Ha llegado la hora de comprender la necesidad de darle más oportunidad a la conciencia.
Se hace necesario pues, insistir en el aspecto de darle más oportunidad a la conciencia.
En nombre de la verdad tenemos que decir que solamente los sueños que corresponden al centro emocional superior, o sea, el séptimo centro, son dignos de tener en cuenta para su consideración; lo mismo sucede con los aspectos positivos del sexto centro o centro intelectual superior.
Los sueños relacionados con el centro emocional superior son los más importantes porque en ellos encontramos dramas debidamente organizados, de acuerdo con las actividades diarias de nuestra conciencia, si es que le hemos dado oportunidad para que trabaje.
Lo que sucede es que aquel rayo de la creación, del cual emanamos, todo lo construye por medio de ese centro emocional superior, o sea, que se manifiestan las diversas partes superiores de nuestro ser relacionadas con el rayo de la creación.
Utilizan al centro emocional superior para instruirnos durante las horas del sueño, entonces se presentan escenas bien organizadas, claras y precisas.
El propósito es hacernos comprender claramente el estado en que nos encontramos, hacernos ver nuestro errores, nuestros defectos, etc., etc.
Ya hemos enseñado a ustedes que uno debe acostarse siempre con la cabeza hacia el Norte, en posición decúbito dorsal, es decir, boca arriba y con el cuerpo relajado, suplicándole a la Divina Madre Kundalini que nos dé instrucción esotérica; también hemos enseñado que hay necesidad de acostarse colocado sobre el lado derecho en la posición de la figura del león y una vez que despierte el discípulo, debe no moverse y hacer un ejercicio retrospectivo para recordarse de sus experiencias durante el sueño, hasta grabarlas y registrarlas debidamente en su cerebro y memoria, etc., etc.
Si alguien nos ofende el amor propio, nos sentimos molestos y reaccionamos posiblemente en forma brutal.
En todas las circunstancias de la vida, la mente y el sentimiento toman parte activa y reaccionan incesantemente.
Lo interesante sería, mis caros discípulos, no darle oportunidades ni al sentimiento ni a la mente.
Es urgente una mente pasiva y esto naturalmente molesta los mentalistas de todas partes.
Una mente pasiva está en contra de todos aquéllos que dicen que en la mente está el poder y que el hombre debe ser el rey, el que manda, y el que domina con su mente poderosa.
Una mente pasiva, esto horroriza a los positivistas de la mente y sin embargo, la forma negativa de la mente es la más elocuente, no pensar es la forma más elevada del pensamiento.
Cuando el proceso de pensar se ha agotado, adviene lo nuevo; esto hay que saberlo entender.
Una mente que no proyecte, una mente pasiva puesta al servicio del Ser, resulta un instrumento eficiente, porque la mente está hecha para ser receptiva, para servir de instrumento pasivo, más no de instrumento activo.
La mente en sí misma, es femenina, y todos los centros deben marchar armoniosamente de acuerdo con la sinfonía universal de la serenidad pasiva.
En estas condiciones, no debemos permitir ni a la mente ni a los sentimientos, tomar parte en las diversas circunstancias de nuestra existencia.
Hasta hace poco tiempo, yo mismo pensaba que los sentimientos pertenecían al Ser, pero con la investigación y la experiencia, he venido a verificar que pertenecen al Ego y que están íntimamente relacionados con el centro emocional inferior.
La terapia que necesitamos conocer a fondo para evitar cualquier desequilibrio interior con repercusiones exteriores, esto es, no permitirle a la mente ninguna clase de reacción; si alguien nos hiere, no permitirle a la mente que reaccione; ojalá hubiere quien nos hiriese cada rato nuestros sentimientos para podernos entrenar mucho mejor.
Mientras más nos insulten, mejor todavía para nuestro entrenamiento, porque tendremos muchas oportunidades de no permitirle a la mente ni a los sentimientos que reaccionen, es decir, que no intervengan ni se metan en ninguna de las circunstancias de nuestra vida.
Es claro que el estado pasivo de la mente, del sentimiento y de la personalidad, exige una tremenda actividad de la conciencia.
Esto nos indica que cuanto más activa permanezca la conciencia, mucho mejor para lograr el despertar de la misma, porque así la conciencia tendrá que despertar inevitablemente estando en permanente actividad.
La escuela la tenemos en todas partes, solamente tenemos que saberla aprovechar, saber entrenarnos, dándole mayores y mejores oportunidades a la conciencia para que trabaje en forma continua, de instante en instante hasta despertar totalmente.
La escuela la tenemos en todas partes, solamente tenemos que saberla aprovechar debidamente, sabiamente; la tenemos en nuestra casa, en la oficina, en el taller, en la fábrica, en la empresa, en la calle y en todas partes; hasta en el templo, con los compañeros de estudio, con los hijos, con los padres, con la esposa, sobrinos, nietos, primos, parientes, amigos, etc., etc.
Todo gimnasio psicológico, por duro que sea, por difícil que nos parezca, es indispensable para nosotros.
Todo el secreto está en no permitir ni a los sentimientos ni a la mente, intervenir en nuestros asuntos prácticos de nuestra vida.
Debemos siempre permitirle a la conciencia que sea ella la que actúe, la que mande, la que trabaje, la que hable y haga y ejecute todas nuestras actividades diarias; así nos preparamos armoniosamente para la meditación.
Hablando, pues, ya que en el terreno práctico de la meditación, tenemos que decir que lo que buscamos es, precisamente, pasar más allá de la mente y de los sentimientos, y esto es posible si en la vida práctica nos hemos entrenado intensivamente y nos hemos preparado a través de la vida diaria para estos fines maravillosos.
Esto de la meditación, se hace difícil cuando en la vida práctica diaria, no hemos pasado por un riguroso entrenamiento, cuando no nos hemos entrenado debidamente en el gimnasio psicológico de la convivencia social y familiar de nuestra vida diaria.
Debemos, durante la meditación, desembotellar la esencia, el Buddhata, lo mejor que tenemos dentro, lo más digno, lo más decente; precisamente esta Esencia o Buddhata, se encuentra enfrascada entre los elementos inhumanos, entre ese compuesto de agregados psicológicos que constituyen el “mí mismo”, el “sí mismo”, el ego.
No sería posible experimentar lo real, la verdad, lo que ciertamente nos interesa a todos, si no lográramos sacar a la esencia de entre el ego.
Un esencia embotellada entre el ego, no puede experimentar lo real; tendrá que vivir siempre en el mundo de los sueños, en el centro intelectual, en el centro instintivo, en el emocional, en el centro motor o en el sexual, pero no podrá en modo alguno escaparse para experimentar la verdad.
El Gran Kabir Jesús, dijo: “conoced la verdad y ella os hará libres”.
La verdad no es cuestión de teorías, no es de creer o de no creer, tampoco es cosa de conceptos y opiniones, no se pueden hacer conclusiones con respecto a la verdad.
Cuando nosotros logramos, en ausencia del ego, experimentar la verdad, podemos evidenciar un elemento que transforma radicalmente.
Esto es un elemento de altísimo voltaje; esto es posible, pero hay que saber cómo; poniendo a trabajar la conciencia para que reemplace completamente a la mente y al sentimiento, que sea ella la que funcione, la conciencia incorporada, integrada dentro de nosotros.
Debemos tener una mente pasiva, un sentimiento pasivo, una personalidad pasiva, pero una conciencia totalmente activa; comprender esto es indispensable, es urgente para poder hacernos prácticos en meditación.
Con la técnica de la meditación, lo que buscamos es información.
Un microscopio nos puede informar sobre la vida de los microbios, bacterias, células, microorganismos, etc.; cualquier telescopio puede darnos alguna ligera información sobre los cuerpos celestes, planetas, aerolitos, estrellas, etc., pero la meditación va mucho más allá, porque nos permite conocer la verdad desde una hormiga hasta un Sol, la Verdad de un átomo o de una constelación.
Lo más importante es aprender, saber en qué forma debemos nosotros desligar, sacar a la conciencia de entre la mente y el ego; cómo vamos a extraer a la conciencia de entre el sentimiento, cuando sometemos a la mente y al sentimiento; pues obviamente estamos rompiendo cadenas, estamos saliéndonos de entre ese calabozo fatal, de entre esa cárcel; en esas condiciones nos estaremos preparando para la meditación.
Ante todo, lo más importante es saber meditar.
Hay que aprender la técnica correcta.
Si es que de verdad queremos sacar nuestra Conciencia o Esencia de entre la mente o de entre los sentimientos o de entre el “Yo” psicológico, pues poco importa la posición que tomemos o queramos darle forma especial, no; lo único interesante es saber meditar, no importa lo demás.
MEDITACIÓN CON EL MANTRAM HAM SAH
Muchas veces les he explicado a ustedes cómo se trabaja con el mantram HAM SAH que se pronuncia así: “Jam-saj”, este mantram es el símbolo maravilloso que en el Oriente hace fecunda las aguas caóticas de la vida, el Tercer Logos.
Lo importante, pues, queridos discípulos, es saber cómo vamos a vocalizar esos mantrams, cuáles son sus poderes.
Normalmente, las fuerzas sexuales fluyen desde adentro hacia fuera en forma centrífuga y debido a eso existen las poluciones nocturnas cuando se tiene un sueño basado en el centro sexual.
Si el hombre organizara sus sistemas vitales y en lugar de propiciar el sistema centrífugo, utilizará el sistema centrípeto, es decir, que el hombre hiciera fluir las fuerzas sexuales de afuera hacia adentro mediante la transmutación; aunque hubiese el sueño erótico, no habría poluciones, pero como no tiene el hombre organizada la cuestión sexual así en forma centrípeta, pues de hecho viene la polución, la pérdida del esperma sagrado o licor espermático.
Si uno quiere evitar poluciones, debe saber organizar sus fuerzas sexuales, estas fuerzas se hallan íntimamente relacionadas con el alimento, con el prana, con la vida, eso es obvio.
Existe, pues, una intensa y profunda relación entre las fuerzas sexuales y la respiración, que debidamente combinadas y armonizadas, originan cambios fundamentales en la anatomía física y psicológica del hombre.
Lo importante es hacer refluir esas fuerzas sexuales hacia adentro y hacia arriba en forma centrípeta, sólo así es posible hacer un cambio específico en el oficio y funciones que puede cumplir la fuerza creadora sexual.
Hay necesidad de imaginar la energía creadora en acción durante la meditación, hacer que suba en forma rítmica y natural hasta el cerebro mediante la vocalización del mantram que ya hemos explicado en este capítulo, en esta práctica de meditación, no olvidando las inhalaciones y exhalaciones del aire en forma sincronizada en perfecta concentración, armonía y ritmo.
Es necesario aclarar que debe ser más profunda la inhalación que la exhalación, sencillamente porque necesitamos hacer fluir la energía creadora desde afuera hacia adentro, es decir, hacer más corta la exhalación que la inhalación.
Con esta práctica llega el momento en que la totalidad de la energía fluye de afuera hacia adentro y hacia arriba, en esta forma centrípeta.
La energía creadora organizada, como ya dijimos, en forma centrípeta, cada vez más profunda de afuera hacia adentro, es claro que se convierte en un instrumento extraordinario para la Esencia, para despertar Conciencia.
Les estoy enseñando legítimo Tantrismo Blanco, esta es la práctica que usan las escuelas tántricas de los Himalayas y del Indostán, es la práctica mediante la cual se puede llegar al éxtasis, al samadhi o como le quieran denominar.
Los ojos deben estar cerrados durante la práctica, no se debe pensar absolutamente en nada durante esta meditación; pero si desafortunadamente llega un deseo a la mente, lo mejor que podemos hacer es estudiarlo sin identificarnos con dicho deseo, después de haberlo comprendido íntimamente, profundamente en todas sus partes, entonces dejarlo listo para someterlo a muerte, a la desintegración por medio de la Lanza de Eros.
Pero si nos asalta el recuerdo de algún acontecimiento de ira ¿qué debemos hacer?
Suspéndase por un momento la meditación y trátese de comprender el acontecimiento que nos ha llegado al entendimiento, hagámosle la disección, estudiémoslo y desintegrémoslo con el bisturí de la autocrítica y luego olvidémoslo y continuaremos con la meditación y la respiración.
Si de pronto viene a nuestra mente algún recuerdo de cualquier acontecimiento de nuestra vida desde hace diez o veinte años atrás, hagamos el mismo uso de la autocrítica y utilicemos el mismo bisturí para desintegrar tal recuerdo, para ver qué es lo que tiene de Verdad.
Una vez que estemos seguros de que no viene nada más a la mente, entonces continuemos con la respiración y la meditación sin pensar en nada, haciendo resonar dulcemente el mantram JAM-SAJ tal como suena, prolongando la inhalación y corta la exhalación.
Repetimos el mantram: JAAAAAMMMMM-SAJ, JAAAAAMMMMM-SAJ, etc., con profunda quietud y silencio auténtico de la mente, sólo así, la Esencia podrá escaparse aunque sea por un momento, para sumergirse en lo Real.
Mucho se ha hablado sobre el Vacío Iluminador, es claro que podemos llegar a vivenciarlo por sí mismos, es en ese Vacío donde venimos a encontrar la leyes de la naturaleza, tal cual son en sí mismas y no como aparentemente son.
En este mundo físico solamente vemos la mecánica de causas y efectos, pero no conocemos las leyes de la naturaleza en sí misma, mientras que en el Vacío Iluminador podemos reconocerlas en forma natural, sencilla, tal cual son.
En este mundo físico podemos percibir figuras planas, por fuera; pero, ¿como podremos verlas tal cual, por dentro, por los lados, etc.?
En el Vacío Iluminador podemos conocer la Verdad tal cual es y no como aparentemente nos parece, podemos evidenciar la Verdad de una hormiga, de un mundo, de un Sol, de un cometa, etc.
La Esencia sumergida entre el Vacío Iluminador percibe con su centro espacial, todo lo que ha sido, los que es y lo que será y sus radiaciones llegan a la personalidad, las percibe la mente.
Resulta interesante, que mientras la Esencia se encuentra sumergida allá en el Vacío Iluminador vivenciando lo Real, los centros de la máquina humana, emocional y motor se integren con el intelectual, y la mente receptiva capte y recoja las informaciones que llegan de la Esencia; por eso cuando la Esencia sale del Vacío Iluminador y vuelve a penetrar en la personalidad, la información no se pierde, queda acumulada en el centro intelectual.
Se nos ha dicho que para poder formar un vacío se necesita indispensablemente de una bomba de succión, mas ésta la tenemos en la espina dorsal, los canales de Idá y Pingalá por donde sube la energía creadora al cerebro.
También se nos ha dicho que se necesita una dinamo, ésta está en el cerebro y en la fuerza de la voluntad y, es obvio que, en toda técnica deber haber un generador.
Afortunadamente, tal generador son los órganos creadores, el sexo, la fuerza sexual.
Teniendo el sistema y los elementos, podemos formar el Vacío Iluminador; la bomba, la dinamo y el generador son los elementos que necesitamos para lograr tal Vacío Iluminador en la meditación y solamente mediante el Vacío absoluto podemos nosotros conocer lo Real, pero necesitamos que la Esencia penetre en ese Vacío absoluto.
En los textos antiguos se habla mucho sobre el Santo Okidanock Omnipresente, Omnipenetrante, Omnisciente, él emana naturalmente del Sagrado Absoluto Solar.
¿Cómo podríamos nosotros llegar a conocer en sí mismo al Santo Okidanock si no logramos entrar en el Vacío Iluminador?, pues sabido es que el Santo Okidanock está entre el Vacío Iluminador; es uno con el gran Vacío.
Cuando uno se halla en el éxtasis, pasa más allá de la personalidad, cuando se halla entre el Vacío Iluminador experimentando la realidad del Santo Okidanock, es el átomo, el cometa que pasa, es el Sol, el ave que vuela, es la hoja, es el agua, vive en todo lo que existe; LO ÚNICO QUE SE NECESITA ES TENER VALOR para no perder el éxtasis, porque al sentir uno que está diluido en todo y uno es todo, SIENTE TEMOR a la aniquilación, piensa: ¿donde estoy?, ¿porqué estoy en todo?, viene pues el razonamiento y de hecho pierde el éxtasis y de inmediato vuelve a quedar metido, encerrado otra vez dentro de la personalidad; pero SI UNO TIENE VALOR, NO PIERDE EL ÉXTASIS.
Uno en ese momento es como la gota que se sumerge en el océano, pero hay que tener en cuenta también que el océano se sumerge entre la gota, eso de sentirse uno siendo el pajarito que vuela, el bosque profundo, el pétalo de la flor, el niño que juega, la mariposa, el elefante, etc.., eso trae consigo al razonamiento y el miedo; en ese momento uno no es nada, pero lo es todo, esto pues produce TERROR y, por consiguiente, fracasa el experimento de meditación.
Es, pues, en el Sagrado Sol Absoluto donde se viene a conocer la Verdad; en el Sagrado Sol Absoluto no hay tiempo, allí el factor tiempo no tiene existencia, allí el Universo es unitotal y los fenómenos de la naturaleza se suceden fuera del tiempo.
En el Sagrado Sol Absoluto podemos vivir en un eterno instante.
Allí se vive más allá del bien y el mal convirtiéndose en radiantes criaturas, por eso cuando uno ha experimentado alguna vez la Verdad, no puede ser como los demás, que viven solamente de las creencias, no; allí uno experimenta la necesidad imperante e inaplazable de trabajar en la Autorrealización íntima del Ser aquí y ahora.
Una cosa es experimentar o vivenciar el Vacío Iluminador y otra cosa es Autorrealizarnos íntimamente… por eso hay necesidad de saber meditar, aprender a meditar, es urgente comprender la meditación.
Yo espero que ustedes entiendan esto, que se ejerciten en la meditación, a fin de que un día puedan ustedes desembotellar la Esencia y experimentar la Verdad.
Aquél que logre desembotellar la Esencia y meterla dentro del Vacío Iluminador, tendrá que ser distinto, no podrá ser como los demás, para esto hay que hacer un curso especial, la persona será diferente y dispuesta a luchar hasta el máximo con el único propósito de realizar el Vacío Iluminador, dentro de nosotros mismos aquí y ahora.
Espero que ustedes hayan comprendido a fondo lo que en realidad es la Ciencia de la Meditación, con el objeto de que la practiquen intensamente en sus hogares y en los Templos de oración.
Samael Aun Weor