Aquella águila con plumaje de oro puro que arrebató a GANÍMEDES llevándoselo al Olimpo para servir de copero a los DIOSES, tiene siempre la costumbre de cazar en la región purgatorial.
Esa ave majestuosa del ESPÍRITU, dando vueltas maravillosas baja terrible como el rayo y arrebata el ALMA hasta la esfera del fuego para arder con ella convertidas las dos en llama viva.
Recordemos al poderoso AQUILES revolviéndose espantado y sin saber donde se encontraba, cuando su MADRE, robándoselo a QUIRÓN, le transportó dormido a la isla de Scyros, de donde le sacaron después los griegos.
Vengan a mi memoria aquellos tiempos en que yo abandoné el averno para ingresar en la región purgatorial.
Ya mi madre me había instruido a fondo, convertida en una verdadera dolorosa; había navegado conmigo en la barca de CARÓN; me había demostrado la disolución del YO PLURALIZADO, y por último me había enseñado que la mente desprovista del EGO, continua con las malas tendencias.
¡Oh Dios mío!… el YO PLURALIZADO al disolverse deja en la mente sus semillas de perdición.
Los YOGUIS dicen que hay que freír esas semillas, incinerarlas, reducirlas a polvareda cósmica.
Es urgente comprender que el YO renace como la mala hierba de entre sus propias semillas.
Necesitaba pues, incinerar esas malas simientes de la hierba venenosa, era necesario ingresar en la región purgatorial del MUNDO MOLECULAR INFERIOR para quemar el semillero del MÍ MISMO.
Me aproximé hasta llegar al sitio que antes me había parecido ser una rotura, semejante a la brecha que divide un muro, y vi una puerta a la cual se subía por tres gradas, de diferentes colores; En aquel pórtico terrible estaba gravada con caracteres indelebles la palabra PURGATORIO.
Y vi un portero que aún no había proferido palabra alguna, estaba de pie aquel genio sobre la grada superior, era un ángel de extraordinaria belleza, imponente, severo, terriblemente divino; tenía en su mano derecha una espada desnuda, que reflejaba rayos.
Todo aquel que intenta penetrar en la región purgatorial se postra devotamente a los pies de ese ángel y le suplica por misericordia que abra, dándose antes tres golpes de pecho.
Momentos inolvidables y terribles son aquellos en que el ángel escribe con su espada en la frente del INICIADO la letra P, repetida siete veces. Entonces se escucha de sus labios la siguiente frase: “Procura lavar estas manchas cuando estés dentro”.
¿Recordáis el caso de la mujer de LOT? Por mirar hacia atrás quedo convertida en una estatua de sal.
Así también el ángel del Purgatorio advierte que aquel que mira hacia atrás, después de haber entrado al MUNDO MOLECULAR INFERIOR, pierde su trabajo, vuelve a salir por donde entró.
Esto significa arrepentimiento absoluto, no volver a cometer los mismos errores del pasado, no delinquir.
Quien mira hacia atrás falla, repite los mismos errores, retorna al pasado pecador, no se purifica.
Todo aquel que mira hacia atrás se convierte en un fracaso purgatorial. En el Purgatorio se debe marchar con firmeza hacia delante.
En la región molecular inferior comprende uno cuan absurda es la soberbia y el orgullo; nosotros sólo somos simples crisálidas, miserables gusanos del lodo de la tierra, dentro de los cuales puede formarse a base de tremendos SUPER-ESFUERZOS ÍNTIMOS, la mariposa celestial, pero no es una ley que eso suceda, pueden perderse tales crisálidas y eso es lo normal.
Cuan necios son esos envidiosos que al ver a otra persona feliz, sufren lo indecible. ¿Por qué pondrán su corazón en lo que requiere una posesión exclusiva?.
“BEATI PACIFICI, QUE CARECEN DE PECAMINOSA IRA”. Desafortunadamente la cólera, el enojo, pueden disfrazarse con la toga del juez o con la sonrisa del perdón; Cada defecto es multifacético.
En la región purgatorial sufrimos espantosamente entre el fuego de la lujuria; revivimos en esferas subconscientes, sumergidas, todos los placeres de la pasión sexual, pero esto nos causa profundo dolor.
“ADHAESIT PAVIMENTO ANIMA MEA”. ¡Pobres almas que se apegaron a las cosas terrenales, cuanto sufren en la región purgatorial!. ¡Gentes de la región Purgatorial! Recordad os digo, a PIGMALIÓN a quien su pasión por el oro hizo traidor, ladrón y para colmo de males parricida también.
¿Y qué diremos de la miseria del avaro MIDAS, con sus absurdas peticiones convertido en un personaje ridículo por incontables siglos?.
¿Y qué diremos de la pereza? Sirena que distrae a los marinos en el inmenso mar de la existencia, ella apartó a ULISES del camino y de su horrible vientre sale la pestilencia.
¡Glotones del purgatorio! Mirad a Bonifacio, que apacentó a tantas gentes, ver a Meser Marchese, que habiendo tenido tiempo para beber en Forli con menos sed, fue tal que nunca se sintió saciado.
Acordaos de los malditos formados en las nubes, que repletos combatieron a TESEO con sus dobles pechos.
Acordaos de los hebreos, qué mostraron al beber su malicie, por lo que GEDEÓN no los quiso por compañeros cuando descendió de las colinas cerca de Madián.
Yo vi y oí en el PURGATORIO cosas espantosas; reviviendo allí todas las bestialidades de los antiguos tiempos, me sentía en verdad convertido en cerdo.
Un día de ésos tantos, platicando con un alma compañera de PURGATORIO, le dije: “Hermana mía, aquí nos hemos vuelto unos cerdos”. “Así es” —me contestó—, “aquí nos hemos convertido en puercos”.
Pasaba el tiempo y sufría lo indecible incinerando semillas malignas; eliminando porquerías.
Y muchas almas compañeras de la región purgatorial parecían cadáveres en descomposición acostadas en lechos de dolor; Eliminaban semillas, horribles larvas inmundas, malas tendencias.
Esas pobres almas suspiraban y se quejaban. Jamás olvidaba a mi MADRE DIVINA, siempre suplicaba que me ayudara en ese trabajo purgatorial, que me eliminase tal o cual defecto psicológico. La lucha contra mí mismo fue terrible.
Al fin una noche entró en la región purgatorial la bendita diosa madre KUNDALINI disfrazada de hombre. Yo la reconocí intuitivamente. ¿Porqué os habéis disfrazado de hombre? Le pregunté. “Para entrar en estas regiones”, fue su respuesta.
¿Cuándo me sacaréis de aquí? Ella, la adorable fijó entonces la fecha y la hora. “Después vendrá la instrucción TELEVIDENTE” —continuo diciendo—; es claro que todo lo entendí.
Varios detalles confirmaban la palabra de mi MADRE; las siete P, ya se habían borrado poco a poco de una en una, las purificaciones estaban evidentes, patéticas, claras, positivas.
Samael Aun Weor