LA SERPIENTE SAGRADA

En las Doctrinas religiosas de los gnósticos es donde puede verse mejor el verdadero significado del Dragón (Lucifer), de la Serpiente, del Chivo y de todos esos símbolos de los Poderes llamados ahora del mal.

Jesús, el gran Kabir, jamás hubiera aconsejado a sus discípulos que se mostrasen tan sabios como la Serpiente si ésta hubiera sido un símbolo del Demonio; ni tampoco los Ophitas, los sabios gnósticos egipcios de la Fraternidad de la Serpiente, hubieran reverenciado a una culebra viva en sus ceremonias como emblema de la Sabiduría, la Divina Sophía.

La Serpiente azteca aparece infaliblemente en situaciones insólitas que trastornan completamente su determinismo orgánico: la cola, reemplazada por una segunda cabeza en actitudes extraordinarias, que al levantarse por encima del lodo de la tierra sirve de base para el desarrollo ígneo.

Continuamente, el cuerpo de la Víbora en las culturas de Anahuac, se encuentra modificado por una acción inusitada que imprime un cambio radical a su naturaleza original.

Ora sea la doble cabeza que recuerda con entera claridad a la figura en círculo, en aquel trance gnóstico de devorar su propia cola, que es una síntesis extraordinaria del Mensaje maravilloso del Señor Quetzalcoatl; ora la posición vertical que ilustra la idea maya o nahua de la Víbora divina devorándose al Alma y al Espíritu del hombre o, en fin, las llamas sexuales consumiendo al Ego animal, aniquilándolo, reduciéndolo a cenizas.

La serpiente o Logos salvador inspira al hombre para que reconozca su identidad con el Logos y así retorne a su propia Esencia, que es ese Logos.

Las aguas del Abismo engendraron un viento impetuoso (similarmente, la Serpiente con su silvo); éste levantó a las aguas que llegaron a entrar en contacto con el Espíritu y la Luz. Y la Serpiente invadió a la materia caótica y engendró al hombre, mezcla así de los tres principios.  El único pensamiento de la Luz superior es poder recuperar a sus partículas perdidas.

Y como la Matriz caótica quiere y conoce sólo a la Serpiente, el Logos luminoso tomó su forma para rescatar a la Luz fundida en las tinieblas; para ello el Hombre Perfecto descendió al seno de una Virgen, y no sólo sufrió conociendo los misterios vergonzosos de la Matriz, sino que después se levantó y bebió de la Copa del Agua Viva que debe beber todo el que quiera despojarse de la forma de esclavo y vestir la Vestidura Celeste.

La Serpiente sagrada o Logos Salvador duerme acurrucada en el fondo del Arca, en acecho místico, aguardando el instante de ser despertada.

Quienes estudian Fisiología esotérica a lo nahua o a lo indostán, enfatizan la idea trascendental de un centro magnético maravilloso, ubicado en la base de la columna vertebral a una distancia media entre el orificio anal y los órganos sexuales.

En el centro del chacra hay un cuadrado amarillo invisible para los ojos de la carne pero perceptible para la clarividencia o sexto sentido; tal cuadrado representa, según los hindúes, al elemento tierra.

Se nos ha dicho que dentro del citado cuadrado existe un Yoni o Uterus, y que en el centro del mismo se encuentra un Lingam o Phalus erótico en el cual se halla enroscada la serpiente, misteriosa energía psíquica llamada Kundalini,

Los Textos tántricos del Asia describen a Kundalini así: “Luminosa como el relámpago, brillando en el hueco de este loto (o centro magnético) como una cadena de luces brillantes.”

La estructura esotérica de tal Centro magnético, así como su posición insólita entre los órganos sexuales y el ano, dan basamentos sólidos e irrefutables a las Escuelas tántricas de la India y del Tibet.

Es incuestionable que sólo mediante el Sahaja-Maithuna (magia sexual) puede ser despertada la Serpiente.

Es ostensible que cuando la Víbora sagrada despierta para iniciar su marcha a lo largo del canal medular espinal del organismo humano, emite un sonido misterioso muy similar al de cualquier culebra azuzada con un palo.

Indubitablemente, la Serpiente de los grandes Misterios es el aspecto femenino del Logos, DiosMadre, la Esposa de Shiva, Isis, Adonia, Tonantzin, Rea, María, o mejor dijéramos, Ram-Io, Cibeles, Ops, Der, Flora, Paula, Io, Akka, la gran Madre en sánscrito, la Diosa de los Lha, Lares o Espíritus de aquí abajo, la angustiada Madre de Huitzilopochtli, la Ak o Diosa Blanca en turco, la Minerva calcídica de los Misterios Iniciáticos, la Aka Bolzub del Templo lunar de Chichen Itzá (Yucatán), etc., etc., etc.

Todavía conservamos un eco perdido de los Misterios antiguos en el crucero o planta transversal de las iglesias más gloriosas, tales como la de San Pablo en Roma, en vez de la primitiva forma de nave (la nave o arca salvadora del Diluvio Universal o catástrofe atlante, en la que arribaron a los actuales continentes todos los Noés, Quetzalcoatls, Xisusthrus y Deukaliones). Y por eso también como lugar sagrado en el hogar, se llamó “calcídico” al corredor interior que separaba a las demás habitaciones, en la casa griega, de las consagradas a los huéspedes, como puede verse en Vitrubio, en Procopio (De Aedificationem), en Becchi (De Calcidio e della Cripta di Eumaquia) y en los demás tratados de construcción donde se haga historia de este crucero o efectiva y simbólica tau de los deberes que la hospitalidad imponía entre los hombres.

La inserción del Phalus vertical dentro del Uterus formal hace Cruz, y esto es algo que cualquiera lo puede verificar.

Si reflexionamos muy seriamente en esa íntima relación existente entre la S y la Tau, Cruz o T, llegamos a la lógica conclusión de que sólo mediante el cruzamiento del Lingam-Yoni (PhalusUterus), con exclusión radical del orgasmo fisiológico, se puede despertar el Kundalini, la Serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes.

Los rayos de Zeus tempestuoso, el que amontona las nubes que hacen temblar al Olimpo y siembran el terror entre esta pobre humanidad doliente, forman Cruz.

El Fuego celeste y el Fuego terrestre, el Fohat potencial o virtual que compone o disgrega, engendra o mata, vivifica o desorganiza, hace Cruz.

Hijo del Sol que lo genera, servidor del hombre que lo libera y lo mantiene, el Fuego divino caído, decadente, aprisionado en la materia, determina revoluciones insólitas, extraordinarias, y dirige su redención. Es Jesús en su Cruz imagen maravillosa de la radiación ígnea encarnada en toda la Naturaleza.

Es el Agnus inmolado desde la Aurora del Gran Día, y es, también, el famoso Huehueteotl, el Dios Viejo del Fuego, el cual se representa en la antigua cultura teotihuacana como un anciano cargado de años y que soporta sobre su cabeza milenaria un enorme brasero.

Incuestionablemente, el Dios del Fuego sexual representa a una de las más antiguas tradiciones de los pueblos maya y nahua, es la Deidad del centro en relación directa con los cuatro puntos cardinales de la Tierra, así como el brasero sagrado para encender la hoguera en el centro de la morada y del Templo azteca, y por eso es muy normal ver en los Hierofantes del Dios de la Llama la mística figura de la santa Cruz, que también se encuentra ornando los incensarios llamados tlemaitl manos de fuego- con que los Sacerdotes incensaban a los Dioses Santos.

Ostensiblemente, un Dios tan antiguo como éste, muy similar a Agni, el deiduso védico del fuego, tiene también muy variadas advocaciones. Se le llama Xiuhtecutli, cuyo hondo significado es: Señor del Año, Señor de la Hierba, Señor de la Turquesa, ya que esa palabra, xihuitl, con una pronunciación un poco variada, incuestionablemente significa estas tres cosas y se le ve en los diversos panteones de Mesoamérica bajo esta advocación.

Representado tal deiduso así, en modo alguno resulta extraño que lleve en su cabeza una especie de mitra azul formada inteligentemente por un precioso mosaico de turquesas, que era característica muy especial de los poderosos Reyes de la gran Civilización mexicana.

Su nahual o disfraz esotérico es la Xiuhcoatl o sea la Serpiente de Fuego (Kundalini), que se caracteriza porque lleva exactamente sobre la nariz un precioso cuerno decorado con siete estrellas inefables.

En la concepción nahoa y maya, la swástica sagrada de los grandes Misterios estuvo siempre definida como la cruz en movimiento; es el Nahui Ollin nahua, símbolo sagrado del Movimiento Cósmico.

Las dos orientaciones posibles de la swástica representan claramente a los principios masculino y femenino, positivo y negativo de la naturaleza.

Dos swásticas de una y otra dirección, exactamente superpuestas, forman indubitablemente la Cruz potenzada, y en este sentido representan a la conjunción erótica de los dos sexos.

Según la Leyenda azteca, fue una pareja, un hombre y una mujer, los que inventaron el Fuego, y esto sólo es posible con la Cruz en movimiento.

INRI, Ignis Natura Renovatur Integram (El fuego renueva incesantemente a la Naturaleza).

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