Distinguidos hermanos gnósticos, a todos vosotros me dirijo con inmenso amor. Ha llegado el instante en que nosotros nos preocupemos por el autoconocimiento. Es indispensable saber quiénes somos, de dónde venimos, hacia dónde vamos y cuál es el objeto de nuestra existencia; para qué existimos, por qué existimos.
Ciertamente y en nombre de la verdad he de decir que el ser humano no se conoce a sí mismo. Es claro que necesita autoconocerse y esto tiene una profunda significación.
Ante todo debemos desarrollar la capacidad de autoobservación psicológica, en relación con nuestros amigos, en las calles o en la casa, o en el trabajo o en el campo, etc. Los defectos que llevamos escondidos afloran espontáneamente, y si estamos alertas y vigilantes como el vigía en época de guerra, entonces los vemos. Defecto descubierto debe ser trabajado en todos los niveles de la mente. Así es como los eliminaremos. Incuestionablemente, cada defecto es por sí mismo un real problema. Comprenderlos es fundamental, mas eso no es todo. Después de haber entendido algún “Yo” se hace necesario aniquilarlo.
La mente por sí misma no puede alterar fundamentalmente ningún defecto. Puede pasarlo de un nivel a otro, esconderlo de sí misma o de los demás, mas nunca podría en realidad, de verdad alterarlo radicalmente. Sin embargo, en nuestro interior existe un poder que es superior a la mente.
Quiero referirme en forma enfática a Devi Kundalini Shakti. Ese poder es simbolizado por todas las religiones del mundo: es Tonantzin, es Isis, es Adonia, Rea, Cibeles, María, Mara, etc…
Nosotros en verdad, mis queridos hermanos, debemos apelar a ese poder trascendental, si es que queremos, ciertamente, desintegrar el defecto que ya hemos comprendido íntegramente y en todos los niveles de la mente. Cuando uno implora a Devi Kundalini Shakti, a su Divina Madre Cósmica, particular, individual, ella le asiste, viene naturalmente su ayuda. Devi Kundalini puede desintegrar cualquier defecto psicológico previamente comprendido. Ese es el camino obvio a seguir.
Si todos ustedes, mis queridos hermanos, siguen estos consejos, podrán desintegrar al ego animal, podrán reducirlo a cenizas, podrán convertirlo en polvareda cósmica.
Cada vez que eliminamos nosotros un defecto psicológico, liberamos Esencia, Conciencia.
Por ese camino, por esa senda se llega al despertar completo. Cuando el Ego animal ha sido absolutamente reducido a polvo, la Conciencia ha despertado en un ciento por ciento.
¡Nosotros debemos despertar cueste lo que cueste! Resulta lamentable que el animal intelectual, equivocadamente llamado “hombre” tenga la Conciencia dormida. Es cierto y de toda verdad que de un millón de fenómenos que se suceden a nuestro alrededor, el animal intelectual solamente percibe una millonésima parte. Es triste esto, pero es la verdad. Las gentes viven con la Conciencia dormida, parecen sonámbulos, trabajan en estado de inconsciencia, manejan carros en estado de inconsciencia total. Esa la “causa causorum” por la cual el ser humano no conoce los misterios de la vida y de la muerte.
Si el ser humano estuviera despierto sabría de sí mismo y del Universo. Sabría de todo lo que es, de todo lo que ha sido y de todo lo que será. Se autoconocería profundamente y conocería sus existencias anteriores. Estaría preparado para explorar no solamente en el mundo de la ciencia física, sino, además, en las dimensiones superiores de la Naturaleza y del Cosmos. Podría evidenciar en forma clara y precisa que la mecánica de la Naturaleza no existiría sin mecánicos, que la ingeniería de la Naturaleza no existiría sin ingenieros. Decir esto es una cosa, pero tener Conciencia de ello es otra cosa completamente diferente.
Cuando uno despierta sabe por sí mismo que detrás de todo fenómeno físico, químico y biológico, etc., existen principios inteligentes que la ciencia materialista ignora radicalmente. No es posible la mecánica del Universo sin mecánicos; no es posible -repito- que pudiera existir orden en una molécula sin un principio inteligente que pusiera el orden en la misma. Aquello de células ciegas, inconscientes, al estilo de las de un Haeckel, ordenándose, acomodándose, estructurándose en los órganos para formarlos, es completamente absurdo. Mas la humanidad anda ciega, olvida los principios inteligentes, no los conoce y no puede conocerlos, porque la razón puramente sensual nada sabe sobre lo Real, sobre eso que se esconde detrás de todos los fenómenos, sobre esos principios directrices que son capaces de organizar una molécula en forma matemática y geométrica.
Se necesita el despertar, se necesita que cada uno de los hermanos se haga consciente de sí mismo; cuando alguien se hace consciente de sí mismo, se hace consciente también de los demás y del Universo en general. Así que, disolver el Ego es lo fundamental; disolver el Ego es la base, disolver el Ego es lo indispensable.
¡Paz Inverencial!
Samael Aun Weor