hacerla con la más entera libertad… A ver, hermano…
– Estudiante. Venerable Maestro, el hecho de que el cuerpo físico sea incinerado o no, ¿tiene que ver algo con…?
– Maestro. Pues, no. Aunque si es muchas veces PREFERIBLE INCINERAR EL CUERPO, porque cualquier atracción que se pueda sentir por el cuerpo después de la muerte, queda cortada cuando el cuerpo físico ha sido incinerado.
Sin embargo, no es un factor así muy grave. Algunos pueden sentir cierta atracción por el cuerpo: Andarán de aquí para allá buscando su cuerpo, desearán meterse entre él, se lamentaran haberlo perdido; esos, claro, son candidatos para regresar al mundo.
Otros, no sienten ninguna atracción por el cuerpo físico y prefieren marcharse definitivamente; eso depende de la vida que nosotros hayamos llevado.
Mas, sin embargo, conviene muchas veces, conviene mejor incinerar el cuerpo, así se pierde (con el vehículo) hasta las más insignificantes atracciones, toda sutil atracción que uno pudiese sentir por el cuerpo, queda de hecho cortada cuando el cuerpo es quemado… Hay alguna otra pregunta, hermanos… Habla hermana…
– Estudiante. Con respecto a las mujeres, ¿qué sucede…?
– Maestro. Hay un factor que influye mucho en la cuestión del sexo, y es aquello que se llama “ANTIPATÍA” y “SIMPATÍA”. Eso viene a definir mucho, a definir prácticamente, dijéramos, el sexo que se ha de tener en un nuevo nacimiento.
Por ejemplo: Después de la muerte nos sentimos atraídos hacia determinado hogar (suele a veces ser el hogar de nuestros propios familiares, de nuestros descendientes, etc.). Al acercarnos, pues, ante una pareja de ésas (a la que nos sentiremos por Ley del Destino, del Karma, atraídos hacia ellos, y muy especialmente en el instante en que ellos están copulando), nos sentiremos, o el difunto sentirá, para hablar más claro, atracción específica por determinado elemento.
Si la siente por la mujer que está copulando, puede nacer allí, queda atrapado allí, queda relacionado con la semilla aquélla, y vendrá a tener cuerpo masculino.
Mas si siente más atracción, más simpatía, amor por el padre y antipatía por la mujer que hay allí, pues, obviamente, al quedar relacionado con esa semilla, pues, toma cuerpo femenino.
Observen ustedes que los niños varones sienten más atracción por su madre; vean ustedes, en forma muy especial, como las niñas quieren más al padre…
Esta cuestión de la simpatía y de la antipatía, esa simpatía que ven ustedes en la niñas por el padre y en los niños por las madres fue la que determinó su sexo. Esa simpatía no existe solamente después de haber nacido, existe desde antes de haber nacido y fue la que os trajo a la existencia.
Cuando se tiene simpatía específica por la madre, nace con cuerpo masculino. Y si la simpatía es muy especial por el padre, nace con cuerpo femenino.
De manera que si un difunto desea no volver tendrá que saber pasar más allá de las simpatías y las antipatías; si es que desea no volver… Hay alguna otra pregunta, hermanos.
– Estudiante. Venerable Maestro, en su libro de las plantas dice que el cementerio es un salón de Magia Negra y que no debemos sepultar a los deudos ahí, entonces, es la misma pregunta que hacia el hermano Ramos, ¿es mejor incinerarlos siempre?
– Maestro. SÍ, ES PREFERIBLE INCINERARLOS. Y naturalmente, en los panteones, hay dentro de las Dimensiones Superiores, en la Quinta Dimensión, en la Región Molecular, determinados antros de Magia Negra y personajes de la “Mano Izquierda”, tenebrosos, que suelen morar en los panteones, y utilizar, inclusive, a los espectros de los muertos para causar daño a los vivos.
Son muchas las cosas que suceden en los panteones, sobre las cuales he hablado yo en el libro ese de “Medicina Oculta”… Hay alguna otra pregunta hermano…
Samael Aun Weor