La Iglesia del Espíritu Santo es la iglesia de Tiatira, esta es la iglesia del corazón. El sacerdote que cobra por el matrimonio comete un tremendo sacrilegio. El matrimonio es del Espíritu Santo, el matrimonio es un misterio del corazón; comerciar con el corazón es comerciar con el Espíritu Santo.
Comerciar con el sacramento del matrimonio es profanar horriblemente los misterios del Espíritu Santo. El amor no se puede comprar ni vender porque entonces se comete un grave pecado contra el Espíritu Santo. “Pecados de toda clase serán perdonados menos uno, el pecado contra el Espíritu Santo”.
El que se suicida peca contra el Espíritu Santo. El Espíritu Santo nos dio la vida con el amor y el sexo. El que se quita la vida en una nueva reencarnación tiene que morir contra su voluntad, ese es su castigo.
El judas que traiciona al maestro peca contra el Espíritu Santo en su ingratitud.
El amor del maestro está en la iglesia del corazón. Los fuegos del corazón controlan al Kundalini.
El Kundalini se desarrolla, evoluciona y progresa de acuerdo con los méritos del corazón. Con una sola eyaculación seminal es suficiente como para que el Kundalini baje varias vértebras; es muy difícil reconquistar los cañones perdidos, ese es el castigo para los débiles. El ascenso del Kundalini es muy lento y difícil, cada vértebra exige ciertas condiciones de santidad, esto es terror de amor y ley.
El hombre es una de las columnas del templo del Dios vivo, la mujer es la otra columna. Las dos columnas del templo del Espíritu Santo son terriblemente divinas. El hombre es el principio expansivo, la mujer es el principio atractivo; en la unión sexual de ambos se halla la clave de la redención. El amor se alimenta con amor y el beso es la consagración mística de dos almas que se adoran. En un trance supremo de amor nos olvidarnos de las teorías de los hombres.
El acto sexual viene a ser la consubstancialidad del amor en el realismo psicosexual humano. El hombre es la fuerza, la mujer es la dulzura.
Pedro tiene las llaves del cielo. Pedro significa piedra, esa piedra es el sexo y la magia sexual es la llave del cielo. Sobre la piedra (el sexo) debemos edificar la iglesia para el Yo Soy.
Es imposible la autorrealización sin el encanto del amor. Aquél que aprende a querer se convierte en un dios. El sexo es la piedra fílosofal, la piedra cúbica de Jesod. Cuando el hombre y la mujer se unen sexualmente se convierten en dioses. Es mejor querer que teorizar.
Goethe dijo:
“Toda teoría es gris, sólo es verde el árbol de dorados frutos que es la vida”.
Un hogar con niños juguetones, un buen jardín y una buena mujer, valen más que todas las teorías de las escuelas espiritualistas del mundo juntas. Un varón puro y noble, fuerte y amoroso, vale más para la mujer que todas las bibliotecas del mundo.
Con el fuego sagrado del Espíritu Santo nos convertimos en dioses. Con las teorías intelectuales nos convertimos en bribones.
Bendito sea el amor, benditos sean los seres que se adoran.
Samael Aun Weor