El paranoico es aparentemente normal. La locura razonante y completamente lúcida se llama: “Paranoia”.
Los grandes hombres están siempre expuestos a ser asesinados por los paranoicos.
Muchos presidentes y hombres de estado fueron asesinados por los paranoicos.
Conocimos el caso de un jefe Rosa-Cruz Paranoico. Ese hombre intentaba monopolizar la ciencia Rosa-Cruz. Era un paranoico con delirios de grandeza. Se auto-consideraba como el único sacerdote de la verdad.
La desconfianza y el orgullo de ese paranoico Rosa-Cruz eran tremendos.
La verdad es lo desconocido de instante en instante.
Empero el paranoico Rosa-Cruz estaba convencido de ser el amo absoluto de la verdad.
El se creía que conocía la verdad.
Son muchos los ocultistas, Teósofos, Rosa-Cruces, que se vuelven paranoicos. Todo paranoico místico se auto-considera como la misma verdad encarnada.
La verdad no puede ser reconocida por el Yo, porque el Yo no ha estudiado la verdad.
Nosotros sólo podemos reconocer lo que conocemos, pero no lo que no conocemos.
El Yo no conoce la verdad. El Yo nace en el tiempo y muere en el tiempo.
El Yo no es el mismo tiempo.
La verdad no es del Yo, porque la verdad no es del tiempo.
La verdad es atemporal, eternal.
El paranoico delira con la verdad, y cree que tiene la verdad.
El hombre puede devanarse los sesos buscando la verdad, pero no la hallara.
El paranoico cree que él tiene la verdad. Realmente sólo proyectan opiniones sobre la verdad. La mente está embotellada en el Yo.
Algunos necios dicen que Dios existe, otros dicen que Dios o la verdad no existen.
Los que dicen que existe la verdad, y los que la niegan, son necios.
Afirmar o negar la existencia de la verdad es opinar.
Toda opinión es una proyección mental del Yo, del Mí Mismo.
Toda afirmación o negación de la verdad no aumenta ni quita un átomo al infinito.
Los que buscan la verdad son imbéciles porque nadie puede buscar lo que no conoce.
El paranoico ocultista, Teosofista, etc., cree que puede encontrar y reconocer la verdad.
Una persona no puede reconocer a otra persona que jamás ha conocido.
Nadie puede reconocer la verdad porque nadie la ha conocido.
No hablemos de verdad. Es mejor que hablemos de Alkimia.
Sólo transmutando el deseo en sabiduría y amor muere el Yo.
Sólo muriendo el Yo adviene a nosotros la verdad.
Los ocultistas necesitan cuidarse de caer en la paranoia.
El delirio de los paranoicos es peligroso.
Hitler fue paranoico. El Quijote cervantino es un ejemplo viviente de lo que es el paranoico.
Las ideas delirantes de los paranoicos no resisten un análisis lógico.
A muchos paranoicos les da por ser inventores. A otros les da por ser grandes comerciantes, insignes reformadores, extraordinarios profetas, etc., etc.
Cuando analizamos sus delirantes ideas vemos que no resisten un análisis.
Cuando se les muestran sus errores se llenan de supremo dolor.
Después reaccionan contra la persona que les mostró el error acusándola de injusta, envidiosa, etc., etc.
El paranoico Rosa-Cruz mencionado por nosotros pidió perdón a uno de sus críticos, y lloró confundido. Cuando se le exigió retractarse en público, entonces reaccionó acusando a su crítico. Así son los paranoicos.
Los ocultistas Teósofos Rosa-Cruces deben estudiar la sagrada ciencia sin perder su equilibrio mental. Desgraciadamente muchos estudiantes esoteristas se vuelven paranoicos.
Por lo común se sienten reencarnaciones de Jesucristo, Buda, Mahoma, María Antonieta, Napoleón, etc. Así se convierten en Quijotes, en auténticos paranoicos.
Ese es el peligro de los estudios esotéricos.
A muchos esoteristas los asalta el delirio de grandeza, les da por cosas gigantescas, etc.
Se llenan de malicia y desconfianza, creen que todo el mundo los está embrujando, calumnian a otros, acusándolos de magos Negros, etc., etc.
Ese es el paranoico teosófico, ocultista, etc.
El paranoico que no ha estudiado esas doctrinas, piensa que desciende de Napoleón, o de algún conde o genio muy famoso.
Supone que es un superhombre. Se siente gran comerciante, etc., etc.
En México se conoció el caso de un paranoico que asesinó muchas mujeres.
Al fin cayó en la cárcel cuando se descubrió que había asesinado a su novia (la hija de un abogado). Ese paranoico enterraba a sus víctimas en el jardín de su casa.
En la penitenciaria afirmaba que sólo le faltaba una víctima más para encontrar el secreto con el cual el ser humano podría burlarse de la muerte y no morir jamás.
Esos son los paranoicos. Gente muy inteligente y peligrosa.
Según el criterio clínico existen muchos paranoicos que viven normalmente y no son peligrosos. Empero existen psicópatas de estos, ¡terriblemente peligrosos!
Por lo común el paranoico es esencialmente malicioso y desconfiado.
Son tan astutos los paranoicos que llegan hasta a engañar a los mismos psiquiatras.
La constelación paranoica tiene diversos grados.
La psicosis paranoica socialmente más peligrosa, es aquella que priva de la razón a algunos de estos sujetos.
Entonces ya enajenados cometen los crímenes más terribles.
Samael Aun Weor