Y sucedió entonces, cuando el Primer Misterio había terminado de decir estas palabras a sus discípulos, que él dijo: “Quien haya entendido las palabras que he dicho, adelántese y explique su solución“.
Santiago se adelantó y dijo:
“Mi Señor, acerca de este canto que Pistis Sophia entonó, así tu luz-poder profetizó anteriormente a través de David en el séptimo Salmo“
(Los Iniciados, resignados, se inclinan ante el veredicto de la Ley.)
Santiago interpreta el canto con el Salmo VII.
1. -¡Oh! mi Señor, mi Dios, en ti he colocado mis esperanzas. Líbrame de mis perseguidores y sálvame.
2. -Y en verdad él nunca hubiera robado mi alma como un león, sin nadie que pudiera librar y salvar.
3. -¡Oh! Señor, mi Dios, si yo he hecho esto, si han cometido injusticia mis manos.
4. -Si yo les he pagado en la misma forma a aquellos que me han pagado con el mal, entonces permíteme caer vacío ante mis enemigos.
5. -Y permite que mis enemigos persigan mi alma, y pisoteen mi vida en el suelo y arrojen mi honor al polvo. (Selah).
6. -Levántate, ¡Oh! Señor, en tu ira, levántate para terminar con mis enemigos.
7. -Levántate conforme al mandamiento que tú has mandado».
Y sucedió entonces, cuando el Primer Misterio oyó que Santiago había hablado estas palabras, que él dijo: “Bien dicho Santiago, amado mío“.
(Santiago, el Bendito Patrón de la Gran Obra dentro de nosotros, se resigna y aguarda el veredicto del Señor.)
Samael Aun Weor