Nuestro señor Jesucristo vive aún, es un ser inmortal, y con su aura portentosa protege a todos aquellos que toman la decisión de caminar por el estrecho y difícil camino, a los que toman la vía angosta de la cruz con todos sus martirios y trabajos.
Esta es la única imagen real y autentica del Adorable Ser. En estos tiempos de internet y “iPhone” cualquiera puede encontrarla y tenerla al alcance, es necesario familiarizarnos más con el Maestro y su obra, pero entendiéndola perfectamente. Veamos lo que se nos dice en la sagrada biblia con relación a la puerta estrecha:
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.” (Mateo 6 11,13)
Jesucristo no dijo que la salvación fuera automática, ni que fuera posible en forma masiva. El insiste en que la puerta hacia la vida es estrecha, ¿que parte de eso no hemos entendido en más de dos mil años de religiosidad?
Solo hay dos caminos;
1- El fácil, El de la perdición, el amplio, el que todos toman, el de “Raymundo y todo el mundo” (fornicación, derrame del semen).
2- El difícil camino de la cruz, de la auto-observación constante y del cambio interior, el que sigue las huellas del Señor. y vive su doctrina. (Castidad, transmutación del semen).
Ambos caminos; A pesar de ser radicalmente diferentes, comparten el origen, parten del mismo centro de acción, se sintetizan en la cruz.
Se debe entender que la Cruz en sí, ha existido en todos los pueblos cristianos y no cristianos del mundo, y en todos los tiempos. La cruz no es propiedad de nadie, ni está prohibido hablar de ella ni de su significado, para los planes que la gran Logia Blanca tiene para esta nueva era de acuario, vale la pena propagar este conocimiento, informar a la gente del simbolismo de la cruz.
La cruz es símbolo de Martirios, de sacrificios constantes por la transformación íntima, más por el hecho de ser dolorosa, eso no sugiere para nada, que sea una obligación el llevar a cabo la realización del misterio de la transmutación de los metales pesados de la personalidad, en el oro del Espíritu.
Tomar el camino hacia la luz debe ser voluntario. La Gnosis no entra a la fuerza.
En la práctica hemos podido evidenciar que a la gente le espanta el tema, la cruz en vez de ser una representación de devoción y alta mística, es para muchos, motivo suficiente para huir despavoridos de las aulas gnósticas y eso es lamentable.
Sin embargo; cuando ya todo parece estar perdido, surgen por ahí las almas inquietas y lo suficientemente maduras para recibir el conocimiento y por los pocos, vale la pena continuar.
A los Hermanos Misioneros Gnósticos que tengan la bondad de leer este libro les digo desde lo más hondo de mi Ser que tengan paciencia, cuando más espesas son las tinieblas es cuando más luz debemos echar al mundo.
No claudiquen hermanos, los Maestros de la Gran Logia Blanca son una tremenda realidad, poco a poco, como vayáis profundizando en tu trabajo de auto-conocimiento lo corroborareis.
La cruz es pues, un símbolo completamente alquímico, y en el sexo se explica por sí mismo. En la Cruz se encierra el secreto más grande de la humanidad, La alquimia sexual.
Aunque tratara de evadir ese punto en este libro, es más fuerte el deber moral que siento por entregarle lo mejor a mi hermano el hombre.
La clave mágica de la Alquimia de todos los tiempos consiste en llevar a cabo la relación sexual entre hombre y mujer, macho y hembra, esposa y esposo con la “ligera” variación de no fornicar, no permitir la pérdida o expulsión del ens-seminis o entidad del semen como se dice en medicina.
“Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo: Hablad a los hijos de Israel y decidles: Cualquier varón, cuando tuviere flujo de semen, será inmundo.” (Lev. 15 2,3)
“Jehová habló a Moisés, diciendo: Manda a los hijos de Israel que echen del campamento a todo leproso, y a todos los que padecen flujo de semen, y a todo contaminado con muerto.”
(Núm. 5 2,4)
También se usa la palabra “fornicación” para el mismo acto, y aparece en la sagrada biblia en numerosas ocasiones.
La fornicación en si es un mecanismo por el cual la naturaleza se nutre de la vida que los hombres desperdician. En la naturaleza nada se pierde, el semen continua sus creaciones hacia las dimensiones infrahumanas ya mencionadas por grandes maestros de todas las filosofías del mundo.
El camino de regreso a nuestro Eterno Padre, consiste en el sabio uso de la simiente sexual con fines espirituales, “Haced del acto sexual como una forma de oración” como decía San Agustín gran patriarca de la Iglesia Gnóstica.
Aunque parezca raro a muchos o cosa de ciencia ficción, el maestro Jeshua Ben Pandira está vivo, con su cuerpo de más de dos mil años sigue trabajando por nosotros. El Maestro de Maestros es científico alquimista. Lo que para nosotros aparece como algo inexplicable o también como milagro, para Él es el resultado de miles de años de preparación, algo preparado en su mayoría.
De la nada, nada sale mis amigos. Existe la tendencia a pensar en fenómenos surgiendo de la nada, pero en realidad todo tiene su origen y explicación, el hombre es el que carece de la sabiduría para interpretar las cosas de manera correcta.
Con la ciencia alquimista Gnóstica Jesús logro inmortalizarse, en otros tiempos de esta afligida historia muchos otros lo lograron también, Lulio, Fulcanelli, Zaratustra, etc… pero la cosa no termina ahí, lo que ellos hicieron lo podemos hacer nosotros y aun mas como está escrito.
“De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre.” (Juan 14,12)
Así que hablando en síntesis, solo hay dos caminos, el que lleva al Padre, y a la vida eterna, y el que conduce a las desgracias más terribles y a la muerte segunda.
Ambos caminos están en la cruz sexual. Por el primero cristalizamos el Amor en su expresión más bella y sublime, por el segundo somos víctimas del demonio y del dolor.
Te invitamos amigo lector, a hollar la senda de la Castidad, a adorar a la mujer en los momentos de la entrega sexual, pero para tu propio bien, evitar la eyaculación. De esta forma te liberaras del dolor y de la miseria, y posteriormente llegaras a las puertas del Universo y al Padre.
Ramón T Juarez