Los Evangelios Apócrifos: El Podcast

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Los evangelios apócrifos son un conjunto de textos antiguos muy importantes que no fueron incluidos en el canon bíblico del Nuevo Testamento. En el Concilio de Nicea de el año 325 de nuestra era, celebrado bajo la regencia de Constantino II es considerado el primer concilio ecuménico de la Iglesia católica y en él se abordaron cuestiones decisivas para el futuro de una religión que no constituiría estos evangelios en su “corpus doctrinae”.

Para los practicantes de esta ciencia maravillosa de la Gnosis, y también, cómo no, para aquellos que no conocen el Gnosticismo Samaeliano contemporáneo, pero tienen una noción básica de lo que son los Evangelios Apócrifos. Entonces, esta noche hablaremos precisamente de eso, de los Evangelios Apócrifos, contestaremos sus preguntas, sus inquietudes, y recomendaremos también alguna didáctica en el estudio para que podamos beneficiarnos todos de esta información.

La finalidad de la Gnosis, como ya sabemos, es que nosotros se autorealice la misma Gnosis, la autonosis, y esto es posible si nosotros buscamos la parte práctica de todo esto.

Ante todo, se necesita tener inquietudes, inquietudes de conocer, inquietudes de saber el por qué y para qué estamos aquí.

Cuando no hay inquietudes, entonces no es posible que nosotros podamos ahondar en los misterios de la vida y de la muerte. Y bueno, vamos a entrar, a ir entrando en el tema.

¿Cuáles son estos Evangelios Apócrifos? En este momento, vamos a buscar con ustedes, el significado de esas dos palabras: Evangelios y Apócrifo. Vamos a poner esta palabra en nuestro buscador y a ver qué nos dice el buscador.

Bueno, se dice que, según las referencias que existen, sobre todo en la Real Academia Española, en ese diccionario poderoso, se dice que Apócrifo es un adjetivo calificativo, obviamente, como falso o fingido. Más también, como segunda opción al significado, nos da que es una obra especialmente literaria que ilustra al público, pero que es de dudosa autenticidad en cuanto al contenido o a la atribución, usado también como sustantivo masculino. Bueno, Apócrifo, entonces, para la mayor parte de los seres humanos, entiende el término como algo prohibido, tal vez, como algo de lo que no se debe hablar, como algo que se ocultó por un tiempo, como algo que no es oficial, como algo de lo que no se debe compartir.

Pero, en realidad, lo único que significa es que fueron estos documentos o estos libros no aceptados por la oficialización de la Iglesia en su momento, digamos, para ir a una fecha en el año 325 de nuestra era, cuando, a cargo de Constantino el Grande, Constantino II, él convocó, de hecho, a un gran concilio donde asistieron no solamente representantes de una sola denominación religiosa, sino de varias, entre ellas los gnósticos que, pues, para el público ya tenían menos fuerza que la Iglesia Católica Apostólica Romana.

Entonces, se llegó a un acuerdo en donde definieron qué tipo de documentos, qué tipo de libros debían formar parte del nuevo corpus doctrinae, o la doctrina, o el cuerpo de doctrina que se ofrecería oficialmente a la humanidad. Pero los Evangelios apócrifos son algo más. La misma palabra Evangelio nos invita a reflexionar, porque Eva, ya sabemos que es Eva, la Eva mitológica, la primera mujer que, según los mismos libros de los tiempos antiguos, nos dicen que vivía en el Edén. Pero, si estudiamos un poco más esa palabra, vemos que tiene él, o el masculino pluralizado también, y luego el íos o líos nos recuerda al fuego.

Entonces, Evangelio, según el trasfondo esotérico profundo, significa Eva, mujer, hombre, Adam…

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