LA IGLESIA DE TIATIRA

Cuando el fuego serpentino llega a la altura del corazón, se abre la iglesia de Tiatira. La oración y la meditación interna desarrollan y desenvuelven el chacra del corazón tranquilo. En el corazón existen siete centros sagrados que corresponden a los siete grados de poder del fuego. El corazón es el santuario del amor.

Cuídate del amor sensual. No mezcles con el éxtasis sagrado algún amor egoísta. El amor es tan puro como el lucero de la mañana. El amor es universal. El amor es impersonal, inefable, desinteresado.

Sed caritativos. Cuando nosotros criticamos la religión de otros, pecamos contra la caridad cristiana. Cultivad el respeto y la veneración. Respetad las creencias ajenas. Respetad la religión de tu prójimo. No trates de obligar a otros a que piensen como tú. No critiques. Recuerda que cada cabeza es un mundo. No peques más contra la caridad del Cristo.

La humanidad se divide y subdivide en grupos. Cada grupo necesita su sistema especial de Enseñanza. Cada grupo necesita su escuela, su religión, su secta.

Esos son los Mandamientos del Bendito.

Cuando criticamos a otros, violamos la ley del corazón tranquilo.

Si tú eres capaz de dar hasta la última gota de tu sangre por amor a la pobre humanidad doliente, eres entonces uno de los nuestros.

Aquel que quiera llegar hasta el altar de la iniciación, debe convertirse en un Cordero inmolado sobre el altar del supremo sacrificio.

Es necesario amar a los que nos odian, besar la mano adorable del que nos azota, limpiar las sandalias del que nos humilla.

Si un pobre mendigo te invita a su mesa, come con él, porque ese pobre mendigo es nuestro hermano. Si un leproso parte un pan y te ofrece un pedazo, recíbelo y cómelo, porque ese pobre leproso es vuestro hermano, no lo desprecies.

Sed siempre el último. No aspires a ser el primero. Siéntate en los últimos puestos; no ocupes jamás el primer puesto. Recuerda que tú no eres más que un pobre pecador. No presumas de perfecto porque perfecto sólo es tu Padre que está en secreto. Tu Dios interno está lleno de gloria; pero tú no eres sino un pobre gusano que se arrastra por el lodo. Tú no eres perfecto.

No guardes resentimientos con tu prójimo, recuerda que tu prójimo tampoco es perfecto. No seas rencoroso ni vengativo. Amad, perdonad, besad con amor la mano del verdugo que te azota. Es necesario que tu yo se aniquile para que aquel Gran Señor de la Luz entre en tu alma.

Vístete de luz, hermano. Escuchad los diez místicos sonidos del corazón tranquilo. El primero es como la voz del Hijo del Hombre, fecundando a las aguas del Génesis para que brote la vida. El segundo es el sonido CHIN-BHINI. El tercero es el supremo sonido de la gran campana cósmica, que dimana del rayo interno de cada hombre. El cuarto es el estruendo interno de la tierra, cuyas solemnes vibraciones se repiten dentro del cuerpo de cada hombre. El quinto es como el delicioso sonido del laúd. El sexto es el címbalo de los dioses inefables resonando entre el cáliz de cada flor bendita. El séptimo sonido es el de la flauta encantada cuyas virginales melodías nos llevan a la suprema dicha de los jardines del nirvana. El octavo sonido es el del bombo. El noveno el de la exótica variación de un doble tambor. El décimo es el de los siete truenos que repiten sus voces.

Cuando llegamos a la hora nona, crucificados en la cruz del Gólgota, exclamamos con gran voz diciendo:

“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 23: 46).

El supremo instante de la hora nona adviene entre relámpagos terribles, y palabras y voces y truenos (los siete truenos repiten las voces del Eterno).

La séptima palabra sólo la saben pronunciar aquellos que pasaron por la muerte suprema del yo, del mí mismo, del ego.

La lucha con Satán fue terrible. La mujer siempre cierra el sepulcro de los iniciados con una gran piedra (la bendita piedra filosofal).

La lanza suprema del dolor atraviesa el corazón de los grandes iniciados y de su herida brota sangre y agua.

La materia prima de la Gran Obra, es el vino sagrado.

Meditando internamente en el loto del corazón escucharéis los diez místicos sonidos. Meditando en el loto del corazón controlaremos el Tatwa Vayú, y se nos conferirá poder sobre los vientos y huracanes. El loto del corazón tiene quince pétalos que resplandecen con el fuego del Espíritu Santo.

Dentro del chacra del corazón existe un espacio hexagonal del color inefable del azabache. Allí resuenan como una sinfonía de Beethoven los diez místicos sonidos de la iglesia de Tiatira. Los grandes ritmos del Mahavan y del Chotavan sostienen al universo firme en su marcha. Los ritmos del fuego son el fundamento de las exquisitas armonías del diapasón cósmico. Si tú, durante el éxtasis visitas el nirvana, debes cumplir con el sagrado deber de cantar allí de acuerdo con los ritmos del fuego. Así nos ayudas con tu verbo. El universo se sostiene por el Verbo.

Si quieres aprender a viajar conscientemente por los mundos internos, debes desarrollar el chacra del corazón. Si quieres llegar hasta el Cristo matad el deseo. Sed como el limón. Si quieres aprender a poner tu cuerpo en estado de “Jinas” debes desarrollar el chacra del corazón… Por el sistema de la meditación interna, podemos desarrollar el chacra del corazón tranquilo.

“Y escribe el Ángel (atómico) de la iglesia de Tiatira: El Hijo de Dios, que tiene sus ojos como llama de fuego, y sus pies semejantes al latón fino dice estas cosas. Yo he conocido tus obras, y caridad y servicio y fe, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras” (Ap. 2: 18, 19).

Caridad, servicio, fe y paciencia. Estas son las virtudes que se necesitan para abrir la iglesia de Tiatira.

“Mas tengo unas pocas cosas contra ti. Porque permites aquella mujer Jezabel, que se dice profetisa, Enseñar a mis siervos a fornicar y a comer cosas ofrecidas a los ídolos” (Ap. 2: 20).

Jezabel simboliza a la mujer ramera vestida de púrpura y escarlata, es la mente intelectual que nos Enseña a fornicar y a comer cosas ofrecidas a los ídolos. Jezabel es política, periodismo, diplomacia, ciencia materialista, intelectualismo de toda especie, etc. En los antiguos tiempos, Jezabel Enseñó a los hombres a comer en los templos de magia negra, comidas ofrecidas a los ídolos. Jezabel significa intelectualismo, banqueteos, borracheras, orgías, glotonería, fornicación, adulterio, ciencia materialista, etc. Los símbolos de Jezabel son el pavo o guajolote y el cerdo.

“Y le he dado tiempo para que se arrepienta de la fornicación; y no se ha arrepentido. He aquí, yo la echo en cama y a los que adulteran con ella, en muy grande tribulación si no se arrepintieran de sus obras” (Ap. 2: 21, 22).

Jezabel es la mente satánica que no ha querido arrepentirse de sus malas obras. Los tiempos del fin ya llegaron y Jezabel y todos aquellos que adulteran con ella serán echados en lecho de dolor. Con Jezabel adulteran los moradores de la tierra y los potentados del oro y de la plata, y los buitres de la guerra, y los intelectuales que aborrecen al Eterno.

“Y mataré a sus hijos con muerte (los hijos de Jezabel son los moradores de la tierra, los intelectuales y los mercaderes de lino fino y de oro y de plata, y de seda y de grana, y de toda madera preciosa, y de cobre y de hierro y de mármol). Y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña los riñones y los corazones: y daré a cada uno de vosotros según sus obras” (Ap. 2: 23).

Cuando los chacras renales resplandecen con inmaculada blancura como la flor de loto, es porque hemos llegado a la castidad suprema.

Cuando los chacras renales están teñidos con color de sangre y de pasión. Hay de nosotros; porque somos fornicarios, y el verbo nos arroja con su espada, al abismo. ¡Ay de los moradores de la tierra!

El verbo escudriña los riñones y los corazones y da a cada uno de nosotros según sus obras. El que quiera abrir la iglesia de Tiatira debe tener mente de niño. Los que adulteran con Jezabel (que se dice profetisa), no pueden conocer la sabiduría del corazón tranquilo.

El sendero secreto del corazón es sabiduría y amor. La sabiduría del sello del corazón es para los niños, es decir, para aquellos que no adulteran con Jezabel (que se dice profetisa). Si quieres abrir la iglesia de Tiatira, debes reconquistar la infancia perdida. Jezabel es Satán; Jezabel es el yo, el mí mismo, el ego que llevamos dentro.

“Pero yo digo a vosotros, y a los demás que estáis en Tiatira, cualquiera que no tiene esta doctrina y que no ha conocido las profundidades de Satanás como dicen: yo no enviaré sobre vosotros otra carga. Empero la que tenéis, tenedla hasta que yo venga. Y al que hubiere vencido, y hubiere guardado mis obras hasta el fin, yo le daré potestad sobre las gentes; Y las regirá con vara de hierro, y serán quebrantados como vaso de alfarero, como también yo he recibido de mi Padre. Y le daré la Estrella de la Mañana. El que tiene oído oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Ap. 2: 24-29).

Cuando decapitamos y disolvemos el yo, el mí mismo, entonces recibimos la iniciación venusta. Aquél que recibe la iniciación venusta, encarna a su estrella. Es urgente saber que la estrella crucificada en la cruz, es el Cristo de los Abraxas.

La estrella es el Hijo del Hombre, la verdad. Nadie puede buscar la verdad. La verdad no puede ser conocida por el yo. Nadie puede buscar la verdad. Nadie puede buscar lo que no conoce. Jezabel (que se dice profetisa), no puede conocer la verdad. La verdad no puede ser estudiada, leída o reconocida por la mente. La verdad es absolutamente distinta a todo aquello que puede ser leído, estudiado o reconocido por la mente. La verdad adviene a nosotros cuando hemos decapitado y disuelto al yo.

Las distintas verdades de las gentes no son sino proyecciones de la mente. Los tiempos del fin ya llegaron, y todos aquellos que adulteran con Jezabel (que se dice profetisa), serán quebrantados como vaso de alfarero.

Cuando un devoto entra en la cámara del espíritu puro, siente un delicioso terror. Esa cámara sagrada está iluminada por una luz inmaculada y divina, que da vida y no hace sombra en el camino de nadie. Todo aquel que haya llegado a las alturas de la contemplación y de la iluminación, verá en esta cámara del espíritu puro, el cuadro viviente del acontecimiento del Gólgota. Ningún genio de la tierra hubiera podido pintar tanta belleza. Aquel cuadro tiene vida propia. Sangran los estigmas del Adorable, y su sangre tiñe de rojo la tierra del Gólgota. Sus amantísimas sienes atravesadas por las crueles espinas de la corona del martirio, sangran dolorosamente, y de su costado herido por la lanza de Longinos, mana sangre y agua. Aquel cuadro tiene vida en abundancia. El sol se oculta entre su lecho de púrpura. A los pies del están los cráneos de los ajusticiados, y la sombrade la muerte. No temas, fiel devoto, mirad: La sombra de la muerte se levanta. No temas. Véncela.

Recuerda que el Señor venció a la muerte.

“Huye delante de mis pasos hasta la consumación de los siglos, tú serás mi esclava, y yo seré tu Señor”.

Ella ha huido, pero mirad lo que hay en el centro del santuario: Ese es el administrador. ¡Míralo! Es un gigantesco espectro vestido al estilo de los príncipes de la Edad Media.

Es el príncipe de este mundo, altivo y perverso. Es tu propio yo.

Decapítalo con tu espada flamígera, y luego disuélvelo con rigurosas purificaciones. Así llegaréis a la iniciación venusta.

Entonces encarnaréis la Verdad. El Verbo se hará carne en ti.

Encarnaréis al Hijo del Hombre y recibiréis la Estrella de la Mañana.

Samael Aun Weor – El Mensaje de Acuario

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