Pistis Sophia – Primer Libro – Capítulo 42

Cuando Jesús hubo dicho estas palabras a sus discípulos, que prosiguió: “Quien tenga oídos para oír, que oiga; y que aquél en quien el espíritu arde, que venga adelante y diga la solución de la idea del quinto arrepentimiento de Pistis Sophia”.

(Felipe, el Apóstol de Jesús, existe dentro de nosotros mismos, aquí y ahora.)

(Felipe asiste al invocador y le saca en cuerpo astral.)

(Tales invocadores suelen recibir múltiples beneficios.)

(Este tipo de invocaciones se realiza al entregarnos al sueño normal.)

(Felipe también puede llevar al invocador con cuerpo físico y en estado de “Jinas”.)

(“Al cielito Felipe” es la clave de la invocación.)

(Repítase tal frase millares de veces.)

(Si se quiere llevar el cuerpo físico se le ruega el servicio a Felipe.)

(Si sólo se quiere llevar el astral, se le ruega el servicio a Felipe.)

(Se le habla a Felipe, se le suplica a Felipe.)

(Para salir en astral se requiere un poco de sueño.)

(Para llevar el cuerpo físico en estado de Jinas se requiere menos sueño y muchísima fe.)

(El lector debe estudiar nuestro “Libro Amarillo”.)

(Uno es el Felipe histórico, otro el Felipe íntimo; cada uno de nos tiene su Felipe.)

(Los Doce Apóstoles son las Doce Potestades dentro de nosotros mismos.)

(Los Doce Apóstoles son las doce partes de nuestro propio Ser.)

(Repetimos esto para bien de nuestros devotos.)

Felipe, el escriba, se queja.

Y cuando Jesús concluyó de decir estas palabras, Felipe se adelantó, levantó y bajó el libro que llevaba en su mano, -pues es el escriba de todos los discursos dichos por Jesús y de todo lo que hizo -; Felipe se acercó pues, y le dijo: “Mi Señor, seguramente no es a mí solo a quien has encargado ocuparse del mundo y escribir todos los discursos que pronunciaremos y haremos (todos nosotros); y sin embargo tú no me has hecho venir aquí a decir la solución de los misterios del arrepentimiento de Pistis Sophia, mas mi espíritu frecuentemente ha ardido en mí, constriñéndome a adelantarme aquí y a decir la solución del arrepentimiento de Pistis Sophia; y no he podido hacerlo porque soy el escriba de todos los discursos”.

(Felipe escribe siempre las palabras del Cristo Intimo.)

(Felipe es el escriba de todos los discursos.)

Jesús explica que los escribas asignados son Felipe, Tomás y Mateo.

Y sucedió entonces, cuando Jesús escuchó a Felipe, que le dijo:

“Escucha Felipe, bendito, con el que hablo: sois tú y Tomás y Mateo, a quienes el Primer Misterio manda escribir todos los discursos que yo diré y todo lo que yo haré, y todas las cosas que veréis. Mas en cuanto a ti, el número de discursos que has escrito no está aún completo. Cuando lo esté, vendrás y proclamarás lo que te plazca. Ahora y o por tanto, vosotros tres habréis de escribir todos los discursos que yo diré (todas las cosas que yo haré) y que vosotros veréis, a fin de que podáis ser testigos de todas las cosas del reino de los cielos”.

(Felipe, Tomás y Mateo, tres Apóstoles dentro de nosotros mismos, obedecen las órdenes del Primer Misterio y escriben los discursos del Cristo Intimo.)

(Las tres partes del Ser, Felipe, Tomás y Mateo, además de escribir todas las cosas que el Cristo Intimo dice y ve, y hace, tienen también el poder de ver y oír las cosas del Señor.)

(Felipe, Tomás y Mateo son los tres testigos de las cosas del Reino de los Cielos.)

(Felipe, Tomás y Mateo son realmente tres partes de nuestro propio Ser.)

Samael Aun Weor

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