Un estudio útil y de aplicación en la vida práctica de toda mujer que anhela el conocimiento de si misma, y ayudar a la auto realización del hombre en el terreno psico-sexual y de su propia auto realización. A medida que las vibraciones de la Nueva Era de ACUARIO se intensifican en el planeta tierra, la mujer del siglo XXI debe conocer y apreciar esta enseñanza que el Maestro Samael nos entrega.
Por estos tiempos del fin las mujeres nirvánicas se retirarán al desierto de su misma vida, huyendo de la serpiente tentadora. Muchas se hacen monjas por algún tiempo; la mayoría son criadas de las casas de familia. Así se ganan el pan de cada día. Así sirven con humildad. Ellas tienen las alas del águila del espíritu, y se refugian en el desierto. Realmente esas vírgenes madres sufren lo indecible. Para ellas la vida del mundo es un desierto. Ellas se quejan del tiempo perdido. No hallan en este terrible desierto un hombre que quiera cristificarse.
Allí se mantienen en el desierto, por un tiempo, y tiempos y la mitad de un tiempo. Cosas del oficio, cosas del trabajo. Tiempo: la rutina del oficio. Tiempos: los cambios de casa, oficinas, trabajo. La mitad de un tiempo: cuando suena la hora, cuando aparece en el desierto de la vida, el hombre que aguardan.
“Y la serpiente echó de su boca tras la mujer, agua como un río a fin de hacer que fuese arrebatada del río. Y la tierra ayudó a la mujer, y la tierra abrió su boca y sorbió el río que había echado el dragón de su boca” (Ap. 12: 15, 16).
La serpiente tentadora del Edém tienta a la mujer vestida de sol y trata de hacerla caer sexualmente; pero esas vírgenes madres, transmutan sus energías creadoras y vuelan alto en alas del espíritu.
La tierra filosófica, es decir, el organismo físico, se traga el río, lo transmuta en luz y fuego. Ese río es el disolvente universal de la Alquimia: el lapis philosophorum, el oro puro o summa materia. También es llamado menstruum universalis. Esa es la esencia que el dragón echa de su boca y que nosotros debemos transmutar para volar en alas del espíritu como águilas de Luz.
Así es como la Urania Venus se defiende de la serpiente tentadora que hizo pecar a la Eva-Venus.
Hay varias clases de mujeres. Veamos:
Primera: Eva-Venus. La hembra animálica, instintiva, brutal.
Segunda: Venus-Eva. La hembra muy humana que ama cuando encuentra un varón apasionado sexualmente, y que sepa quererla.
Tercera: La Venus-Urania. La mujer muy humana, consciente y llena de hondo sentimiento espiritual y humano a la vez.
Cuarta: La Urania-Venus, la madre del Hijo del Hombre, las vírgenes del nirvana, la mujer vestida de sol y con la luna a sus pies. Esa mujer está coronada con doce estrellas que simbolizan las siete iglesias y los cinco sentidos, es decir, las doce facultades.
Sólo la mujer puede establecer la justicia sobre la faz de la tierra, porque ella tiene el poder de despertar el fuego flamígero al hombre. La clave está en el arcano A.Z.F.
Ella le entrega la espada al hombre.
Ella es Urania-Venus con la espada en la mano.
Ella permanece ante la balanza cósmica en el arcano ocho.
Ella es la madre del Hijo del Hombre. Ella quiere aplastar la cabeza de la serpiente tentadora para domarla y levantarla por el canal medular.
Desgraciadamente, como dijo Goethe: “Ley del hombre triste y grave, indaga, lucha, se agita. Lo que más necesita es lo que menos sabe”.
El hombre necesita el arcano A.Z.F., y no lo sabe; eso es lo que más necesita y lo que menos sabe.
Nosotros, los Hermanos del Templo, lo Enseñamos ahora; pero los moradores de la tierra lo aborrecen.
El dragón tienta a la Urania-Venus, y sale derrotado.
“Entonces el Dragón fue airado contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra los otros de la simiente de ella; los cuales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo” (Ap. 12: 17).
Extractado del libro “Mensaje de Acuario” Cap. 23 “La Mujer y el Dragón” Por el Maestro de misterios mayores Samael Aun Weor