En nombre de la VERDAD tenemos que afirmar la necesidad de la RENUNCIACIÓN. Necesitamos pasar por la GRAN MUERTE y esta solo es posible librándonos totalmente de la mente.
Cuando la naturaleza ha sido dominada radicalmente vienen como es lógico la OMNIPOTENCIA y la OMNISCIENCIA.
Cuando el GNÓSTICO AUTO-REALIZADO renuncia aún a las ideas de OMNIPOTENCIA y OMNISCIENCIA, sobreviene la destrucción de la verdadera semilla del mal, esa que después de cada PRALAYA, (NOCHE CÓSMICA), nos trae otra vez al MAHAMVANTARA (DÍA CÓSMICO).
Es obvio que todo aquel que haya logrado la AUTO-REALIZACIÓN INTIMA tiene derecho a vivir en el NIRVANA, pero si renuncia a tal felicidad, continuará por el camino directo que nos conduce al ABSOLUTO.
Empero es claro que existen muchas laterales y DIOSES tentadores mucho más peligrosos que los seres humanos.
Ellos nos tientan no por maldad, ni por celos, ni por temor de perder su lugar como equivocadamente suponen algunos autores orientales, sino por compasión.
En instantes en que escribo este capítulo me viene a la memoria algo muy interesante:
Cierto día después de haber hecho una nueva renunciación Nirvánica, hallábame dichoso en mi séptimo principio, (ATMAN), sobre la preciosa azotea de una mansión inefable.
Es claro que estaba en el NIRVANA, la región de los DHARMASATYAS, el MUNDO DE los DIOSES.
De pronto, flotando en el espacio sagrado, vinieron cerca a mí muchos NIRVANIS bienaventurados.
Era ciertamente digno de admirarse y verse a esos seres inefables vestidos con sus túnicas de DHARMASATYAS.
Al verlos pude verificar por experiencia directa que estos seres eran llamas vivientes de tres pabilos y que estos en si mismos son inmortales.
Al fin uno de esos inefables tomó la palabra para decirme:
“¿Por qué hermano mío, os habéis marchado por ese camino tan estrecho, tan amargo y tan duró? Quédate con nosotros aquí en el NIRVANA; somos todos muy felices”.
No pudieron los hombres con sus tentaciones, mucho menos ustedes los DIOSES; Yo voy para el ABSOLUTO. Esta fue mi respuesta. Luego salí de aquel precioso lugar con paso firme y decidido.
Los GNÓSTICOS que no logran la absoluta perfección mueren y se convierten en DIOSES: cometen el error de abandonar el gran camino directo, emprenden los caminos laterales y adquieren muchos poderes pero después es claro que necesitan volver a reencarnarse para meterse otra vez por el camino directo que les ha de llevar al ABSOLUTO.
Es indispensable impedir que el contenido mental adquiera diversas formas a fin de lograr la quietud absoluta de la mente.
El conocimiento directo nos da bellísimas cualidades, pero quien marcha por el camino directo no debe apegarse a tales virtudes.
La obtención de poderes PSÍQUICOS no conduce jamás a ninguna liberación. No es más que una búsqueda de goces vanos.
La posesión de poderes ocultos no hace más que intensificar la mundanalidad en nosotros y finalmente hacer mas amarga la existencia.
Numerosas almas, aunque hayan logrado casi la LIBERACIÓN total, fracasan por que no pueden renunciar de manera absoluta a todos los poderes ocultos. Esos seres se sumergen un tiempo en la naturaleza, para surgir nuevamente como dueños, amos, señores.
Existen millares de DIOSES de este género, son DIVINOS, inefables, pero no tienen derecho a entrar al ABSOLUTO.
Existen muchos AUTO-REALIZADOS sumergidos en la naturaleza, esos son ciertamente hermanos que se han detenido en este lado de la perfección y que impedidos por algún tiempo de llegar al fin, siguen gobernando tal o cuál parte del Universo.
Los DIOSES SANTOS corresponden ciertamente a ciertas funciones superiores de la naturaleza, que son asumidas por diferentes almas, pero en verdad todavía ellos no han logrado la liberación final.
Sólo renunciando a la idea de convertirnos en DIOSES, regir KALPAS (CICLOS), podemos lograr la liberación radical absoluta.
El éxito está pronto para el que es extremadamente enérgico. Necesitamos ser despiadados con nosotros mismos.
Es urgente renunciar y morir de instante en instante. Sólo a base de muchísimas renunciaciones y muertes, podemos entrar al ABSOLUTO.
Hablo a los seres humanos basado en la experiencia directa. SOY un AVATARA de ISHVARA.
Realmente ISHVARA (EL MAESTRO SUPREMO) es un PURUSHA muy especial, exento de sufrimientos, de acciones, de sus resultados y deseos.
Imaginad al ESPÍRITU UNIVERSAL DE VIDA como un océano sin playas; sin orillas; pensad por un momento en alguna ola que surge para perderse nuevamente entre el líquido elemento, tal onda diamantina sería entonces ISHVARA.
BRAHMÁN el océano del ESPÍRITU se manifiesta como ISHVARA, el MAESTRO de MAESTROS, el gobernador del Universo.
En él se hace infinita esta omnisciencia que en los otros existe solamente en germen.
Él es el MAESTRO, incluso para los antiguos Maestros, no estando limitado jamás por el tiempo; la palabra que le manifiesta, es AUM.
Y vino a mi ISHVARA —me dijo:— “mensajes, folletos y TIJITLIS”.
¡Señor! exclamé: ¿y que significa esta palabra TIJITLIS? “Formar el ejército de salvación mundial, el Movimiento Gnóstico, el Partido Socialista Cristiano Latino-Americano, etc”. Así dijo el Señor y yo comprendí.
ISHVARA es el verdadero prototipo de perfección, está ciertamente muchísimo más allá del cuerpo, de la mente y de los afectos.
Empero amadísimos GNÓSTICOS, en verdad os digo, que debéis primero llegar al nacimiento Segundo, morir en sí mismos y dar hasta la última gota de sangre por la humanidad doliente.
Sólo así podéis hollar esa senda de JUAN, ese camino directo que os llevara hasta el ABSOLUTO, más allá de los hombres y los DIOSES.
No cometáis el error de aguardar que la ley de la EVOLUCIÓN os conduzca a la liberación final.
Este camino directo sólo es posible a través de incesantes REVOLUCIONES íntimas.
Ahora vosotros sois tan solo IMITATUS, debéis convertiros en ADEPTUS antes de comenzar a escalar los tres triángulos.
Los Ángeles, Arcángeles y Principados, constituyen el primer triángulo. Potestades, Virtudes y Dominaciones, personifican al segundo triángulo: Tronos, Querubines y Serafines, personifican al tercer triángulo.
Muchísimo más allá de los tres triángulos inefables está Eso que no tiene nombre. Eso que no es del tiempo, el ABSOLUTO.
Samael Aun Weor