“He aquí que ante vosotros pongo dos caminos: el de la vida y el de la muerte”
Libro de Job
A la sombra del licor y la orgía crece la hechicera flor del delito.
A la sombra del follaje núbil, de pasión, la alimaña silvestre y el reptil rastrero forman su nido.
En medio de la borrasca y la bacanal aprendió Belcebú a jugar grandes sumas de dinero, y el dinero y el pecado original son coexistentes: ambos son la tragedia de lo humano.
El juego ha llevado a la ruina y al suicidio a la dama elegante, y al astuto caballero, al hombre de trabajo y al tahúr bohemio…
Belcebú aprendió el vicio del Juego, y reía alegre en la bacanal, entre el seco sonido de los dados y el taponazo alegre y triunfador de otra botella.
Pero he aquí que nunca faltaba en la orgía un personaje misterioso; este fatídico personaje de rostro siniestro, vestía túnica negra al estilo de la arcadia y en sus orejas relucían siempre unos grandes aretes de oro.
¿Qué misterio envolvía a ese siniestro personaje?
¿Era acaso algún genio de la luz venido de remotas esferas? Era acaso algún luminoso señor de la llama o algún antiguo habitante de alguna época histórica ya fenecida? No, nada de esto, éste hombre era tan solo un horrible y monstruoso trasgresor de la ley: un mago negro. Belcebú aprendió de este mago negro ciertas claves secretas para ganar en el vicio del juego. La amistad se mezclaba con el agradecimiento y la orgía, y así el siniestro personaje fue conduciendo a su víctima por el camino negro…
Los hombres de la época de Saturno usaban cuerpos astrales y eran altos de estatura: en ese entonces nuestros actuales cuerpos humanos eran tan solo gérmenes con posibilidades de desenvolvimiento. Los actuales “íntimos” humanos, entonces eran solo chispas virginales que animaban el reino mineral; pero Belcebú era un hombre de aquella época, porque tenía un yo y sabía que lo tenía. Si hubiera seguido por el angosto y estrecho camino que conduce a la luz, hubiera llegado a ser un señor de la mente, un hijo del fuego, como sus más queridos amigos. Pero el licor, el placer, el juego y la fornicación, con sus flores exóticas de belleza maligna y seductora hipnotizan al débil y lo llevan al abismo.
Belcebú se hizo íntimo amigo del siniestro personaje que con sus claves milagrosas le sacaba triunfante en el vicio del juego, y al fin un día estuvo tristemente preparado para recibir la primera iniciación de magia negra en un templo tenebroso… su maestro le había hecho promesas inefables, le había hablado tanto del amor y de la Justicia que era imposible dudar de él, máxime, cuando le había sacado con sus maravillosos secretos siempre triunfante en el juego.
¿Cómo podrían hoy en día los estudiantes de la escuela de Amorc dudar del Imperator de su sagrada orden, o de sus “Santos Rituales”? El que va a caer no ve el hoyo.
El ritual de primera iniciación tenebrosa que el discípulo Belcebú recibió en el templo, fue el mismo primer ritual que hoy los estudiantes de Amorc verifican en su cuarto para recibir el primer grado. Así como el estudiante de primer grado de “Amorc”, después del rito, queda esclavo del guardián del umbral, así también Belcebú quedó esclavo del guardián del umbral y comenzó su carrera de demonio…
Sucede que durante las horas del sueño ordinario, “Veritas”, el Gurú negro lleva en cuerpo astral a los discípulos del primer grado negro y los sujeta a un rito muy curioso, veamos: El discípulo da algunas vueltas al rededor de una mesa, golpeándola, y luego recibe un ladrillo de manos del Iniciador, el cual pronuncia ceremoniosamente estas palabras, “debajo del Diablo, no se te olvide”; seguidamente el discípulo entierra el ladrillo en el suelo. Esta ceremonia simboliza que el pobre discípulo ha puesto los fundamentos de su discipulado negro, y que ahora tiene que obedecer las órdenes de la fraternidad negra. Después de esto se le hacen ciertos tratamientos ocultos a la víctima ingenua sobre los chacras principales de la cabeza, a fin de controlarlo para la negra hermandad y se le aplica sobre la nuca un lente en forma de ojo para influir sobre los importantes centros de su subconsciente. Cuando el discípulo despierta en su cama no trae ningún recuerdo de lo que ha pasado en el astral.
El camino de la magia negra es el camino ancho lleno de vicios y placeres.
Mariela, la gran maga negra, llena de una belleza deliciosa y fatal, con su voz encantadora y su tierno rostro, se deslizaba ágil y ligera sobre la mullida alfombra de los grandes y espléndidos salones de la más rancia aristocracia de la nobleza Europea. Su voz seductora resonaba en la fiesta como un poema de amor, como un beso de sombras, como una música Inefable. Era algo así como el romance de una melodía o como el milagroso ensueño de una sinfonía de Beethoven.
Era Mariela la gran maga, la espléndida dama de todas las cortes de Europa.
Las 60 almas de la paila, con sus cabelleras canas, semejaban algo así como un Jardín de blancas margaritas entre los perfumes, las sedas y los fracs de los regios palacios… Eran las 60 almas de la paila, un jardín de flores blancas donde soplaba un hálito de muerte.
El testamento de las 60 Elenas fue un testamento de tinieblas y de muerte, y tú Ángela, con esa regia vestidura, de larga cola, pareces la ansiada prometida de un amante que nunca llega. Pareces la Ninfa misteriosa de un delicioso laberinto encantado, pareces una beldad inolvidable entre el terciopelo de la noche salpicado de estrellas.
Cuántas veces te vi, ¡oh! Ángela, como una diosa fatal entre los espejos hechiceros de aquel elegante salón de la brujería, donde tú eras una reina del mal. ¿Cómo se llama ¡oh! hijos del mal, esa espléndida mansión semejante a un idilio?
¡Ah! es Yahvé-semo, el salón delicioso de la púrpura y la seda. Aquí solo reina el amor y la belleza fatal del abismo del mal. Cada dama, aquí es un poema, cada sonrisa, un idilio, y cada danza un romance de amor inolvidable… El tallo flexible y delicado de cada beldad maligna, es una bayadera, entre la silueta de un paisaje misterioso.
Andramelek, el rico y fastuoso mago negro de la China, dice que el ser humano es un ángel y por lo tanto no tiene por qué sufrir, y aconseja siempre a sus amigos que se metan en la aristocracia y se vistan como príncipe y consigan mucho dinero.
Cherenzi el K. H. negro, hablando en el sentido social dice que sus discípulos deben ser triunfadores, y que el discípulo que no sea triunfador, no puede ser su discípulo.
Los magos negros aman la fornicación y como tratando de justificarse, dicen que es una relación divina Los magos negros saben demasiado que las almas que se alejan del Íntimo, se desintegran en el abismo, pero entonces Cherenzi portavoz de las enseñanzas de los hermanos de las cavernas tenebrosas, dice que el alma es tan sólo un vestido y que ella debe desintegrarse, porque a ellos sólo les interesa el “real ser” y que aspiran a construir su nidal en el absoluto. Esta es la mística peligrosa de la magia negra. Cualquier neófito en ciencia oculta cae fácilmente en esa filosofía de belleza terriblemente maligna y seductora…
Los magos negros odian a Cristo… y lo consideran personaje malvado, Cherenzi el K.H. dice que el señor Cristo no era iniciado, porque ningún iniciado se deja matar… Los magos negros de San José de California son mas diplomáticos… por conveniencia económica. Con esa filosofía de las tinieblas, los magos negros forman su mística y, llenos de regocijo, beben, cohabitan y se divierten… asisten a sus grandes festines y danzan deliciosamente en sus elegantes salones, y en brazos de la fornicación gozan y se ríen…
El camino negro es fácil y llano y por ese camino fácil y alegre se orientó Belcebú, el apuesto y simpático galán de la antigua Arcadia…
“Angosta es la puerta y estrecho es el camino que conduce a la luz, y muy pocos son los que la hallan”…
El camino que conduce a la luz está lleno de abrojos y espinas.
“Muchos son los llamados y pocos los elegidos”.
Y en nuestra evolución terrestre la mayor parte de las almas se perdieron: a todas ellas les fue más fácil y accesible el camino negro lleno de vicios y placeres.
La evolución humana está fracasada. Sólo un puñado de almas se unirán con el Íntimo e ingresarán al reino Angélico. La mayor parte de las almas humanas se desintegrarán en el abismo a través de los siglos y de los eones, entre las tinieblas exteriores, el llanto y el crujir de dientes.
Cristo, el Divino Redentor del mundo, vino a abrir el sendero de la iniciación públicamente para la humanidad entera. Todo el vía-crucis del Divino Rabí de Galilea es el camino de la iniciación que el iniciado debe recorrer en su camino hasta el Gólgota de la “alta iniciación”, donde el alma se une con él Íntimo y se inmortaliza, alcanzando las almas inefables del Pleroma.
Un sopor de siglos impenetrables pesa sobre los augustos y sagrados misterios. El verbo hecho carne yace en el fondo de nuestra arca sagrada aguardando el instante supremo de nuestra resurrección. La doctrina santa del salvador del mundo brilla con el fíat Luminoso y espermático del primer instante, y la vara de Aarón permanece aguardando el paso da la culebra.
La Santa Iglesia Gnóstica es la celosa guardadora de la “Pistis Sophia”, donde se halla escrita toda la enseñanza del Divino Rabí de Galilea, y en el fondo de las edades brilla resplandeciente el antiquísimo y doloroso camino por donde han transitado todos los maestros de la humanidad.
Aun Weor